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Bulgaria, un ejemplo de cómo los refugiados no tienen que ser un problema sino una solución

Categorías: Europa Central y del Este, Medio Oriente y Norte de África, Bulgaria, Hungría, Siria, Turquía, Derechos humanos, Guerra y conflicto, Historia, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Política, Relaciones internacionales, Respuesta humanitaria
Refugee children resettled in Bulgaria after the Balkan Wars. Photo: Wikipedia, Public Domain. [1]

Refugiados de las Guerras de los Balcanes de Grecia reubicados en Bulgaria en 1913. Muchos búlgaros contemporáneos son descendientes directos de la ola de refugiados que se integró exitosamente a la sociedad búlgara en los dos siglos pasados. Foto: Wikipedia, dominio público.

Los refugiados que escapan del conflicto y la persecución en Siria, Irak, Afganistán y otras partes continúan tomando la así llamada Ruta de los Balcanes de Turquía a Hungría en busca de una mejor vida en Europa Occidental, y algunos gobiernos europeos continúan recibiéndolos con hostilidad. La mayoría de políticos de derecha usan su presencia para intimidar a su electorado, y en algunos países la crisis de refugiados es usada como excusa para actividades paramilitares [2].

Si cree que éste es un enfoque errado, aquí tiene una razón más para añadir a su arsenal.

Un reportaje [3] reciente por la Red de Periodistas Investigadores de los Balcanes (BIRN) sobre Bulgaria cuenta la historia de un hombre que ilustra cómo los refugiados pueden brindar soluciones a algunos problemas existentes, en este caso al proveer talento a sectores que enfrentan la escasez de trabajadores calificados.

“The Bulgarian business processing sector lacks 50,000 people. The first condition for employees is to speak one more language apart from their mother tongue, because the companies operating from Bulgaria provide services for the whole world,” Vasil Velichkov, owner of the Sofia-based Sensika company, explained to BIRN.

“A los negocios búlgaros en el sector de procesamiento les faltan 50,000 personas. La primera condición para los empleados es hablar más de un idioma aparte de su lengua nativa, porque las empresas que operan desde Bulgaria brindan servicios al mundo entero”, explicó a BIRN Vasil Velichkov, dueño de la empresa Sensika, con sede en Sofía.

Refugiados con formación académica, tales como el periodista sirio y profesor universitario de literatura, Elias Sulaiman, 33 años, ayuda a llenar esos vacíos. Él llegó a Bulgaria en el 2013 buscando pasar a Alemania o Suecia, pero a medida que pasaba tiempo en el país ayudando a otros refugiados como voluntario, empezó a informarse sobre las oportunidades de empleo en la creciente industria de tecnologías de la información, y ahora es empleado de una empresa de subcontratación. También ha formado una familia con una mujer de la localidad. Un factor importante en su éxito fue su conocimiento de árabe y español nativos.

Por su parte, el sector empresarial de Bulgaria logró convencer al gobierno de «facilitar el procedimiento para que especialistas no europeos obtengan un carné azul europeo que les otorgue el derecho a trabajar». Sin embargo, el caso de Sulaiman es relativamente raro debido a la falta de compromiso del gobierno con la población de refugiados en general.

Refugee family arriving in Europe. Photo: International Federation of Red Cross and Red Crescent Societies, CC BY-NC-ND. [4]

Una familia de refugiados iraquíes llegando a Europa. Foto: Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), CC BY-NC-ND.

La escasez de trabajadores no es exclusiva de Bulgaria –o al menos no lo será conforme pase el tiempo. La mayoría de los países europeos, incluyendo aquellos que no son miembros de la Unión Europea, tienen poblaciones que envejecen, y si las cosas no cambian, van a necesitar muchos trabajadores que realicen todo tipo de trabajos en un futuro próximo.

Bulgaria también ha visto a sus propios ciudadanos dejar el país en masa en su historia reciente. Varios años atrás, luego de que Bulgaria se uniera a la Unión Europea, muchos trabajadores se fueron en busca de mejores perspectivas que repentinamente se volvieron accesibles a ellos en los países más pudientes de la Unión Europea. Por ejemplo, muchos búlgaros se fueron al Reino Unido para trabajar como recolectores de fresas y papas o a Grecia para trabajar como camareros en hoteles. Un visitante de Bulgaria en ese tiempo usualmente podía escuchar a las personas de la localidad quejarse sobre cómo todos los jóvenes y mujeres ‘se habían ido’.

