¿Hay esperanza para la paz y la estabilidad en Sudán del Sur?

Some 1,000 internally displaced persons (IDPs) have been moved to new, cleaner – and drier – accommodations in South Sudan. Photo by Flickr user UNMISS. CC BY-NC-ND 2.0

Cerca de 1.000 personas desplazadas del interior (IDP) se han dirigido hacia alojamientos más secos, más limpios y nuevos de Sudán del Sur. Foto de un usuario de Flickr UNMISS. CC BY-NC-ND 2.0.

La situación política dentro de Sudán del Sur se está volviendo cada vez más inestable.

A principios de julio, los enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno y los soldados leales al ex vicepresidente Riek Machar causaron la muerte de centenares y el desplazamiento de miles de personas de la capital. Las alegaciones presentadas con motivo de estos conflictos señalan al fallido golpe orquestado por Machar para forzar la marcha del poder del Presidente Salva Kiir. Tras la reciente violencia y confusión, en los pasillos del poder se han registrado enconadas intrigas políticas.

Machar huyó de la capital negándose a volver a Juba, a menos que una tercera fuerza militar se instalara en la capital para calmar la tensión entre las facciones rivales. Mientras las Naciones Unidas y la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD) mantenían conversaciones sobre el despliegue de esta fuerza militar, el Presidente Kiir jugó sus cartas y dio a Machar un ultimátum, declarando que si no regresaba a la capital después de 48 horas habría consecuencias. Machar no cumplió el plazo y, fiel a su promesa, Kirr sustituyó a Marchar por el anterior ministro de minería, Taban Deng Gai.

Los sucesos se hicieron eco de la primera chispa que encendió la guerra civil en el 2013. Aquel año, la nación más joven del mundo se vio sumida en la guerra cuando Kiir relegó de su puesto al primer vicepresidente, Riek Machar, el 15 de diciembre tras acusarle de planear un golpe. El conflicto se ha visto empañado por el trasfondo étnico, ya que ambos líderes cuentan con el apoyo de sus respectivas tribus. El Presidente Salva Kiir pertenece a los dinkas (la etnia mayoritaria sursudanesa), mientras que Riek Machar pertenece a los nueres (la segunda más grande).

En febrero del 2016, Kiir reeligió a Machar como primer vicepresidente. Sin embargo, hacia el 7 de julio se originaron los conflictos en la capital, donde las fuerzas leales a Kiir combatieron contra las tropas bajo el mando de Machar. Los enfrentamientos fueron la señal del primer brote de violencia desde que en el 2015 se firmara el acuerdo de paz.

South Sudan's former Vice President Riek Machar. Public Domain photo by Voice of America.

El ex vicepresidente de Sudán del Sur, Riek Machar. Foto de dominio público de Voice of America.

Machar, temiendo por su vida, huyó a la vecina República Democrática del Congo y luego a Sudán, donde estuvo recibiendo «tratamiento médico de urgencia» en Jartum. Algunos han conjeturado que Machar busca reunir aliados que le apoyen en su causa para regresar a la capital y retomar la vicepresidencia.

Pero debido al empeoramiento de los asuntos del país, hay serias dudas de si Machar será capaz de regresar a su puesto. Después de mucho oponerse, el gobierno ha dado permiso a las Naciones Unidas, y con ciertas condiciones, para el despliegue de otras 4.000 tropas de mantenimiento de la paz en la capital. El Ministro de Información Michael Makuei Lueth sostuvo en declaraciones de prensa que «4.000 es el límite, pero no estamos obligados a aceptarlo. Podríamos decidir que fueran 10.000″.

También dijo que su gobierno daba el «consentimiento» pero no «aceptaba» el despliegue de las fuerzas. El desafío a este acuerdo es reflejo de la continua resistencia sursudanesa a la intervención extranjera.

Además, el Presidente Kiir ha afirmado que el regreso de Machar no facilitaría el proceso de paz y que debería abstenerse de entrar en política. Este sentimiento ha sido expresado por EE. UU., la superpotencia que ayudó a Sudán del Sur a lograr la independencia de Sudán en el 2011 y que se ha implicado con denuedo intentando salvar el acuerdo de paz desde los conflictos del pasado mes de julio. Al igual que el Presidente Kiir, el enviado especial de las Naciones Unidas Donald Booth expresó que Machar no debería intentar retomar su anterior puesto: «Dado todo lo que ha pasado, no creemos que sea sensato que Machar regrese a su anterior cargo en Juba».

Como respuesta, muchos ciberciudadanos afirman que los EE. UU. han pecado de ingenuidad en su valoración de la influencia negativa de Machar en la implementación de los acuerdos de paz.

Esta fue la respuesta que el comentarista jubeone escribió en un artículo del Sudan Tribune:

Booth’s remarks are irresponsible, unfortunate and malicious back-stabbing on the IGAD as a regional institution that tirelessly mediated the peace. Dr. Riak commands a following and there is no short-circuited solutions without him. Booth’s statements are inflammatory and can only fuel the conflict further.

