Las autoridades jordanas amordazan a los medios tras asesinato de escritor

Censorship. Image by Isaac Mao, April 18, 2005. CC BY 2.0

Censura. Imagen de Eric Drooker. CC BY 2.0.

El escritor jordano Nahed Hattar fue abatido a tiros el 25 de setiembre frente a un tribunal de la capital Ammán, donde debía comparecer para ser juzgado por una caricatura que había compartido en Facebook.

Las autoridades gubernamentales han prohibido oficialmente la cobertura informativa de su asesinato.

La caricatura en cuestión representaba a un hombre barbudo en el cielo, en la cama con dos mujeres, dentro de una tienda. Dios se asoma a la tienda, y el hombre pide a Dios que le traiga vino y anacardos. El escritor publicó la caricatura con el comentario «el Señor de Dawa'ish«. Dawa'ish es el acrónimo utilizado en árabe para referirse a los miembros o partidarios de ISIS en plural. Dawa'ishDáesh (las siglas de ISIS en árabe) normalmante se utilizan peyorativamente para referirse al grupo y sus miembros.

Hattar was facing three years in jail for insulting religion.

Hattar se enfrentaba a tres años de cárcel por insultar a la religión.

A instancias del primer ministro Hani al Mulqi, Hattar fue arrestado el 13 de agosto por «insultar a la divinidad». Según Al Jazeera, Hattar eliminó la caricatura poco después, afirmando que «se burla de los terroristas y su concepto de Dios y el cielo. No infringe la divinidad de Dios en modo alguno».

Hattar era un izquierdista acérrimo, conocido por sus polémicos escritos sobre política y su apoyo al gobierno sirio de Bashar al Asad. El escritor de 54 años estuvo detenido por la policía hasta ser puesto en libertad bajo fianza a principios de setiembre. A pesar de haber recibido amenazas de muerte, no se le concedió ningún tipo de protección policial.

Tras conocerse la noticia del asesinato el 25 de setiembre, los jordanos ya anticipaban el bloqueo informativo:

El procedimiento habitual … no se aborda el problema, se silencia.

Gobierno ordenará en breve bloqueo informativo sobre el asesinato Nahed Hattar. Porque silenciar a los medios es el problema.

¿Cómo se supone que debemos luchar contra el extremismo si no podemos hablar del tema?

Como era de esperar, el 26 de setiembre el Tribunal de Seguridad del Estado del país prohibió la cobertura informativa relacionada con el asesinato de Hattar. Según un comunicado publicado por la Comisión de Medios, un organismo gubernamental que regula los medios audiovisuales, impresos y electrónicos, la prohibición tiene como objetivo «preservar la confidencialidad de la investigación, y asegurar el interés público».

Esto no es algo nuevo en Jordania. El 1 de setiembre del 2016, el gobierno prohibió la cobertura informativa relacionada con el Rey y la familia real, a menos que las noticias se publiquen por la propia Corte Real Hachemita. El organismo regulador de los medios en Jordania publicó la prohibición mediante un comunicado de 25 palabras en el que no incluía detalles sobre la duración de la prohibición ni qué sanciones se impondrían a los infractores.

En Twitter, los jordanos lamentaban el hecho de que ahora se decreta el bloqueo informativo siempre que ocurre algo de interés periodístico:

1. Ocurre algo de interés 2. Unidos. Somos uno 3. Bloqueo informativo
Repetir

La revista local en línea 7iber enumeró quince órdenes de bloqueo informativo desde principios del 2014 hasta mediados de agosto del 2016. La lista incluye el bloqueo informativo decretado en el caso presentado por las autoridades jordanas contra Hattar, un día después de su arresto.

Otro ejemplo se produjo el 28 de agosto del 2016, cuando las autoridades prohibieron la cobertura de la detención de un predicador por publicar en Facebook un vídeo en el que criticaba la participación de Ammán en la campaña militar de Estados Unidos contra ISIS.

Aunque el gobierno jordano se apresuró a condenar su asesinato, describiéndolo como un «crimen atroz», los críticos afirman que también es responsable por presentar el caso contra el escritor, en primer lugar, y por no investigar las amenazas de muerte que había recibido.

El escritor y editor jordano Naseem Tarawnah tuiteó:

Digan lo que digan sobre Hattar, su asesinato nos recuerda la verdadera situación de la libertad de expresión, la expresión y medios de comunicación en Jordania.

En un editorial publicado el 26 de setiembre en el que lamentaba la muerte de Hattar, 7iber escribía:

If blood stains the hands of Hattar’s assassin who fired four shots at him, then the hands of the state and instigators are not clean either…Incitement against the murdered writer started on social media and other platforms, with threats to kill him published and delivered to him. This did not warrant “an order to investigate” nor did it initiate any legal case against the instigators…If this weren’t the same government that initiated Hattar’s trial, we might have been able to describe its role as negligent or complacent. But when its popularity and its acceptance by some is considered more important than protecting the life of one of its citizens, then its responsibility regarding this crime becomes much more significant.

Si bien la sangre tiñe las manos del asesino de Hattar que disparó cuatro veces contra él, las manos del Estado y los instigadores tampoco están limpias… La incitación contra el escritor asesinado comenzó en los medios sociales y otras plataformas, donde se publicaron y enviaron amenazas de muerte. Esto no mereció «una orden de investigar» ni se presentó ninguna acción legal contra los instigadores… Si este no fuera el mismo gobierno que inició el juicio contra Hattar, podríamos haber descrito su papel como negligente o complaciente. Pero cuando su popularidad y su aceptación por parte de algunos se considera más importante que proteger la vida de uno de sus ciudadanos, entonces su responsabilidad en este crimen adquiere una mayor importancia.

El Comité para la Protección de los Periodistas describía el asesinato del escritor como el «resultado de la falta de compromiso con la libertad de expresión por las autoridades jordanas», e instaba al gobierno a «llevar al asesino ante la justicia y cambiar su enfoque hacia la libertad de prensa para fomentar la transparencia y la protección de las voces críticas».

Este bloqueo informativo indica que el gobierno jordano no tiene la intención de liberalizar sus políticas de libre expresión o censura a corto plazo.

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