Suspensión de condena para estudiantes japoneses de una elitista universidad convictos por agresión sexual

Auditorio Yasuda de la universidad de Tokio

Auditorio Yasuda de la universidad de Tokio. Foto del usuario Bi-Yu Wu en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

La reciente condena de un grupo de hombres acusados de «agresión sexual en grupo» ofrece una reveladora perspectiva de la actitud japonesa en cuanto al sexo, las clases sociales y los privilegios, así como del poder de las tradiciones culturales.

El 22 de setiembre del 2016, el Tribunal de Distrito de Tokio dictaminó la suspensión de condena para dos hombres acusados de agresión sexual, mientras continua el juicio de un tercero, supuesto cómplice de los anteriores. Las condenas suspendidas de Matsumi Kensuke y Komoto Taichi, estudiantes de la universidad más prestigiosa de Japón, han generado una fuerte controversia y han encendido el debate en la Red.

Kensuke, un alumno de 22 años de la universidad de Tokio, fue acusado de dirigir un grupo de cinco compañeros de estudios que agredieron sexualmente a una joven estudiante de otra universidad menos reputada después de emborracharla.

Varios miembros del «Grupo de Investigación de Cumpleaños de la Universidad de Tokio» (東京大学誕生日研究会) fueron acusados y juzgados por la agresión sexual perpetrada contra una joven el 11 de mayo del 2016. Los chicos fueron arrestados después de que la víctima huyera y avisara a la policía.

El grupo estaba organizado como un círculo o club universitario, y tenía su propio perfil en Twitter, que ha sido eliminado.

«Grupo de Investigación de Cumpleaños de la Universidad de Tokio»

Captura de pantalla de la extinta cuenta en Twitter del «Grupo de Investigación de Cumpleaños de la Universidad de Tokio». Imagen aparecida profusamente en los medios sociales.

Identificado como cabecilla, Matsumi testificó en el juicio que se sintió con derecho a agredir a la mujer porque la veía como «intelectualmente inferior» por no asistir a la Universidad de Tokio. Popularmente conocida como «Todai», la UDT hace mucho tiempo que está considerada la mejor de Japón, y sus licenciados suelen pasar a formar parte de la élite de la sociedad japonesa.

El sistema de enseñanza universitaria de Japón se compone de universidades públicas y privadas. Existe una fuerte competencia para ser admitido en ciertas universidades públicas, sobre todo en la Universidad de Tokio. Aunque el costo de la matrícula en esta universidad es relativamente bajo, la admisión depende de los resultados del durísimo examen nacional, además de las pruebas de acceso de la propia universidad. Los estudiantes que aprueban y son aceptados en la Universidad de Tokio se consideran «lo mejor de lo mejor», y se encaminan hacia el liderazgo del gobierno y la empresa privada.

Aunque fueron declarados culpables de un grave delito, los hombres han salido airosos con relativa facilidad con una suspensión de sentencia porque habían indemnizado a la familia de la víctima, se habían disculpado en persona y expresado su arrepentimiento ante el tribunal.

Según Shusuke Murai, periodista del Japan Times que informó de la sentencia:

Presiding Judge Hajime Shimada said that what the defendant did was worthy of strong condemnation because it disrespects the victim. The judge went on to say, however, that there is room for rehabilitation because the student had expressed remorse for his actions.

El juez que presidía el tribunal, Hajime Shimada, dijo que lo que hizo el acusado merecía una severa condena porque es una falta de respeto hacia la víctima. No obstante, siguió diciendo que había posibilidades de rehabilitación porque el estudiante ha expresado remordimiento por sus acciones.

Las disculpas sinceras pueden tener un gran peso en los tribunales japoneses. A principios de setiembre se retiraron los cargos contra un actor japonés acusado de agredir sexualmente a una trabajadora de un hotel, después de que dicho actor y su madre (también una prominente celebridad) se disculparan.

