- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Cuando la población indigente de Rusia comienza a hablar

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Medios ciudadanos, Respuesta humanitaria, RuNet Echo
Anastasia Ryabtseva. Photo: Vkontakte [1]

Anastasia Ryabtseva. Photo: Vkontakte.

Cuando Anastasia Ryabsteva intentó entrevistar a las personas sin hogar en San Petesburgo, al principio muchos se negaban a hablar con ella. Al ser periodista, se asustaban y enseguida sospechaban que estaban siendo señalados. Sin embargo, esto cambió cuando comenzó a presentarse a sí misma como voluntaria del refugio para indigentes Nochlezhka, donde ha estado colaborando en los últimos dos años.

Ryabsteva entrevista a miembros de la población indigente de San Petesburgo y recoge historias de voluntarios en refugios para desamparados. Además de su tarea en el refugio Nochlezhka, ocasionalmente también brinda su ayuda en el «Autobús Nocturno»- un comedor sobre ruedas que sirve a las personas en mala situación de la ciudad. 

«Lo primero que uno se da cuenta es que no hay razón para quejarnos, porque las personas que recurren a nosotros en busca de comida realmente lo pasan mucho peor», dijo Ryabtseva a RuNet Echo. «Segundo, obtienes una gran cantidad de gratitud a cambio. Que te agradezcan de manera sincera una docena de veces por noche es un sentimiento increíble».

Ryabtseva maneja un sitio web llamado “Es su propia culpa [2]”, donde publica las historias que conoce de las personas sin hogar de la ciudad y de voluntarios de refugios. En dos años, ha reunido casi 40 de dichas historias. El propósito del nombre del projecto es captar la actitud desdeñosa que la mayoría de la gente tiene hacia los indigentes. 

Cuando se trata de caridad, el público en general tiende más a ayudar a los niños y ancianos, dice Ryabtseva. “Los sin hogar —junto con los drogadictos y los enfermos mentales—son los últimos a los que desean ayudar”, observa, agregando que a menudo, hay más voluntad para patear a alguien en la calle que para prestar cualquier tipo de ayuda. En muchas de las historias reunidas por Ryabtseva, esto es precisamente lo que le ha sucedido a las personas: un hombre está tirado en la calle, sufriendo, y un transeúnte de repente le da un puntapié.

Antes de lanzar su propio proyecto en línea en setiembre, Ryabtseva publicó algunas de las historias en el sitio web «Takie Dela» (Y así sigue).

En un momento hubo planes de publicar las entrevistas de Ryabtseva en la edición rusa impresa de la revista Esquire. Estas historias iban a aparecer en la parte final de la famosa sección «Reglas de la Vida».

Pero no funcionó. Ksenia Sokolova, quien se hizo cargo de la revista en agosto (mientras que se postulaba para un escaño en el parlamento), nunca mostró interés en propagar el trabajo de Ryabtseva. Ni siquiera respondió a sus correos electrónicos.

Anastasia Ryabtseva. Photo: Vkontakte

Anastasia Ryabtseva. Photo: Vkontakte.

Si bien ha sido difícil encontrar una salida para su trabajo, Ryabtseva dice que también ha tenido que superar nervios extremos cuando entrevistaba a los sujetos en cuestión. Por ejemplo, su primer entrevista fue a un hombre llamado Sergey [3], cuya familia lo había echado a la calle. Después de este encuentro, Ryabtseva dice que se dio cuenta de que inconscientemente se había vestido con ropas más baratas de lo normal, probablemente en un esfuerzo para encajar mejor. 

Otra entrevista que Ryabtseva cataloga como «extremadamente importante» para su proyecto fue a un hombre llamado Dmitry [4], un arquitecto indigente que se rehusó a ser fotografiado. Si hubieras visto a Dmitry en la calle -dice- jamás te hubieras imaginado que era un indigente. «De hecho, es una de las personas más cultas que he conocido», expresa Ryabtseva. «Me sentí como una alumna junto a su profesor, mientras citaba el Antiguo Testamento y me contaba su filosofía de vida». Más adelante, ingresó a un monasterio.

Ryabtseva se considera muy afortunada de haber tenido la oportunidad de recoger tantas historias. «He aprendido mucho sobre el mundo en general —por ejemplo, que todo puede cambiar de un momento a otro. Superar nuestra indiferencia hacia las personas puede cambiar la vida de alguien», le dijo a RuNet Echo.

Muchas de las personas que Ryabtseva entrevistó expresaron una profunda gratitud hacia los voluntarios que trabajan en los refugios de San Petesburgo. Andrey Almasov [5], un ex ladrón de 46 años, le contó acerca de cómo recuperó la fe en las personas:

Я даже в голове знать не знал и не мог себе представить, что такие как мы, оказывается, кому-то нужны. Что это их профессия. Я не хочу громких слов говорить, но я здесь в людей поверил.

No sabía y ni me imaginaba que hubiera alguien a quien le importase la gente como nosotros —que sea la profesión de una persona. No quiero sonar falso, pero fue a partir de esto que empecé a creer en las personas.

Aun hay algunas historias guardadas en los archivos de Ryabtseva que no han sido publicadas. Hay un hombre que solía estar en las calles pero ahora tiene nuevamente un hogar. «El dice [refiriendose a los indigentes] que todo es su culpa», Ryabtseva dijo a RuNet Echo. “El se considera un hombre fuerte, y dice que las personas que no pueden lidiar con su desgracia son débiles. Probablemente esto le ayuda a olvidarse de sus propios problemas», dice ella.

Ryabtseva cree que las actitudes hacia los indigentes en San Petesburgo van cambiando lentamente, y lo atribuye a la creciente atención de los medios sobre el tema. El refugio Nochlezhka está atrayendo cada vez más voluntarios, y las instalaciones han recibido importantes donaciones.

“El objetivo del proyecto», dice Ryabtseva, “es romper con los estereotipos, para que más personas se detengan a mirar a la persona, cuando en el pasado solo hubieran ignorado a un vagabundo».