El club de fútbol en el que las jugadoras usan hiyab es un espacio para la diversidad al sur de Tailandia

Buku FC teammates at their first practice. Photo by Fadila Hamidong, courtesy of Prachatai

Integrantes del Buku FC en su primera práctica. Fotografía de Fadila Hamidong, cortesía de Prachatai.

Este artículo editado de Thaweeporn Kummetha fue publicado en Prachatai, un sitio de noticias independiente de Tailandia, y se republica en Global Voices en el marco de un acuerdo para compartir contenidos. El texto fue traducido al inglés por Asaree Thaitrakulpanich.

Nota al lector: En Tailandia la mayoría de la población es budista, mientras en el extremo sur del país la mayoría es malayo-musulmana y algunos grupos pretenden establecer un estado independiente.

Lo único que mucha gente sabe sobre la región del extremo sur, a la que los residentes locales denominan “Patani”, es el conflicto que se ha cobrado más de 6,500 vidas en los últimos 12 años. La región está recibiendo fondos tanto privados como estatales, destinados a intentar poner fin a la violencia a través de un proceso de paz.

Sin embargo, Anticha Saengchai y Daranee Thongsiri, activistas LGBT y propietarias de la librería Buku Books & More Pattani, insisten en que a Patani no le faltan temas de debate, como la igualdad de género. Anticha y Daranee creen que las mujeres y la comunidad LGBT deberían poder opinar sobre el proceso de paz en la región, garantizándoles participación en la decisión sobre el futuro de Patani.

Para promover esta causa, Anticha y Daranee han fundado un equipo de fútbol, Buku FC, que ofrece a las mujeres y personas LGBT un espacio para expresarse. En una entrevista con Prachatai, Anticha habló acerca del proyecto:

Football is seen as a male sport, and a space for men. Women often go to football fields with the role solely as spectator, cheering on men who are playing. But in actuality anyone, regardless of sex, can kick a round ball. By starting a football club and encouraging women to join, we are saying to Patani society that women can do the same things men do. We want to convey to the women who come to play with us is the idea that they really can do things they may have thought they couldn’t, such as self-expression and leadership. We believe that the simple activity of football will affect other parts of their lives.

El fútbol es visto como un deporte masculino, y un espacio exclusivo para hombres. Las mujeres a menudo asisten a estadios de fútbol solo como espectadoras, para alentar a los jugadores. Pero en realidad cualquiera, independientemente del género, puede patear una pelota. Al fundar un club de fútbol y alentar a las mujeres para que se sumen, le estamos diciendo a la sociedad de Patani que las mujeres podemos hacer las mismas cosas que los hombres. Queremos transmitir a las mujeres que vienen a jugar con nosotros la idea de que en realidad pueden hacer cosas que quizás pensaban que no podían, como expresarse y ejercer liderazgo. Creemos que la simple actividad de jugar al fútbol afectará otros aspectos de sus vidas.

Aunque Buku FC alienta a mujeres y personas LGBT a sumarse, el equipo admite a todos, independientemente de sexo, género, edad, religión, creencias o posiciones políticas. El único requisito es tener una visión del mundo a través de la “lente del género,” o comprensión del género.

We intend the football field to be a microcosm of society, where people of any gender can coexist equally with respect for each others’ bodies and spaces. If it’s possible for that to happen in society at large, then we believe that it’s possible for our little rectangular football field, too. We want to demonstrate that whether man, woman, LGBT, or people with different levels of skill, we can all play the same game with the same set of rules, without the big people bullying the little people.

Pretendemos que el campo de juego sea un microcosmos social, donde personas de cualquier género coexistan por igual respetando los cuerpos y espacios de los demás. Si eso es posible en la sociedad en general, entonces creemos que también es posible en nuestro pequeño campo de fútbol. Queremos demostrar que hombres, mujeres, personas LGBT, o con diferentes niveles de destreza, todos pueden jugar el mismo deporte con las mismas reglas, sin que los más grandes acosen a los más pequeños.

El Buku FC, bajo el lema “Fútbol por la paz y la igualdad,” tuvo su primera práctica el 13 de agosto del 2016, en el Victory Stadium en el distrito Mueang, en la provincia de Pattani. Participaron 20 jugadores, 17 mujeres y tres hombres. La mayoría eran estudiantes de la sede en Pattani de la Universidad Prince of Songkla. Todos parecían entusiasmados de jugar en un verdadero estadio —especialmente las mujeres, la mayoría de las cuales lo hacían por primera vez.

Waeasmir Waemano and Sawani Mama, students at the Pattani campus of Prince of Songkla University, say that they want society to see that women can play football, and do so even while wearing hijabs. Photo by Fadila Hamidong, courtesy of Prachatai

Waeasmir Waemano y Sawani Mama, alumnas de la Universidad Prince of Songkla en Pattani, expresaron su deseo de que la sociedad vea que las mujeres pueden jugar al fútbol y que lo hacen usando hiyabs. Fotografía de Fadila Hamidong, cortesía de Prachatai.

