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Las trabajadoras domésticas inmigrantes de Singapur encuentran sus voces en línea

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Foreign domestic workers demand protection and better living conditions. Photo from the Facebook page of HOME [1]

Las trabajadoras domésticas inmigrantes exigen protección y mejores condiciones de vida. Crédito foto: Facebook / “HOME”

La Organización Humanitaria para Migrantes Económicos (“HOME,» según sus siglas en inglés) aspira a «dar voz a quienes no tienen voz» en Singapur poniendo a disposición una plataforma [2] (una página web llamada “MyVoice”) para trabajadores migrantes para que escriban y suban sus historias, artículos, fotografías, y poesía. El grupo de incidencia también ofrece asistencia a los trabajadores que han sufrido abusos.

De acuerdo a datos oficiales [3], Singapur es el hogar de 1.3 millones de trabajadores migrantes extranjeros. Más de 200.000 son trabajadoras domésticas, principalmente de países vecinos como Filipinas, Indonesia, Birmania e India.

En años recientes, han surgido denuncias de maltratos sufridos por trabajadoras domésticas a manos de sus empleadores. Los casos de abusos están en aumento, a pesar de las nuevas leyes destinadas a proteger [4] los derechos de las trabajadoras domésticas. El último mes, una página web de noticias de Singapur publicó un reportaje [5] sobre las condiciones cercanas a la esclavitud de más de 9.000 trabajadores inmigrantes.

Muchas de las historias y poemas publicados en MyVoice son desgarradores testimonios que raras veces se escuchan o son cubiertos en Singapur. Resaltan la dramática situación de las trabajadoras domésticas inmigrantes, en su mayoría mujeres jóvenes que han dejado atrás a familias empobrecidas en sus respectivos países para buscar mejores oportunidades en Singapur.

Myrna Javier, por ejemplo, escribió [6] un poema sobre un niño cuya madre está trabajando en otro país. Un extracto del poema dice:

Father, where is my dearest Mama?
Tearfully ask the little one.
Papa can’t give her the right answer
That Mama went to seek for a job on a foreign land
To give us all the better life and free us all from all this strife.

Suppressed happiness in exchange of a dime to a dollar.
Scarcity, of everything, shelter, food and tattered clothes
Simple yet happy filled with love and unity.

Hush dear child, be patient and good.
Dear Mama will be home
Until then let’s smile at the sun and moon
She’ll be with us forever soon

Padre, ¿dónde está mi querida madre?
preguntó con lágrimas la pequeña
Papá no puede darle la verdadera respuesta
Que mamá fue a buscar trabajo en una tierra extranjera
Para darnos una mejor vida y liberarnos de toda lucha.

Suprimir la alegría a cambio de diez céntimos de dólar
La carencia, de todo, un refugio, comida y ropa en harapos
Simple y felizmente llena con amor y unidad.

Calla pequeña niña, se paciente y buena
Tu querida madre estará en casa
Hasta entonces sonriamos al sol y a la luna
Ella estará con nosotros, para siempre, pronto.

Members and volunteers of HOME hold a solidarity event for a detained Filipino domestic worker in Indonesia. Photo from the Facebook page of HOME [7]

Miembros y voluntarios de HOME organizan un evento en solidaridad con una trabajadora doméstica filipina en Indonesia. Foto: Facebook/ «HOME»

El poema de Bhing Navato captura [8] la experiencia de muchas trabajadoras domésticas que han encontrado abuso y buscado ayuda en grupos como HOME

When I decided to leave my country,
The hardest part was leaving my family.
When I looked at my children, it broke my heart
My husband’s teary eyes tore me apart.

I arrived here full of hope,
I prayed day by day so I could cope.
With three houses to clean in a week,
Rice and eggs for my meals, it really made me weak.

My sleeping area was inadequate,
Although I had a mattress, a pillow and a blanket.
Beside the fish tank was my place to sleep.
Every night, I told the fish,
You’re lucky, you have a crib.

I almost lost my temper one day
When she came to me with only harsh words to say.
I looked at her and thought this way:
The day will come when I will have my way.

Finally it happened, I finished my contract,
Asked for a transfer, but she wanted to send me back.
I was surprised, it was really unfair
I worked so hard, she didn’t even care.

So I decided to leave without permission,
Running away was my only option.
I went to HOME, they guided me all along,
They helped me in everything, taught me how to be strong.

Cuando decidí dejar mi país,
la parte más difícil fue dejar a mi familia.
Cuando miré a mis hijos, me rompió el corazón.
Los ojos llorosos de mi esposo me desgarraron.

Llegué aquí llena de esperanza.
Recé día a día para poder lidiar con esto.
Con tres casas por limpiar cada semana,
arroz y huevo por comida, realmente me debilité.

Mi zona para dormir era inadecuada,
aunque tenía un colchón, una almohada y una manta.
Al lado de la pecera estaba mi sitio para dormir.
Cada noche les decía a los peces,
son afortunados de tener una casa.

Casi pierdo los estribos un día
cuando ella se acercó a mí solo con palabras duras.
La miré y pensé así:
llegará el día cuando tenga mi propio rumbo.