En el caso de la estudiante universitaria, los acusados que ya habían sido condenados afirmaron que el alcohol había nublado su entendimiento, aunque no todo el mundo quedó convencido con su justificación:

No puedo cree que [Matsumi Kensuke] salga con una excusa tan pobre.

(Texto del articulo adjunto:)

Título: Acusado expresa remordimiento, promete no volver a beber alcohol. Sentencia de dos años, suspendida durante cuatro años.

«Sentenciado el líder del asalto sexual perpetrado por grupo de la Universidad de Tokio» (deTBS Broadcasting)

Tres alumnos de tercer año de la universidad de Tokio, declarados culpables de agresión sexual en grupo a una estudiante.

Las actividades del grupo se parecen a las de «Super Free» un «club» universitario similar que orquestó una serie de violaciones en grupo en los años 2002 y 2003. Sus líderes, varios estudiantes de Waseda ─otra universidad de élite en Tokio─ fueron detenidos en el 2003, y se les impusieron severas sentencias de hasta 12 años de prisión.

A diferencia de este último incidente, que parece estar limitado a una sola agresión sexual, «Super Free» planeaba con meticulosidad y ejecutaba metódicamente las agresiones que perpetraba, drogando a numerosas jóvenes en fiestas y juergas.

Emborrachar a mujeres ─o incluso drogarlas─ para facilitar una agresión sexual no es infrecuente en Japón. En el 2014, varios estudiantes de Meiji Daigaku, otra prestigiosa universidad, drogaron a numerosas estudiantes que quedaron inconscientes en la calle.

Con este telón de fondo, la suspensión de sentencia a los alumnos de la universidad de Tokio ha desconcertado a muchos observadores:

«Agresión sexual en grupo, líder de Todai declarado culpable»

Matsumi ha prometido que nunca volverá a beber alcohol, parece que le echa la culpa a la bebida.

¿Promete que no volverá a beber alcohol el resto de su vida? Más vale que no lo haga porque todo Japón va a estar vigilándole. ¿Pero se curará de ser un sádico sexual extremo? ¿En serio debemos dejar a este siniestro personaje en libertad?

Mientras tanto, la víctima de la agresión sigue conservando su anonimato, lo que ha inducido a un tuitero a señalar:

La razón por la que suceden estos delitos de imitación es porque su único castigo es un golpecito en la mano. Lo más probable es que vuelva a producirse un delito similar. A menos que oculten su nombre y su rostro, las víctimas no pueden tener la esperanza de volver a sus antiguas vidas ni de curar su cuerpo y su alma.

(Titular del artículo adjunto:)
Estudiantes convictos de agredir sexualmente a una mujer «intelectualmente inferior»

El blog de noticias Kuroshi Sokuho (黒子速報, «Noticias breves entre bastidores») hizo una corta investigación e informó de que los contactos de la familia de Matsumi Kensuke podrían haber influido en la indulgente sentencia:

松見被告の父親もエリートで、東大・法学部を出身、現在はメガバンク系投資ファンドに勤務する金融マンだそうです。

El padre de Matsumi también pertenece a la élite, es licenciado de la facultad de Derecho de la universidad de Tokio, y ahora trabaja como gestor financiero en el fondo de inversión de un «megabanco».

Si es cierto, los jóvenes convictos de agresión sexual en este caso podrían haber tenido la opción de recurrir a una extensa red de contactos influyentes para reducir la severidad de su sentencia.

La culpabilización de la víctima ─la actitud cultural de que la joven agredida se buscó su propio infortunio al entrar voluntariamente en el apartamento de Matsumi (a las chicas japonesas se les advierte hasta la saciedad que no deben hacerlo a menos que piensen tener relaciones sexuales)─ podría también haber influido en la suspensión de sentencia que obtuvieron los agresores.

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Japón informó de 1,2 incidentes de agresión sexual (violación) por 100 000 habitantes en el 2014, comparado con los 28,6 de Estados Unidos. Aunque el país asiático goza de una tasa delictiva extremadamente baja, preocupa que muchos casos de agresión sexual no lleguen a denunciarse.

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