En Nigeria te arriesgas a que te arresten si tu perro se llama igual que el presidente

Nigerian citizen named his dog after the Nigerian president Muhammadu Buhari. Creative Commons photo by e Tasnim News Agency.

Un ciudadano nigeriano llamó a su perro como el presidente del país, Muhammadu Buhari. Foto Creative Commons de Erfan Kouchari en la Agencia de noticias Tasmin.

Joe Fortemose Chinakwe, comerciante, ha sido arrestado por la policía nigeriana por nombrar a su perro «Buhari», lo que resulta ser el apellido el presidente del país, un caso que se incluye en una larga historia de tensiones étnicas en Nigeria.

El perro fue bautizado en honor a un hombre llamado Alhaji Buhari, un vecino de Chinakwe. No obstante, otro vecino informó sobre ello, lo cual ha llevado a muchos desde entonces a malinterpretar el nombre y a creer que viene del presidente Muhammadu Buhari (PMB).

El perro fue bautizado en honor a otro Buhari. No a PMB. No tiene nada que ver con PMB.

Las autoridades dijeron que se acusaría a Chinakew de «conducta que puede provocar una violación de la paz», según el periódico Vanguard en un informe del 17 de agosto.

You know an average Northerner will feel bad over such a thing. It can cause serious ethnic crisis or religious confrontation because when you are relegating such a name to a certain person, you are indirectly insulting him.

Saben que un norteño normal se sentirá mal por algo así. Puede provocar crisis étnicas o confrontaciones religiosas serias porque cuando relegas un nombre así a alguien, estás insultándole directamente.

Nigeria es un estado de líneas divisorias étnicas con más de 250 etnias y una historia de tensiones violentas. Los tres mayores grupos étnicos son los hausa-fulani en el norte, los yoruba en el oeste y los igbo en el este. El país sigue con las heridas abiertas de años de desconfianza, disputas y divisiones dominantes que se han visto avivadas por el fundamentalismo religioso.

La Guerra Civil de Nigeria, la cual tuvo lugar entre 1967 y 1970, y las múltiples causas fundamentales no resueltas de las crisis étnico-religiosas que han dominado el espacio sociopolítico del país desde la independencia en 1960 no han ayudado casi nada. Como si todo esto no fuera suficiente, los culpables de estos crímenes contra ciertas etnias siguen sin ser sancionados y la cultura de la impunidad prevalece.

El hecho de que nombrar a un perro (lo cual en otros lugares se consideraría una nimiedad) copara los titulares en Nigeria se basa en esta turbia historia del contexto étnico.

Según los informes de la prensa, Chinakew había inscrito el nombre en los dos lados del cuerpo del perro y paseado con este por su barrio, dominado por los hausa. Los hausa son una minoría en el estado Ogun (suroeste), donde vive Chinakew.

El presidente Muhammadu Buhari, por su parte, pertenece a la etnia de los fulani.

Como es de esperar, la noticia del arresto de Chinakew y la razón dada por la policía no han caído bien entre los nigerianos. Abimbola Adedokun, columnista, advirtió del peligro de permitir divisiones entre etnias y religiones.

History has taught us that whenever the “average northerner” says he “feels bad over a thing”, the rest of us are supposed to hurriedly rearrange our manners. We are told to take heed of invisible limits that “infidels” are not permitted to cross. Alarmingly, a number of us have restricted ourselves to this emasculating avoidance of wrath. We have mapped out “no-go areas” of public discussion that we trespass at grievous risks to ourselves. We have seen the repercussions of trespassing these bounds and they are not pleasant. From Gideon Akaluka’s killings to the Reinhard Bonnke crusade violence, the Miss World riots, the Danish cartoons saga, and many other instances of unwarranted violence that have occurred, we have long realised we are dealing with a short-tempered evil spirit who demands a sacrifice of our collective dignity so he can let us live.

La historia nos ha enseñado que siempre que un «norteño normal» dice que «se siente mal por algo», se supone que debemos cambiar rápidamente nuestra manera de ser. Nos dicen que tengamos cuidado con los límites invisibles que a los «infieles» no se permite cruzar. De manera alarmante, algunos de nosotros nos hemos restringido a nosotros mismos a esta paralizante prevención de la ira. Hemos esbozado unas «zonas prohibidas» de debate público que traspasamos incurriendo en graves riesgos. Hemos visto las repercusiones de traspasar estos límites y no son agradables. Desde el asesinato de Gideon Akaluka a la cruzada violenta contra Reinhard Bonnke, los disturbios de Miss World, la saga de dibujos daneses, y muchos otros ejemplos de violencia injustificada que han tenido lugar, nos hemos dado cuenta de que peleamos con un espíritu malvado e irritable que pide un sacrificio de nuestra dignidad colectiva para que nos deje vivir.

Gideon Akaluka era un comerciante igbo y cristiano que fue decapitado por una multitud en 1994 por profanar presuntamente el Corán. Una visita en 1991 del evangelista alemán Christian Reinhard Bonnke acabó en disturbios mortales en la ciudad septentrional de Kano después de que según los informes convirtiera a algunos musulmanes al cristianismo.