Finalmente ocurrió, acabó mi contrato,
pedí una transferencia, pero ella quería enviarme de vuelta.
Estaba sorprendida, era realmente injusto.
Trabajé tan duro y a ella ni siquiera le importó.

Así que decidí irme sin permiso,
escapar era mi única opción.
Fui a HOME, me guiaron todo el camino.
Me ayudaron en todo, me enseñaron a ser fuerte.

Desi, una trabajadora doméstica que sufrió maltratos, encontró inspiración [9] para ayudar a otras:

Though clueless about Singapore when I arrived in 2014, I was filled with hope. But, only a few days into my work, my employer started to abuse me very badly. A friend helped me escaped after seeing the fear in my eyes and black and blue swelling on my face.

HOME took me into their shelter. I was traumatized, frightened and extremely sad. It was a good intention that brought me to work in Singapore and I cannot understand why I was treated so horribly. That was probably why so many people came to help me.

Even though my family is far away, I have many friends who are very supportive. I don’t have to be embarrassed about my mistreatment because I have done nothing wrong. Now I have found a new dream, a mission in life: helping others. But first, I have helped myself.

Aunque no tenía ninguna idea sobre Singapur cuando llegué en 2014, estaba llena de esperanza. Pero con solo unos pocos días en mi trabajo, mi empleador empezó a violentarme de mala manera. Una amiga que me ayudó escapó después de ver el miedo en mis ojos y mi rostro inflamado con marcas negras y azules.

HOME me llevó a un refugio. Estaba traumatizada, asustada y extremadamente triste. Fue una buena intención la que me trajo a trabajar a Singapur y no puedo entender por qué fui tratada tan horriblemente. Es probable que por eso tantas personas vinieron a ayudarme.

Aunque mi familia está lejos, tengo muchos amigos que me han apoyado mucho. No tengo por qué estar avergonzada por el maltrato recibido porque no he hecho nada malo. Ahora he encontrado un nuevo sueño, una misión en la vida: ayudar a otros. Pero primero, me he ayudado a mí misma.

Este poema de Rosita Madrid Sanchez refleja [10] la historia de los trabajadores que aprendieron a hacer valer sus derechos:

As a foreign domestic worker, I have been away for 7 years, and within these years, I have been blindfolded myself. My rights were taken away by my employers and they took away the real me. I just let it go for the sake of earning dollars to send home for my kids.

I can’t be happy, I can’t be sad, I can’t feel the feeling of being a mother because I don’t have the rights to feel so. But you as an employer, do you feel the sadness when you are away from your kids, when you go overseas for work? Do you feel that from hearing the voice of your kids you will know if they are ok? How about me? I am a mother too, I am also human. I can feel these feelings, I can feel all that you can.

But starting this day, I am standing for myself. I am standing for my kids and I am standing for their future, for my future. Stop discrimination. Stop being blindfolded.

He estado fuera por 7 años como trabajadora doméstica migrante y, en este tiempo, he tenido una venda en los ojos. Mis derechos fueron arrebatados por mis empleadores y me quitaron a la verdadera persona que soy. Lo dejé pasar para ganarme dólares y enviar dinero a casa para mis niños.

No puedo ser feliz, no puedo estar triste. No puedo sentir la sensación de ser madre por que no tengo los derechos para hacerlo. Pero tú, como empleador, ¿sientes la tristeza cuando estás lejos de tus hijos cuando viajas por trabajo? ¿Lo sientes al escuchar las voz de tus hijos, sabrás si están bien? ¿Qué hay de mí? Soy una madre también, también soy humana. Puedo sentir estos sentimientos. Puedo sentir todo aquello que tú sientes.

Pero al comenzar este día, estoy poniéndome en pie por mí misma. Me levanto por mis hijos y por su futuro, por mi futuro. Basta de discriminación. Basta de estar con una venda en los ojos.

Maria Allen Cellan motiva [11] a los compañeros trabajadores migrantes  que sigan persiguiendo sus sueños:

Whatever our dreams are, we should never stop reminding ourselves why we are in a foreign country, working hard. We should always be thinking about what’s possible for us in our lifetime. I am pretty sure that most of us don’t want to spend the rest of our lives working overseas and away from our families. We need to keep our dream alive in our hearts, even as we are pushed to work harder and harder every day, enduring all the pains caused by work, all the sleepless crying nights, the homesickness, the starvation and even the lack of freedom and dignity for ourselves. All this endurance should not be wasted.

Cualquiera que sean nuestros sueños, no deberíamos dejar de recordarnos por qué estamos en un país extranjero trabajando duro. Debemos pensar siempre en aquello que es posible en nuestra trayectoria de vida. Estoy muy segura de que la mayoría de nosotros no queremos pasar nuestras vidas trabajando en ultramar y lejos de nuestra familia. Necesitamos mantener nuestro sueño vivo en nuestros corazones, aunque se nos presione para trabajar más y más duro cada día, sobrellevando todos los dolores causados por el trabajo, todas las noches de llanto sin dormir, la añoranza del hogar, el hambre e incluso la falta de libertad y de dignidad para nosotros.Todas estas pruebas de resistencia no deben caer en saco roto.