En defensa de mi derecho al aborto en Macedonia

Pregnancy Test. PHOTO: Johannes Jander (CC BY-ND 2.0)

Test de Embarazo. Foto: Johannes Jander (CC BY-ND 2.0).

Antes de junio del 2013, Macedonia tenía una ley de aborto bastante liberal. Las mujeres podían recibir la intervención quirúrgica sin ser sometidas a un periodo de espera obligatorio y a un asesoramiento.

Desde junio del 2013 se impuso una ley de aborto más restrictiva, sin embargo el aborto en Macedonia no solo ha llegado a burocratizarse, sino también se ha convertido en un procedimiento complicado y prolongado debido al clima desfavorable ya existente con respecto a la finalización del embarazo.

A pesar de la existencia de un secularismo constitucionalmente garantizado y la libertad de elección en lo referido al nacimiento de los niños, el discurso general de la politica y los medios de prensa en Macedonia esta saturado con referencias religiosas en contra, incluidos en campañas públicas auspiciadas por el estado contra el aborto.

Hoy en día, no existe una educación sexual integral en Macedonia, y los anticonceptivos de emergencia accesibles y de alta calidad no están ampliamente disponibles, tampoco el aborto médico esta oficialmente sancionado. Además, el desintegrado sistema público del cuidado de la salud está falto de personal, obsoleto y con frecuencia no es fácilmente accesible, especialmente para aquellos que viven en áreas rurales y núcleos urbanos más pequeños.

Ese es el contexto desde el cual hablo en defensa de mi derecho y del derecho de todas las mujeres para acceder a abortos accesibles, rápidos, legales y seguros.

En una sociedad patriarcal como la de Macedonia, es ya bastante dificil para una mujer alcanzar el éxito profesional. Tendrá que trabajar mucho más duro que sus colegas varones para ser tenida en cuenta como una igual para competir, entonces ella alcanzará su techo finalmente. Asimismo, su valor como ser humano se juzgará en gran medida por su apariencia física y lo que la sociedad esperará de ella,- no de su compañero- es que tome la responsabilidad del cuidado de la casa, los chicos y los parientes ancianos.

Es ella quien tendrá que estar de guardia las 24 hs, los siete días de la semana, para ayudar con las tareas escolares y acompañar a los niños a las actividades extracurriculares, las visitas al médico, sin mencionar que asume la responsabilidad por el cuidado en el hogar en casos de enfermedad. Esto es así, si ella fuera lo suficientemente afortunada para no ser despedida, o fracasara en tener un contrato extendido después de anunciar su embarazo.

Las madres solteras y las mujeres que no pueden tomar licencias en sus trabajos con facilidad están más tensionadas. Sin mencionar a aquellas que crian niños con necesidades especiales.

Estas exigencias significan una pesada carga para una mujer, aún cuando su embarazo se planifique y se anticipe de una forma feliz. Estas son sin embargo más díficiles de soportar en el caso de embarazos no deseados, en especial cuando el niño es concebido fuera del matrimonio, una situación que una sociedad conservadora tiene problemas para aceptar a pesar de su frecuencia.

El embarazo y la maternidad cambian la vida de las mujeres más profundamente que la de los hombres, tanto en términos de alteraciones biológicas fundamentales, como en las modificaciones de las rutinas diarias y a largo plazo en la carrera y el desarrollo personal. Todavía el estado de Macedonia no brindó un marco legal e institucional, tal como normas para las licencias de los hombres en caso de paternidad, y licencias en caso de emergencias, lo cual facilitaría la participación igualitaria en las obligaciones parentales, tareas domésticas y la atención de ancianos por parte de los varones.

En consecuencia, si el estado y los hombres no desean asumir responsabilidades, deberían al menos no buscar la obstaculización de la elección de las mujeres con respecto a los nacimientos. En otras palabras, quienes se espera que asuman responsabilidades con respecto a algo deberían estar completamente autorizadas para decidir si desean tomar esa obligación, sin ningún obstáculo aprobado por el estado basado en la religión, la cultura o cualquier otra ideología más o menos institucionalizada.

En el contexto antedicho, la decisión de someter el propio cuerpo a una intervención quirúrgica u hormonal en lugar de dar a luz a un niño al cual no se le puede garantizar un entorno seguro, propicio y amoroso, no es una negativa inmadura hacia la responsabilidad. Es completamente lo contrario: es el máximo acto de responsabilidad tanto de uno mismo como del mundo en que uno vive y el que deja detrás.

El derecho al aborto se extiende más allá de la elección de dar a luz. Habilita a las mujeres para ser jefe de su propio cuerpo en lugar de permitirle a cualquier autoridad politica, religiosa y/o familiar que lo tomen como rehén. La libertad de las mujeres para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos es también una libertad para disfrutar por completo de todas las facetas y formas de la propia sexualidad y tener relaciones sexuales por la única causa de obtener una gratificación sexual.

El amplio acceso a los anticonceptivos y al aborto significa un acceso amplio al placer, la creatividad y la profunda conección interpersonal fuera de los límites de los dogmas conservadores.

Abogar por tal acceso es la lucha por el derecho de mujeres y hombres a una existencia cuidada, responsable y sexual pero por sobre todo a convertirse en seres humanos felices y realizados.

Ana Miškovska Kajevska, PhD es una militante y experta en género.

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