¿Hiyabs y Fútbol? ¡Son compatibles!

Waeasmir Waemano, estudiante de cuarto año de la Facultad de Ciencias Políticas en el campus de Pattani de la Universidad Príncipe de Songkla, le dijo a Prachatai:

People often view football as being a man’s sport, so women think that it is inappropriate to play football, and they don’t dare. In the Deep South, people think that it’s not appropriate for women to play football because it’s a sport that requires you to raise your legs to kick. However, the world is changing and society in the Deep South must keep up.

La gente a menudo considera al fútbol un deporte de hombres, por lo que las mujeres piensan que no es un deporte apropiado para ellas, y no se atreven. En el sur, la gente piensa que el fútbol no es apropiado para las mujeres porque es un deporte que requiere levantar las piernas para patear. Sin embargo, el mundo está cambiando y la sociedad en la región sur debe ponerse al día.

Aunque Waeasmir practica deportes con regularidad desde que integra el equipo de fútbol sala de su universidad, todavía se siente indecisa respecto a jugar fuera de su universidad en el estadio Victoria, junto al cual se encuentra un campo de fútbol solo para hombres.

If I play sports outside the university, I get strange looks from people, as they think ‘Huh, a Muslim woman playing football.’ People in the Deep South are concerned about the body and they feel it is inappropriate [for women to play football], because when we run, parts of our body shake.

Si practico deportes fuera de la universidad, la gente me mira de modo extraño, porque piensan ‘Eh, una mujer musulmana jugando al fútbol». La gente de la región sur se preocupa por el cuerpo y siente que no es apropiado [que las mujeres jueguen al fútbol], porque cuando corremos, partes de nuestro cuerpo se mueven.

Sawani Mama, estudiante de tercer año en el mismo departamento que Waeasmir, expresó sus preocupaciones acerca de su cuerpo y los deportes. Ella temía que los demás la juzgaran porque correr en un partido de fútbol es inapropiado. Por lo tanto, lo solucionó usando dos camisas holgadas superpuestas y un velo que le cubre completamente el pecho.

Sometimes I still worry that while I run, my breasts will heave, or something like that. But I’m wearing loose shirts, a hijab, and even lipstick to play football. So I feel that all of these things go together, no problem.

A veces todavía me preocupa que mientras corro mis senos se balanceen, o algo por el estilo. Pero uso camisas sueltas, hiyab, e incluso labial para jugar al fútbol. Así que siento que si todas estas cosas van juntas no hay problema.

Ambas coinciden en que jugar al fútbol es una actividad que no solo favorece la expresión personal sino que también es una manera de decirle a la sociedad que las mujeres pueden practicar los mismos deportes que los hombres.

Anticha añadió que, para que las mujeres del equipo se sientan más cómodas en el juego, los hombres aún no han participado en partidos mixtos. Podrían practicar juntos, los hombres podrían dirigir los ejercicios de precalentamiento o ser arqueros. Una vez que todos entiendan las reglas y respeten las diferencias entre sus cuerpos, generaríamos un espacio para que hombres y mujeres participen del mismo juego en el futuro, explicó.

Buku FC team-mates warm-up before playing football. Photo by Fadila Hamidong, courtesy of Prachatai

El equipo de Buku FC precalentando antes del partido. Fotografía de Fadila Hamidong, cortesía de Prachatai.

No existen espacios para que las mujeres de la región sur puedan ejercitarse y cuidar su salud

Anticha manifestó que las mujeres en el sur no tienen muchas oportunidades de hacer ejercicio. En parte debido a los roles de género y a la responsabilidad que pesa sobre las mujeres del cuidado del hogar, de su marido e hijos. Las adolescentes también deben ayudar a sus madres en las tareas domésticas, y que se ejerciten en público es menos aceptable en comparación con sus pares varones.

Además, el ejercicio a menudo requiere que las mujeres usen pantalones y muevan las piernas en el mismo espacio que los hombres, situación que las desalienta de hacer ejercicio. Por supuesto, hombres y niños no tienen esa limitación, dijo Anticha. Los parques públicos y los campos de juego están casi en su totalidad ocupados por hombres.

Anticha considera que debería haber más apoyo para la creación de espacios donde las mujeres puedan practicar deportes en la región sur, como natatorios femeninos, que les brinden a las mujeres un ámbito de tranquilidad mientras se ejercitan.

Este artículo editado, escrito por Thaweeporn Kummetha, fue publicado originalmente por Prachatai, un sitio de noticias independiente en Tailandia, y se republica en Global Voices en el marco de un acuerdo para compartir contenidos. La traducción al inglés es de Asaree Thaitrakulpanich.

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