‘No invertir en los refugiados es una enorme oportunidad perdida’

Sin embargo, los refugiados que llegan a Europa no siempre son tratados como potenciales miembros productivos de la sociedad.

La Declaración de Bratislava [5], adoptada el 16 de setiembre por los líderes de los 27 países que permanecen en la UE (sin el Reino Unido), usa un lenguaje que evoca más a un estado de guerra que a una crisis humanitaria. Por ejemplo, habla de un «compromiso actual de un número de Estados Miembros de ofrecer asistencia inmediata para fortalecer la protección de la frontera de Bulgaria con Turquía, y continuar apoyando a otros Estados fronterizos» (el énfasis fue añadido).

Los refugiados y otros migrantes continúan siendo vulnerables al maltrato. Politico.com indicó [6] que grupos de derechos humanos en Hungría muestran preocupación de que la comunidad internacional está haciendo la vista gorda ante varios abusos de las autoridades en la frontera húngara.

Hungría “está golpeando brutalmente a estas personas antes de enviarlas de vuelta a Serbia”.

Europa ha tenido su cuota de crisis de refugiados durante los últimos cien años. A menudo, a pesar de los imperativos morales, los gobiernos del continente no respondieron con empatía. Muchos de los países de la actual Ruta de los Balcanes se vieron directamente afectados, tanto como fuente de exiliados como de destino de refugiados después de la Guerra de los Balcanes, la Primera Guerra Mundial, el Holocausto [12], la Revolución húngara de 1956 [13] y campañas de ‘limpieza étnica’ de los 90 en la ex Yugoslavia.

«…al final, la historia se pone de parte de aquellos que ayudan refugiados, no de aquellos que los vilipendian».

La historia ha demostrado que en muchos casos, actitudes burocráticas equivocadas pueden causar tanto sufrimiento humano como el racismo y la intolerancia absolutos. Muchos de los responsables de abusos durante los eventos históricos antes mencionados después afirmaron que ellos solo estaban obedeciendo ciegamente las órdenes y siguiendo ‘las reglas’.

El Centro de Ayuda Legal “Voice in Bulgaria” publicó un informe [17] sobre sus hallazgos respecto a aspectos legales y humanitarios de las detenciones de más de 30,000 migrantes y solicitantes de asilo en el 2015 y más de 5,000 durante los primeros cincos meses del 2016. La mayor parte de los detenidos eran de Siria, Afganistán e Irak.

Detención de migrantes en Bulgaria: descargue el informe completo: https://t.co/OFrmsp49rJ [19]

También puede visitar la página web: https://t.co/XWUMP8AUXe [20]

El informe confirma la existencia de «prácticas habituales de detención, en la mayoría de casos basadas más en las políticas para ‘lidiar con’ el flujo migratorio en aumento que con una evaluación  individual del caso en particular y una necesidad de imponer este tipo de medida solo con miras de lograr el objetivo final de sacar a estas personas del país».

El informe también notó actitudes preocupantes hacia menores no acompañados y prácticas corruptas durante la detención.

Superar esa mentalidad inhospitalaria puede ser beneficioso tanto para los refugiados como para los países receptores.

En el 2014, Melissa Fleming de la Agencia de Refugiados de Naciones Unidas, dio una charla TED sobre la necesidad de ayudar a que los refugiados reconstruyan sus vidas, en vez de solo permitirles sobrevivir.

Not investing in refugees is a huge missed opportunity. Leave them abandoned, and they risk exploitation and abuse, and leave them unskilled and uneducated, and delay by years the return to peace and prosperity in their countries […] The victims of war can hold the keys to lasting peace, and its the refugees who can stop the cycle of violence.

No invertir en los refugiados es una enorme oportunidad perdida. Déjenlos abandonados y corren riesgo de ser objeto de explotación y abuso, déjenlos sin educación ni formación, y retrasarán años el regreso a la paz y prosperidad en sus países  […]. Las víctimas de la guerra pueden tener la llave de la paz duradera, y son los refugiados quienes pueden detener el ciclo de violencia.