En el 2002, se acabó con la vida de más de 200 personas y se atacaron docenas de iglesias durante tres días de disturbios en el norte por la celebración en Nigeria del certamen de belleza Miss Mundo. Y en el 2005, la publicación por parte de un periódico danés de unas caricaturas del profeta Mahoma desencadenó protestas en varios países, incluyendo Nigeria.

Adedokun continuó:

The trouble is that this evil spirit of violence who has a chokehold on our society is implacable. He has tasted vats of blood of the innocent and assumed a proprietary right over our lives. Violence in Nigeria happens, not because of intrepid and insensitive people who say things that make others feel bad. Rather, they stem from a cultivated attitude of those who think others’ lives are theirs to take, and they have no regard for any law that attempts to restrain their execution of mindless violence.

El problema es que este malvado espíritu de violencia que estrangula a nuestra sociedad es implacable. Ha probado sangre de inocentes y asumido un derecho de propiedad sobre nuestras vidas. La violencia en Nigeria sucede, aunque no debido a gente intrépida e insensible que dice cosas que a otros sientan mal. Más bien, proviene de la actitud cultivada de los que creen que las vidas de otros son suyas, y no tienen consideración por ninguna ley que intente restringir la ejecución de esta despiadada violencia.

No hay base legal para un proceso contra Chinakwe, según Monday Ubani, el nuevo segundo vicepresidente de la Asociación de Abogados de Nigeria:

In the eye of the law, it is not criminal for somebody to name his or her dog after another person. It may be offensive by examining the circumstances under which the incident happened.

A ojos de la ley, no es delito que alguien nombre a su perro en honor a otra persona. Puede resultar ofensivo si se estudian las circunstancias del momento.

Los nigerianos que usan Twitter han condenado la detención de Chinakwe. Seun Anikulapo Kuti, músico nigeriano e hijo del legendario Fela Kuti, dijo:

¿Dónde están nuestros abogados de derechos humanos? Esta es una injusticia seria, ¿por qué el gobierno no detuvo a OBJ por llamar a su chimpancé Patience?

OBJ son las siglas del ex-presidente de Nigeria Olusegun Obasanjo, quien tuvo una vez a un chimpancé como mascota, llamado Patience, supuestamente en honor a Patience Jonathan, la mujer de otro expresidente, Goodluck Jonathan. Obasanjo hizo campaña en contra de Jonathan en las elecciones presidenciales de 2015 en Nigeria, ganadas por el actual presidente, Muhammadu Buhari.

Reno Omokiri, portavoz del ex-presidente Jonathan, argumentó en un tuit que se debería haber prestado más atención a sus palabras:

¿Recuerdan cuando dije esto? Fui insultado y ridiculizado, pero el tiempo me ha dado la razón. Esperen más casos así.

Omokiri se refirió a su tuit del 11 de agosto: «Si quieres saber si hay cambios en Nigeria, ¡insulten a PMB (Muhammadu Buhari) igual que insultaron a GEJ (Goodluck Jonathan) y sabrán el verdadero significado de «cambio»!». Buhari creo una plataforma de «cambio» contra Jonathan en las elecciones del año pasado.

MaziNze, usuario de Twitter, reprendió a la policía por un doble criterio:

Los pastores fulani no están en la cárcel
los que mataron por blasfemia andan en libertad

es el propietario del perro buhari el que está en la cárcel
buenos días, Nigeria.

Los pastores de rebaño de la etnia fulani han sido acusados de invadir comunidades agrícolas en Nigeria, dejando muerte a su paso.

En junio una multitud acabó con la vida de una mujer presuntamente por blasfemar sobre el profeta Mohema. Un hecho similar le sucedió a otra mujer en julio, asesinada a machetazos en la capital, Abuja, por presuntos fanáticos del Islam.

Kemi compartió sus fotografías de Ali Baba, un cómico nigeriano, y de sus perros, bautizados en honor de líderes y personalidad mundiales:

Miren a Ali Baba y a sus perros, OBJ, IBB, Obama, Abacha, Thatcher y Chaka. Compartió experiencias memorables con sus perros. Disfruten.

Se ha informado que Chinakwe ha sido puesto en libertad, según Inibehe Effiong, activista por los derechos humanos. Escribió en Facebook que dos personas, una del norte y otra del sur, donaron el dinero necesario de los honorarios legales. Explicó:

Anyone that is still in doubt about the political nature of this case should search his inner conscience closely. Those using ethnicity, religion and political sentiments to obfuscate this case should know that Nigeria is a country of laws.

The human rights community will never sit back and watch innocent citizens being traumatised and dehumanized.

The fact that the two persons who donated this money are from the North and the South West, respectively, shows that the bonds of brotherhood and egalitarianism among patriotic Nigerians are superior to the whimsical and repulsive commentaries of the ethnic and religious bigots.

Cualquiera que todavía dude de la naturaleza política de este caso debería buscar de cerca su conciencia personal. Los que utilizan los sentimientos de etnicidad, religión y de política para ofuscar este caso deberían saber que Nigeria es un país de leyes.

La comunidad de derechos humanos nunca descansará para ver a ciudadanos inocentes traumatizados y deshumanizados.

El hecho de que las dos personas que donaron el dinero sean del norte y del suroeste, respectivamente, muestra que los lazos de fraternidad e igualitarismo entre los nigerianos patrióticos son superiores a los comentarios caprichosos y repulsivos de los intolerantes religiosos y étnicos.

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