Nicolas Sarkozy ha comenzado su campaña presidencial sin ahorrar declaraciones sorprendentes.
Buscando los votos del sector más a la derecha de su partido, Los Republicanos, Sarkozy desconcertó a propios y extraños la semana pasada, cuando afirmó que «desde que nos convertimos en franceses, nuestros ancestros son los galos». La declaración no deja de ser descabellada, ya que parece bastante difícil modificar un árbol genealógico sobre la marcha. Pero más allá de esta lectura literal, el antiguo presidente busca en la frase «nuestros ancestros, los galos» un significado y una intención histórica en un contexto proclive a la fractura intercomunitaria, además de reforzar la impresión de un país a dos velocidades.
¿De dónde viene la frase «nuestros ancestros, los galos», y cómo interpretarla?
Esta sentencia apareció por primera vez en los libros de historia de la III República poco después de 1870, a iniciativa del historiador Ernest Lavisse, que explica así esta elección:
Il y a dans le passé le plus lointain une poésie qu'il faut verser dans les jeunes âmes pour y fortifier le sentiment patriotique. Faisons-leur aimer nos ancêtres les Gaulois et les forêts des druides, Charles Martel à Poitiers, Roland à Roncevaux, Godefroi de Bouillon à Jérusalem, Jeanne d'Arc, Bayard, tous nos héros du passé, même enveloppés de légendes car c'est un malheur que nos légendes s'oublient
En nuestro pasado más lejano hay una poesía que se debe inculcar en las almas jóvenes para reforzar el sentimiento patriótico. Hagámosles amar a nuestros ancestros los galos y los bosques de los druidas, Charles Martel en Poitiers, Rolando en Roncesvalles, Godofredo de Bouillon en Jerusalén, Juana de Arco, Bayard, todos nuestros héroes del pasado, aunque se envuelvan en mitos, porque sería una tragedia que se olvidaran nuestras leyendas.
Pero el problema es que esta afirmación, que inspiró los libros de historia hasta los años 80, es inexacta, como explica Suzanne Citron, autora del libro Le Mythe national. L'histoire de France revisitée («El mito nacional. La historia de Francia revisada»):
Cette lecture du passé français à travers la grille d’une Gaule qui préfigurerait la ‘nation’ est obsolète et non sans effets pervers. D’une part elle conditionne spatialement le passé autour du seul Hexagone, excluant de ce passé tout ce qui géographiquement lui est extérieur, comme les Antilles ou même la Corse.
Elle confère à la durée de la présence sur le sol hexagonal présumé ‘gaulois’ une vertu quasi-magique au nom d’une antériorité généalogique qui serait synonyme de supériorité. D’autre part, et c’est le plus grave, l’idée d’une souche gauloise ethnicise fantasmatiquement la ‘véritable’ nation et nie la diversité raciale et culturelle qui a constamment accompagné la création historique de la France.
Esta lectura del pasado francés a través de la perspectiva de una Galia precursora de «nuestra nación» es obsoleta y tiene efectos dañinos. Por una parte limita el espacio de nuestro pasado al hexágono de Francia continental excluyendo de ese pasado todo lo geográficamente exterior, como las Antillas o incluso Córcega.
Confiere a la presencia en suelo continental supuestamente «galo» una virtud casi mágica en nombre de los antecedentes genealógicos, que sería sinónimo de superioridad. Por otra parte, y esto es lo más grave, la idea de una ascendencia gala concede una etnicidad ficticia a la «verdadera» nación y niega la diversidad racial y cultural que ha acompañado constantemente la creación histórica de Francia.
Mathilde Larrere, historiadora de las revoluciones y de la ciudadanía, señala que la frase ya era obsoleta durante la época colonial:
5)Un mantra enseigné dans les écoles de la IIIe répu, puis dans les colonies ce qui ne manquait pas de sel… pic.twitter.com/DOBTOVm2Fg
— mathilde larrere (@LarrereMathilde) September 20, 2016
Un mantra que se enseñaba en las escuelas de la III República, y después en las colonias, lo que no deja de ser irónico…
Sarkozy se defiende de la creciente controversia argumentando que:
Ça veut dire qu'il y a un roman national, que ce roman national ce n'est pas forcément la vérité historique dans son détail mais c'est un roman national peuplé de héros qui ont fait la France, et quand on est fils d'un hongrois ou fils d'un algérien et que vous arrivez en France, on ne vous apprend pas l'histoire de la Hongrie ou de l'Algérie, on vous apprend l'histoire de France. Le nivellement de la pensée unique sur le droit à la différence ça suffit.
Eso significa que hay un relato nacional, que ese relato nacional no es necesariamente la verdad histórica al detalle, pero es un relato nacional poblado de héroes que han construido Francia, y cuando eres hijo de un húngaro o de un argelino y llegas a Francia, no te enseñan la historia de Hungría o Argelia, te enseñan la historia de Francia. Ya basta de pensamiento único raso sobre el derecho a ser diferente.
