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Madres egipcias se enfrentan a la mutilación genital femenina, cifrando sus esperanzas en las generaciones más jóvenes

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Egipto, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Mujer y género, Salud
Nadia Gamal, 32, at her home in the Upper Egyptian governorate of Minya. Photo taken by Menna Farouk. [1]

Nadia Gamal en su casa en la pudiente provincia egipcia de Minya. Foto tomada por Menna Farouk.

Nadia Gamal, de 32 años, lidió una ardua batalla para proteger a su hija de diez años, cuando sus padres intentaron presionarla para que la hiciese circuncidar. Al haber sido ella misma circuncidada a los siete años, Gamal entendió demasiado bien el sinsentido y daño de la mutilación genital femenina (MGF).

Al hablar con Global Voices, Gamal dijo:

I hated that moment when I got circumcised. It was useless and it caused me a lot of physical and psychological pain. That is why I said no when my parents asked me to circumcise my daughter. I told them that I would never let her experience the same pain that you have put me through. This has to be changed.

Odié el momento cuando fui circuncidada. Fue inútil y me causó mucho dolor físico y sicológico. Es por ello que dije que no cuando mis padres me pidieron circuncidar a mi hija. Les dije que nunca permitiría que ella experimente el mismo dolor que ellos me hicieron pasar. Esto tiene que cambiar.

Egipto proscribió la MGF en el 2008. Ocho años después, activistas de los derechos de las mujeres y organizaciones no gubernamentales dicen que la postura de las madres ante este procedimiento ha cambiado, y el número de niñas circuncidadas está disminuyendo.

Como ellas han tomado mayor conciencia de los peligros y de la inutilidad de la cirugía, las madres jóvenes en Egipto juegan un rol central en la lucha contra la MGF.

De acuerdo [2]a la Encuesta Demográfica y de Salud de Egipto (DHS), 61 por ciento de niñas entre los 15 y 17 años fueron sometidas a la MGF en el 2014, comparado con el 74.4 por ciento en el 2008 [3]. La misma información del DHS muestra un cambio significativo en la postura de las madres: mientras que el 92 por ciento de todas las madres en Egipto están circuncidadas, sólo 35 por ciento de las mujeres en Egipto dicen que pretenden circuncidar a sus hijas.

Por décadas, ha sido difícil erradicar la MGF debido a una combinación de presión familiar, tradiciones culturales, y motivaciones religiosas. La práctica, que usualmente consiste en remover el clítoris y otras partes de los genitales femeninos [4], es considerada por muchas personas en Egipto como una medida necesaria para  “domar” los deseos sexuales de la mujer y mantener su honor. Tanto musulmanes como cristianos siguen esta práctica.

Aunque esta práctica conlleva el riesgo de sangrar hasta morir y puede llevar a una serie de problemas físicos y sicológicos, la MGF continúa, especialmente en las regiones rurales y marginales de Egipto.

Sin embargo, los activistas y observadores dicen que la mala praxis está disminuyendo gradualmente, especialmente porque hay una creciente concienciación entre las generaciones más jóvenes.

Photo shows three Egyptian mothers who have refused to circumcise their daughters and 67-year- old midwife Samiha Saeed (on the right) who quitted carrying out female genital mutilation surgeries after attending some awareness campaigns by Egypt’s non-governmental organisations in the Upper Egyptian governorate of Minya. Photo taken by

Tres madres egipcias que se han negado a circuncidar a sus hijas y la partera de 67 años Samiha Saeed (extremo derecho), quien dejó de practicar la MGF luego de asistir a campañas de concienciación llevadas a cabo por organizaciones no gubernamentales de Egipto en la pudiente provincia de Minya. Foto tomada por Menna Farouk.

«Por supuesto, hay un progreso considerable», dijo Randa Fakhr El Deen, directora ejecutiva de la ONG Unión contra prácticas perjudiciales en las mujeres y los niños, a Global Voices.

Fakhr El Deen dijo que las generaciones más jóvenes de madres ahora asumen la responsabilidad de negarse a la práctica, aunque ése no fue el caso unos cuantos años atrás:

In the past, it was mothers who took their daughters to the doctors or midwifes to have them cut their genitals. Now, this is changing. More mothers are standing up against the practice and they can eradicate this

En el pasado, eran las madres quienes llevaban a sus hijas a los doctores o parteras para que se les cortase los genitales. Ahora, esto está cambiando. Más madres luchan contra la práctica y pueden erradicarla.

En la última década, la organización de Fakhr El Deen, junto con otros grupos sin fines de lucro y agencias gubernamentales, han intensificado sus campañas de concienciación contra la MGF entre madres, escolares, doctores, estudiosos musulmanes y figuras religiosas cristianas en todo el país. «Tales talleres y campañas de concienciación han sido muy productivos en reducir la práctica», dijo Fakhr El Deen.

En una pequeña aldea en la provincia de Minya, 245 kilómetros al sur de El Cairo, un grupo de jóvenes madres explican cómo —aún en una comunidad muy conservadora —ellas se resistieron y protegieron a sus hijas de las presiones sociales que impulsan la tradición. Dijeron que las campañas de concienciación fueron un factor poderoso. 

Laila Rashad, de 35 años, se resistió junto a su hermana contra su madre y abuela, quienes insistieron en hacer circuncidar a su sobrina. Laila y su hermana no sabían qué hacer, pero Laila escuchó que un estudioso musulmán muy respetado visitaría su comunidad como parte de la campaña de concienciación sobre la MGF organizada por una de las ONG del país. 

Rashad asistió a una de esas campañas antes y escuchó decir a este estudioso que la MGF está prohibida por la religión. “Llevamos a nuestra madre y abuela a la campaña de concienciación y ellas se convencieron”, dijo a Global Voices. “Ellas escucharon los consejos del estudioso musulmán y mi sobrina no fue circuncidada”, dijo Rashad. Estudiosos de Al-Azhar y clérigos cristianos repetidamente han dicho que la MGF no es una obligación religiosa, si no más bien una costumbre centenaria.

Vivian Fouad, coordinator of the National Programme Against FGM, speaking to Global Voices at her office in the National Population Council.

Vivian Fouad, coordinadora del Programa Nacional contra la MGF, conversa con Global Voices en su oficina en el Consejo Nacional de Población. Foto de Menna Farouk.

Vivian Fouad, coordinadora del Programa Nacional contra la MGF, dice que la práctica desaparecerá gradualmente con la creciente concienciación y sanciones más severas para los responsables.

Ending the practice is controlled by several socio-economic factors, but it is mainly the rule of law and changing societal traditions which will bring such a procedure to an end.

Acabar con la práctica dependerá de varios factores socio-económicos, pero es principalmente el estado de derecho y cambiar las tradiciones sociales lo que va a llevar a que este procedimiento llegue a su fin.

A inicios de este mes, el parlamento endureció las sanciones contra la MGF, adoptando enmiendas que castigan a los responsables con hasta 15 años de prisión si una niña muere, y hasta siete años simplemente por realizar la cirugía. Las enmiendas también re-clasifican a la MGF de delito menor (donde el infractor usualmente recibe hasta dos años en prisión) a delito grave, lo que conlleva sentencias y castigos más severos. 

Fouad dice que ahora las ONG y el gobierno se centran en las generaciones más jóvenes porque las personas jóvenes pueden proteger a sus hijas en el futuro. Para el 2020, se espera que sólo la mitad de las mujeres en Egipto entre los 15 y 17 años serán circuncidadas.

“Tomará años, pero no podemos detener nuestra lucha contra la MGF. Y las generaciones más jóvenes se encuentran al frente de la lucha”, añadió.