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9 razones para amar Afganistán

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Afganistán, Derechos humanos, Desarrollo, Educación, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Juventud, Lenguaje, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, Protesta, Viajes

Niños afganos aclamando la paz. Foto de Najeeb Azad.

Este artículo es una versión editada del que apareció primero en el blog del autor, A New Stone of Hope (Una nueva roca de paz) [1].

En el extranjero, la palabra Afganistán infunde temor en el corazón de muchas personas, mientras otras rápidamente la asocian con el movimiento talibán que gobernó el país entre 1996 y 2001 y que continúa buscando el poder a través de las armas.

Pero más allá de la política, Afganistán es una fuente de gran inspiración y determinación por sus muy sufridos ciudadanos, por una serie de razones.

Así que en vez de hacer las preguntas frecuentes de por qué tantos afganos están listos para dejar su país de nacimiento, ¿no sería mejor preguntar por qué tantos eligen quedarse?

1. Es uno de los países más jóvenes del mundo, y los niños son su orgullo

Afganistán es el quinto país más joven [2] del mundo, el 68% de su población tiene menos de 25 años. Estas florecientes estadísticas demográficas crean riesgos y oportunidades. Los jóvenes quieren aumentar su participación en el desarrollo del país y depende de las generaciones mayores permitirles que lo logren.

Con esperanza, se crearán oportunidades para que los jóvenes presten sus servicios en su país en desarrollo, afectado por conflictos, en vez de partir a países desarrollados.

Lamentablemente, debido a la mala gobernabilidad del Gobierno de Unidad Nacional, el desempleo es muy alto, como lo son la inseguridad, corrupción y violencia.

Aunque muchos jóvenes están atrapados por grupos extremistas, adicción a los narcóticos y pobreza, la juventud de Afganistán sigue siendo el mayor recurso sin utilizar del país, y su única esperanza de un mejor futuro.

2. Diversidad de… todo

A pesar de su área geográfica relativamente pequeña, Afganistán aloja una amplia gama de:

  1. Legado cultural — desde los rastros del reinado de Mahud de Ghazni [3] (otrora Capital Cultural del Mundo Islámico) al reinado de Koshani en Bamiyán (que en 2015 se convirtió en la Capital Cultural de la Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional [4]);
  2. Idiomas — de shighnani a brahawi [5];
  3. Dialectos [5] — del pastún de Kandahar sha – (‘bien’ o ‘bueno’) a kha; de Nangarhari;
  4. Comida — de un Uzbaki Qabuli [6] a un Hazaragi Wogray Ajay [7];
  5. Vestimentas [8] — de una larga vestimenta uzbaki a la moderna bella vestimenta kabulí;
  6. Instrumentos musicales — del dambura [9] al rubab [10];
  7. Danzas [11] — desde atan a qarsak;
  8. Juegos nacionales: de buzkashi [12] a toup-dunda [13];
  9. Fauna [14] — desde el hermoso leopardo de las nieves, la oveja Marco Polo y el yak al pinzón de las nieves con forma de jet;
  10. Flora — del ruibarbo al heracleum gigante (hay más de 3,000 especies de plantas [15] en Afganistán, incluidas cientos de variedades de árboles, arbustos, vides, flores y hongos, que hacen de Afganistán más diverso en términos de variedades de especies de flora que en todo Europa).

Décadas de conflicto en Afganistán han ofrecido una oportunidad para que los políticos y fuerzas externas aprovechen la diversidad del país para agitar el conflicto entre comunidades. Pero la diversidad sigue siendo fundamental en el patrimonio nacional de Afganistán y una inspiración para una gran parte de la población.

3. Hospitalidad como en ningún otro lugar

Los afganos son instintivamente hospitalarios, atienden a los invitados como si fueran uno de los suyos, con comida hecha en casa. Esto está en la raíz del proverbio «nan wa piyaz, qash waz”, que significa «pan y cebolla es la comida, con buen humor”.

4. Tremendo patriotismo, a pesar de las divisiones

Los afganos son patriotas, con una abundante historia de lucha por la independencia y contra invasiones extranjeras.

Los intentos británicos y soviéticos para llamar al país al orden fueron repelidos por los afganos.

Aunque las potencias extranjeras también tuvieron un papel en apoyar estas insurgencias antiimperialistas en Afganistán, no hubiera sido posible sin el sobrecogedor vínculo de los afganos a su tierra y su hambre de independencia.