Los comentarios de Booth carecen de sentido, son desafortunados y una puñalada por la espalda a la IGAD, una institución que no ha cejado de mediar para la paz. El Dr. Riak tiene a su seguidores y no pueden atajar los problemas sin él. Las declaraciones de Booth son incendiarias y no hacen sino avivar más la llama del conflicto.

Otro comentarista que se hace llamar Mr. Point compartió sentimientos similares:

[US] Ambassador [to the United Nations] Samantha Power follows Representative Chris Smith and Ambassador Donald Booth in the long line of American diplomats who have been misled by Kiir’s lies that he has no plan to purge any potential rival politician .

The weak, naive and ignorant Donald Booth has warned Kiir against a power monopoly. Kiir will pursue his power monopoly irrespective of warnings from weak, naive Americans.

La embajadora de (EE. UU.) ante las (Naciones Unidas), Samantha Power, sigue al representante Chris Smith y al embajador Donald Booth en la larga cola de diplomáticos estadounidenses que han sido engañados por las mentiras de Kiir sobre que no tiene planes para purgar a políticos potencialmente rivales.

El débil, ingenuo e ignorante Donald Booth ha avisado a Kiir sobre la monopolización del poder. Pero Kiir luchará por este monopolio a pesar de las advertencias de los insignificantes e ingenuos estadounidenses.

Akook indicó cuáles serían las consecuencias de una ausencia prolongada de Machar de la capital:

It is clear to everybody that Kiir’s faction picked on Machar attacked and dislodged him out of Juba simply because they want to replace him which is against peace agreement. Juba can bribe few American officials to change course overnight but situation on the ground remains the same. There is nothing they can do about. If Machar stays out, there countless Generals more than ready to fight Juba.

Todo el mundo tiene claro que la facción de Kiir se cebó en Machar para atacarle y desplazarle de Juba porque querían su sustitución, lo cual va en contra del acuerdo de paz. Juba podrá sobornar a unos pocos funcionarios estadounidenses y cambiar el curso de las cosas de un día para otro, pero la situación sobre el terreno continúa igual. No hay nada que ellos puedan hacer. Si Machar se va, quedan un sinfín de generales preparados para luchar por Juba.

Pero ¿qué significa esto para Machar? Aunque cuente con gente que le apoya dentro del Ejército de Liberación del Pueblo del Sudán, el principal grupo armado opositor (SPLM-IO) que anhelaba su vuelta, hay quienes se resisten a su restitución alegando la ineficacia de su liderazgo y las violaciones de derechos humanos cometidas por sus tropas durante la guerra civil del 2011 y los conflictos recientes que han tenido lugar en Juba.

Gatkuoth Gatjiek comentó en Facebook la incompetencia mostrada por Machar como líder político y general del ejército:

If Kiir is a lame duck, the same might be said – albeit to a lesser extent – of Riek Machar. The first vice-president never seemed to control his troops and never had as much military gravitas as his peers in the so-called SPLM-In-Opposition (IO). Furthermore, he has made the grave mistake of dismissing IO’s most experienced generals in the past year.

Si Kiir es un hombre de paja, lo mismo puede decirse (aunque en menor medida) de Riek Machar. Parece que el primer vicepresidente nunca tuvo el control de sus tropas ni tanto carisma como sus homólogos en el llamado SPLM de la Oposición (IO). Además, el año pasado cometió el grave error de cesar a los generales más experimentados del Ejército.

Pero en opinión de alguna gente, el Presidente Kiir no es mejor que él.

El exgobernador segundo en el cargo del estado sursudanés del Alto Nilo, John Ivo Mounto, renunció a su puesto en el gobierno para irse al SPLA-IO, alegando que la corrupción y la incompetencia han llevado al país a la ruina.

Otras personas dentro del Ejército han pedido la dimisión del Presidente Kiir, preparando la vía que desafía directamente a la autoridad del gobierno.

Tavia Network, una red de noticias en Internet, pidió la dimisión tanto de Machar como del Presidente Kiir con alegaciones de que ambos son los responsables de la inestabilidad política del país:

«Ya va siendo hora de que tanto el presidente de Sudan del Sur, Salva Kirr como el exvicepresidente Riek Machar abandonen sus cargos»

Pese a ello, hay razones para dudar de si oponer resistencia a cualquiera de ellos bastará para ganar suficiente impulso e influir en el centro de poder en Sudán del Sur.

Entretanto, mientras los políticos luchan por el poder la situación ha tenido graves consecuencias para los sursudaneses. El conflicto ha desplazado internamente a más de un millón de personas y más de 750.000 han huido a países vecinos. El hambre y las enfermedades que ha traído el conflicto han causado sufrimiento a muchas personas. Según han informado, la leva de niños-soldado va en aumento. Solo este año los grupos armados han reclutado a más de 650.

La paz en Sudán del Sur es sumamente necesaria, pero parece inalcanzable.

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