De esta forma, Sarkozy establece la aceptación de esta historia de galos por todo el mundo como una etapa necesaria para su asimilación con la nación francesa. Entonces, ¿cómo perciben esta frase de Nicolas Sarkozy los franceses cuyos ancestros, sin lugar a dudas, no son galos?
Thomas Snégaroff, profesor de historia, cita al poeta martiniqués Aimé Césaire sobre el tema de «nuestros ancestros, los galos»:
Quand vous lisez à 6 ans que vos ancêtres étaient des Gaulois, qu'ils étaient blonds aux yeux bleus…Et l'instituteur et nous mêmes nous rigolions. Nous étions avant tout des nègres et créolophones.
Cuando a los 6 años lees que tus ancestros eran galos, que eran rubios con ojos azules… el profesor y nosotros mismos nos reíamos. Casi todos éramos negros y hablábamos creole.
Por su parte, Josette Borel-Lincertin, presidenta del Consejo Departamental de Guadalupe, denuncia una «visión restringida de Francia»:
La République que nous défendons c'est précisément celle qui parvient à célébrer l'unité dans la diversité et certainement pas celle qui imposerait une vision étriquée de la France, de son identité et de son histoire. Je regrette cette escalade verbale de candidats qui, dans leur course effrénée derrière les électeurs du Front national, arrivent à en adopter les thèses plus éculées, les plus rétrogrades et les plus ineptes du point de vue historique.
La República que defendemos es precisamente la que es capaz de celebrar la unidad en la diversidad, desde luego, no la que impondría una visión restringida de Francia, de su identidad y de su historia. Me entristece esta escalada verbal de los candidatos, que en su frenética carrera tras los electores del Frente Nacional, llegan a adoptar las tesis más trilladas, retrógradas y chapuceras desde el punto de vista histórico.
Jean-Christophe Lagarde, presidente e la UDI (Unión de Demócratas e Independientes), evoca también a los franceses que llegaron de las antiguas colonias:
dont les parents et les grands-parents se sont battus pour que nous soyons aujourd'hui un pays libre. C’est une fiction scientifique, le peuple gaulois n’existait pas. C’est la composition de plein de peuples. La définition du citoyen français c’est de partager les valeurs de la France de liberté, d’égalité, de fraternité et de laïcité.
(…) cuyos padres y abuelos lucharon para que hoy seamos un país libre. Es una ficción científica, el pueblo galo no existía. Era una amalgama de muchos pueblos. La definición del ciudadano francés es compartir los valores de Francia: libertad, igualdad, fraternidad y laicidad.
Finalmente, Myriam Cottias, responsable del primer Centro Internacional Francés de Investigación sobre la Esclavitud, explica en una conferencia sobre la esclavitud porqué para los antillanos esta frase está tan llena de dobles sentidos:
(..) a choisi pour cette conférence le titre Nos ancêtres les Gaulois… La France et l’esclavage aujourd’hui. Pour les Antillais, cela fait sens. Je ne sais si tel est le cas au-delà des Antilles, mais la formule soulève une question très importante : la possibilité de resituer, dans un parcours historique, la relation des Antilles avec l’Hexagone pour essayer de penser une relation qui ne serait pas prise dans la relation coloniale. La traduction concrète [de nos ancêtres les Gaulois] est la suivante : les anciens esclaves deviennent des Français à part entière. Voilà pourquoi « nos ancêtres les Gaulois », le mythe fondateur français, sera enseigné dans les colonies. Les Antilles sont devenues françaises et se sont structurées localement sur la base de l’oubli de l’esclavage. Il ne peut être qu’un mot d’ordre politique car c’est un oubli impossible, surtout lorsque les structures de travail demeurent les mêmes, que la hiérarchie raciale héritée de l’esclavage demeure la même. Ce qui n’avait pas été prévu, à mon sens, c’est que le discours universaliste, égalitariste de la République allait produire un tel oubli.
(…) se ha elegido para esta conferencia el título «Nuestros ancestros los galos… Francia y la esclavitud en la actualidad». Para los antillanos, esto tiene sentido. No sé si es este el caso en otros lugares, pero la fórmula plantea una cuestión muy importante: la posibilidad de contextualizar, en un recorrido histórico, la relación de las Antillas con la Francia continental para intentar una relación que no esté afectada por la relación colonial. La traducción concreta [de «nuestros ancestros los galos»] es la siguiente: los antiguos esclavos se convierten en franceses de pleno derecho. Por eso «nuestros ancestros los galos», el mito fundador de Francia, se enseña en las colonias. Las Antillas se hacen francesas y se estructuran localmente sobre el olvido de la esclavitud. No pueden ser más que palabras de orden político, porque es un olvido imposible, sobre todo cuando las estructuras del trabajo siguen siendo las mismas. Lo que no se había previsto, en mi opinión, es que el discurso universalista e igualitarista de la República fuera a provocar semejante olvido.