El líder kirguizo Almazbek Atambayev haciendo su trabajo diario. Foto del gobierno ruso. Con licencia para reusarla.
Esta es una publicación asociada [1] de EurasiaNet.org [2]. Publicada con autorización.
Los medios de comunicación en Kirguistán se entusiasmaron con la repentina aparición en línea de una conmovedora canción interpretada por el presidente Almazbek Atamabayev, quien aparentemente decidió mostrar su lado más sensible.
La canción rusa «A pesar del destino» apareció [3] en YouTube el 2 de julio y fue acompañada por tristes fragmentos de la película «Romance Provinciano» que data de la era soviética de Kirguistán.
Atambayev no apareció en persona en el videoclip, el cual ha acumulado cerca de 200 000 visitas a la fecha, pero su voz es inconfundible.
Representantes del estudio de producción Ordo, que grabó la canción, contaron [4] al medio local Kloop.kg que es también el presidente quien toca la guitarra acústica.
“Esta es una de mis primeras canciones”, Atambayev menciona lúgubremente en la introducción como si estuviera dirigiéndose a una audiencia cautiva en un set acústico íntimo. “Es como un lema para mi. Esta canción me ayudó a trazar un camino a través de todas las dificultades que he experimentado en la vida”.
La canción que sigue, de dos minutos, es una recolección melancólica sobre un amor perdido. Refiriéndose a “memorias como dos gotas de lluvia” y nadando «al faro de tus ojos tristes”, la canción evoca a un protagonista agobiado por las tribulaciones y la desgracia más que al hombre de negocios convertido en político de oposición que llegó al poder luego de una revolución sangrienta.
Otros presidentes en la región han resultado mas felices.
Piense en el lema del líder turcomano Gurbanguly Berdymukhamedov «Adelante siempre adelante, mi querido país Turkmenistán” — una racha suave y burbujeante de etno-disco carente de reflexión y humildad como el de Atambayev de alegría. Y es difícil ver a Atambayev avergonzar [5] a miles de sus ciudadanos intimidados incluyendo a todos sus funcionarios de alto rango, participar en una interpretación masiva de su canción.
Pero mientras Atambayev, con cuatro años y medio de un mandato de seis años de duración, es poco probable que erija pronto una estatua de oro de si mismo, esta canción parece haberle ayudado en la construcción de su imagen.
Al igual que cuando se supo [6] la noticia el año pasado que su hija menor, Aliya, donó casi $3 000 reunidos de una exposición de pinturas a una sociedad caritativa que se ocupa de personas con síndrome de Down, los usuarios de las redes sociales han hecho una comparación favorable con la familia del ex gobernante Bakiyev cuyo talento apenas se extendió mas allá del robo.
“Recientemente he estado descubriendo un nuevo Atambayev”, escribió en Facebook la usuaria Aitpasgul Aitpaeva en el muro del miembro del parlamento Janar Akayev, quien publicó el video musical.
“Quiero más a este otro Atambayev”, concluyó.
Sin embargo, no es difícil preferir el canto de Atambayev.
Este es una notable moderación de la imagen de un irritable y colérico político aficionado a participar en disputas diplomáticas indecorosas [7] y criticando a mujeres activistas en derechos humanos [8] en público.
Mientras que Atambayev puede retratarse a si mismo como un amante desolado luchando contra una ola de mala suerte, Kirguistán podría haber sido mucho más feliz, si el hubiera luchado más impulsando la muy necesaria reforma política en un país propenso a la corrupción.
Aún así, el líder que primero se enriqueció a los comienzos de los noventa con una imprenta produciendo traducciones en ruso de populares libros occidentales y que de niño quería ser escritor, ahora ha demostrado ser no solo un hombre de palabra si no de hechos.
Y los que no gustan de su triste debut deben estar conscientes de que puede haber más. En un discurso de fines del año pasado el melancólico intérprete, quien cumplió 60 años en setiembre, reveló que planifica dedicarse al piano [9] al retirarse.