Hoy, los afganos están cada vez más unidos contra algunos de los peores actos de terrorismo en el mundo, que han encontrado un lugar en su país.

La llamada Revolución Tabassum [16], por ejemplo, fue un movimiento social que surgió en la protesta que siguió a la brutal decapitación de una niña de nueve años en la provincia Zabul de Afganistán por parte de militantes con aparentes afiliaciones con el grupo radical ISIS que ahora está activo en el país.

Afganistán es aún un país donde las potencias externas siguen ejerciendo el divide y vencerás, pero una sociedad civil envalentonada, particularmente en la capital, está alzando su voz contra la creciente violencia e inseguridad.

Esta es una nueva lucha patriótica, que plantea desafíos al gobierno con su mal rendimiento y el Talibán por igual.

5. Las mujeres tienen mayor visibilidad

En una encuesta de 2011 de la Fundación Thomas Reuters, Afganistán fue identificado como el lugar más peligroso para que vivan las mujeres [17] debido a las altas tasas de mortalidad, acceso limitado a los doctores y falta de derechos económicos.

Sin embargo, ha habido grandes logros en el camino de igualdad de género desde la salida del Talibán que restringía el acceso de las mujeres a trabajar fuera de casa, restringía la capacidad de las mujeres de viajar sin hombres y que hizo de la burqa el indiscutible vestido nacional femenino.

La Constitución afgana, establecida en 2004, hace una nota específica de igualdad de género en el artículo 22, que afirma: «Está prohibida toda clase de discriminación y privilegio entre los ciudadanos de Afganistán. Los ciudadanos de Afganistán –hombres y mujeres– tienen iguales derechos y deberes ante la ley”.

Con mujeres en el Parlamento, y en raras ocasiones, detrás del volante de un taxi, las cosas han mejorado en tiempos recientes.

Pero todavía hay un largo camino por recorrer antes de que sus derechos fundamentales estén garantizados.

6. La simplicidad reina

Los afganos viven su vida de la manera más simple posible.

Familias afganas enteras tienden a vivir juntas en una sola casa de manera colectiva, a diferencia de Occidente, donde todos tienen sus propias habitaciones y la familia solamente se reúne a la hora de las comidas.

La simplicidad en los afganos se extiende a preferir sentarse en el suelo con las piernas cruzadas antes que en sillas, y dormir en colchones en el suelo en vez de camas.

La ambivalencia hacia el lujo ha ayudado a los afganos a sobrevivir las dificultades por las que han atravesado a lo largo de años, y la vida básica es algo que muchos prefieran, aunque tengan dinero.

Para los afganos, el hogar simple es un santuario. Los problemas reales empiezan afuera.

7. Los niños asisten al colegio

En 2001, no había niñas que asistieran formalmente al colegio en Afganistán, y solamente un millón de niños iba a clases.

Según el Banco Mundial [18], un total de 7.8 millones de niños estaban matriculados en el colegio en 2012, incluidas 2.9 millones de niñas. Solamente una nueva generación de afganos trabajadores e intelectualmente curiosos pueden poner realmente al país en un camino hacia el desarrollo y la autonomía.

8. Nan, nan y más nan

Los afaganos son adictos al nan [19] que, objetivamente hablando, es una de las formas más sabrosas de pan. Una popular comida llamada shorba [20] a menudo incluye comer nan con nan; abreviado como nan, se remoja en caldo y luego se come con nan seco.

Los afganos que viven en el extranjero a menudo informan de peculiares antojos de nan, que incluyen dolor de dientes por comer el pan en tajadas más suave que no se puede comparar con su adorado alimento esencial.

9. Deliciosa fruta en la tierra y fantástica riqueza mineral debajo

Más del 80% de la población de Afganistán depende de la agricultura como medio de vida [21]. El país también es rico en oro, cobre y otros minerales. Lamentablemente, debido a amenazas de seguridad, se ha hecho poca inversión en las tierras de Afganistán. Según un estudio, se estimó que el valor de los recursos minerales del país eran cerca de tres mil billones de dólares estadounidenses [22].

Se puede encontrar muestras de la amplia riqueza natural del país, más fáciles de obtener, en bazares en el país. La provincia afgana de Kandahar tiene algunas de las granadas más deliciosas del mundo, Bamiyán tiene papas de clase mundial y Kunduz es reconocida en toda la región por sus increíbles melones. Solamente por la fruta, ¡Afganistán bien vale una visita!