Tras meses de protestas, los mineros del carbón rusos finalmente recibieron parte de sus salarios

English miner at Wharncliffe Silkstone Colliery, Barnsley, UK. Source: Paul Reckless, Flickr.

Minero inglés en la mina de carbón Wharncliffe Silkstone, Barnsley, UK. Fuente: Paul Reckless, Flickr.

El 25 de mayo, veinte mineros de Gukovo, una pequeña ciudad en el suroeste de Rusia, organizaron una protesta en Rostov-on-Don pidiendo que su empresa, King Coal, pagara sus salarios (algunos de ellos tenían casi un año de retraso). Las pancartas rezaban «Danos nuestro dinero» y «Señor presidente, defienda a los trabajadores».

Los mineros lanzaron una declaración que resumía sus peticiones:

Мы, участники митинга, требуем принять срочные меры по погашению миллионных задолженностей по заработной плате шахтеров. Нельзя демонстрировать гражданам России бессилие закона и власти перед собственниками угольных шахт. Это коррупция.

Nosotros, los participantes de la protesta, pedimos medidas urgentes para que se devuelva a los mineros los millones en salarios que no se han pagado. El gobierno y la ley no deben mostrar a los ciudadanos rusos su debilidad frente a los dueños de las minas de carbón. Eso es corrupción.

La declaración de los mineros ha golpeado la subyacente «estabilidad» que declara el régimen de Putin: un gobierno eficaz, un estado de derecho, orden y la seguridad de que la «gente» estará protegida de magnates depredadores.

Este era solo el comienzo de los mineros. Durante los siguientes meses, sus peticiones se han oido cada vez más, culminando finalmente en una huelga de hambre que ha atraido a los medios de comunicación nacionales y que obligó a que actuaran algunos dirigentes locales. Mientras que su lucha se encuentra lejos de que termine, la perseverancia de los mineros de Gukovo en defender sus derechos es ahora un ejemplo de cómo la «gente simple» que se organiza en Rusia, puede ser capaz de obligar a que dirigentes indiferentes terminen tomando medidas.

El problema de los retrasos con los salarios es bastante común en Rusia. Según las últimas cifras del Rosstat (Servicio Federal de Estadística Estatal), los atrasos totales en los salarios en la Federación Rusa ascienden a aproximadamente 3 700 millones de rublos (52 millones de euros), lo que afecta a aproximadamente a 73 000 personas. Los trabajadores de las fábricas y los de la construcción han sido los más afectados y las bancarrotas suponen el 25 por ciento de los impagos de salarios.

Los atrasos en el pago de los salarios son también la fuente principal de los conflictos laborales. Según un informe reciente del Centro de Economía y Reforma Política, el cual se encuentra a cargo de los conflictos sociales y económicos en Rusia, entre abril y junio de este año se registraron 171 conflictos relacionados con el retraso en el pago de salarios.

La región de Rostov es uno de los múltiples detonantes de estos conflictos. La empresa King Coal debe alrededor de 300 millones de rublos (4,2 millones de euros) a 2.000 empleados. Solamente a los mineros de Gukovo se les debe 130 millones de rublos (1,8 millones de euros). Los mineros dicen que los atrasos empezaron a acumularse de forma gradual en el 2013. Primero fue una semana, después un mes o dos y, hacia el año 2015, medio año.

Desde entonces, King Coal ha quedado patas arriba dejando a sus empleados con las manos vacías. Después de que la empresa se declarara en bancarrota en 2015, a su director, Vladimir Pozhidaev, se le imputaron cargos por abuso de la autoridad, dejando de pagar a su trabajadores y malversando el dinero de la empresa, dejando finalmente una deuda a King Coal de 1.000 millones de rublos (14,2 millones de euros). Los acreedores de la empresa y sus vendedores interpusieron varias demandas (3.500 en total) en el tribunal de bancarrota. Al final de esta larga línea de despreciables hombres trajeados se encontraban los mineros.

