
Miembros de la boy band de K-pop Ninety One, de Kazajistán. Foto oficial extraída del sitio web del grupo.
En Aktobe, un económicamente deprimido pueblo provincial del rico (por el petróleo) oeste de Kazajistán, las boy bands y sus distintos pendientes, maquillajes y pelos teñidos no son bienvenidos.
Así es según un representante anónimo de la «intelligentsia creativa de Aktobe», citado en un informe reciente del sitio web kazajo Tengri News:
Мы представители творческой интеллигенции Актобе, от имени молодежи хотим высказать свое мнение о группе Ninety One. Потому что скоро в нашем городе намечаются гастроли этой группы. Они носят гордое название 91 – это год принятия независимости нашей страны. Мы против этого. Нам не нужна эта группа, где вокалисты красят волосы, носят серьги в ушах. Мы против их выступлений на площадке нашего города, мы не считаем их народной группой. Никогда такого не было в истории и традициях казахского народа. Молодежь говорит, что не пустят их к выступлениям. Мы не хотим волнений. Поэтому хотелось бы заранее предупредить о возможном исходе данного мероприятия.
Сейчас идет активная реализация билетов на концерт среди учащихся средних школ, колледжей и так далее. Мы прошлись по учреждениям, как могли объяснили. Мы категорически против их приезда, пусть к нам не приезжают. Мы за народные традиции, где мужчина остается мужчиной, а женщина – женщиной. Мужчина в нашем понятии не может красить волосы, одевать серьги. Мы чтим и уважаем традиции народа, мы все против их гастролей, нам и нашему городу это не нужно.
Nosotros, representantes de la «intelligentsia» creativa en Aktobe, en nombre de sus jóvenes, queremos expresar nuestra opinión sobre el grupo Ninety One, ya que muy pronto visitará nuestra ciudad. Llevan con orgullo el nombre 91, el año de independencia de nuestro país. Estamos en contra. No necesitamos a esta banda, cuyos miembros se tiñen el pelo y llevan pendientes.
Nos oponemos a que actúen en nuestra ciudad y no les consideramos un grupo nacional. Nunca antes ha sucedido algo así en la historia y tradición del pueblo kazajo. Los jóvenes dicen que no les permitirán actuar. No queremos disturbios. Por tanto, me gustaría advertirles sobre el posible resultado de este acontecimiento.
Se están vendiendo entradas en escuelas de educación secundaria, facultades y otros. Fuimos a estas instituciones e intentamos explicarlo como pudimos. Estamos categóricamente en contra de la llegada de la banda. No deberían venir. Estamos a favor de las tradiciones nacionales, en las que un hombre es un hombre y una mujer, una mujer. Desde nuestro punto de vista, un hombre no puede teñirse el pelo o llevar pendientes. Honramos y respetamos las tradiciones del pueblo.
Ninety One es una boy band procedente de la ciudad más grande y cosmopolita de Kazajistán, Almatý, que actualmente está conquistando el país. Su estilo se inspira ligeramente en el K-pop, o pop coreano, pero cantan y rapean en la lengua del país, el kazajo. Esta lengua tiene un estatus sagrado para los nacionalistas kazajos debido a que en Kazajistán, el ruso ha mantenido su posición como lengua franca más que en cualquier otro país de Asia central.
Tal y como indicó el portavoz de la reunión celebrada el 29 de setiembre para protestar por la llegada de la banda a Aktobe (no hay una fecha para el concierto en el sitio web del grupo), su apariencia metrosexual es extraña en Kazajistán. Su popularidad, sobre todo entre chicas y mujeres, desafía las nociones tradicionales de género en Kazajistán y que provienen de la herencia islámica pre soviética y nómada, así como de décadas de comunismo forzoso.
Si su espectáculo en Aktobe provoca un escándalo, no será el primero en la región. En el 2014, un grupo paramilitar nacionalista irrumpió en una actuación de la boy band ucraniana Kazaky en Bishkek, capital del vecino Kirguistán, argumentando que veían los movimientos del grupo como «homosexualidad glorificadora».
¿Qué significa ser bailarín de ballet en Kirguistán?
El portal kirguiso de medios, Kloop.kg, publicó el 5 de octubre un vídeo y un texto impactantes que muestran a bailarines de ballet en Kirguistán.
La permanente popularidad del ballet en el país se explica por los años pasados bajo el imperialismo ruso y el yugo soviético, pero el pasatiempo sobrevivió a la independencia y los bailarines entrevistados en el informe de Kloop son de etnia kirguisa, no rusa.
Hoy en día, no obstante, los bailarines de ballet en Kirguistán hacen frente a sueldos miserables, pobres condiciones y al estereotipo de que esta disciplina es para mujeres y homosexuales.
Uno de los bailarines entrevistados se vio incluso obligado a recurrir a argumentos homófobos a la hora de hablar de este estereotipo:
В детстве, когда мне предложили балет, я отказался. Сказал: «Я не гей, в колготках танцевать». Но потом все же потянуло в балет. На самом деле, мы обычные парни, иногда ходим в спортивных костюмах, курим и обсуждаем девчонок. Нет у нас в театре ни одного гея, мы мужики-мужиками.
De niño, cuando mi familia me ofreció ir a clases de ballet, me negué. Dije: «No soy un gay de esos que bailan en medias». Pero me atrajo este baile. De verdad, somos chicos normales. A veces nos encontrarán en ropa de deporte, fumando y hablando de chicas. No hay ningún gay entre nosotros en el teatro. Somos hombres.