Los atrasos en los salarios son síntoma de la generalizada desindustrialización de la región. En los tiempos de la Unión Soviética, Rostov presumía de 90 minas. Hoy en día, solo cuatro se encuentran operativas. Un buen salario mensual en Gukovo asciende a 15 000 rublos (214 euros) para los hombres y a 7.000 rublos (100 euros) para las mujeres. El ingreso real ha descendido casi un 7 por ciento. La mayor parte de los residentes complementan estos escasos ingresos con créditos, razón por la que Rostov es la décima ciudad de Rusia con mayor número de solicitantes de préstamos.

Zhenya Nesrelyaev, de 40 años, y minero durante 22, solía ganar un salario decente (20 000 rublos al mes, lo que supone 285 euros al mes aproximadamente). Ahora, él y su familia viven del crédito de tres bancos. «No he realizado un pago en dos meses. Los cobradores me llaman cinco veces al día… Me dicen: empeña tus cosas. Lo que significa dejar a mis hijos sin nada». En total, King Coal debe a Zhenya 305 000 rublos (4.360 euros) en salarios atrasados.

Valerii Dyakonov, un minero jubilado convertido en organizador de las protestas, contaba a la revista Nezavisimaya gazeta:

На мой взгляд, теперь ситуация значительно хуже. И никому нет дела до того, что горняки в поисках куска хлеба бросают свои дома, потому что почти все в долгах и кредитах. А кто посчитает, сколько за последние годы распалось семей и сколько детей стало наркоманами?

Creo que la situación ahora es considerablemente peor [que en los años 90]. A nadie le importa que los mineros, en busca de algo que comer, sean desahuciados, porque casi todo el mundo está en deuda. Y ¿Quién piensa en cuántas familias se han roto en los últimos años y cuántos niños se han convertido en drogadictos?

Este es el contexto que llevó a los mineros a la acción. El pequeño piquete de mayo se convirtió en protestas diarias en abril. Llevaban pancartas que decían «¡No somos esclavos! ¡Danos nuestro dinero!» y «¡El Donbas ruso contra los ladrones y mentirosos¡». Las peticiones de actuación a Putin, al gobernador de Rostov y al alcalde de Gukovo se han intensificado rápidamente: Los mineros amenazan con bloquear la M-4, la autovía principal de Rostov. Una reunión con el alcalde acabó con promesas vacías. Formaron un grupo para coordinar sus protestas, con Valerii Dyakonov a la cabeza. Entonces, a mediados de agosto, la policía realizó una oportuna visita a la casa de Dyakonov, le ataron al tobillo un brazalete electrónico y lo dejaron en arresto domiciliario alegando amenazas a oficiales locales con una pistola neumática el pasado noviembre del 2015. Una semana después, los 200 mineros y sus familias hicieron una protesta. «¡No somos esclavos!» rezaba de nuevo su eslogan principal.

Un minero contaba a la revista Novaya gazeta:

Я и Путину не доверяю. И сына в армию я не думаю отправлять. Я тут родился, но это государство недостойно…

No creo en Putin. No creo que envíe a mi hijo al ejército. Me he criado aquí pero este gobierno no vale la pena…

Algunos días después, el 23 de agosto, los mineros decidieron hacer una huelga de hambre. Al principio eran 60 participantes. Luego 100. Finalmente 175.

Pronto captaron la atención de más medios, con varios periódicos estatales desviando la mirada hacia Gukovo. Solo entonces algunos cientos de mineros empezaron a recibir su dinero.

A partir de ahora, los medios de comunicación han informado de que 1.500 mineros han recibido parte de sus salarios atrasados. Pero la victoria es agridulce. Según Dmitry Kovalenko, uno de los miembros del grupo inicial de los mineros:

Все на месте затормозилось, отдали копейки за май и теперь говорят, что денег нет. Мы не видим просвета, надежды у нас тоже нет. Люди очень недовольны.

Todo se ha quedado congelado. Nos dieron algunos céntimos en mayo y ahora están diciendo que no hay más dinero. No vemos un rayo de luz y tampoco tenemos esperanza. La gente está muy insatisfecha.

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