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La inspiradora historia de Fidencio Sanchez y la grave situación de los inmigrantes latinos

Categorías: Estados Unidos, México, Activismo digital, Buenas noticias, Derechos humanos, Economía y negocios, Etnicidad y raza, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Política
Fidencio Sánchez, de 89 años, empuja su carro de paletas por el barrio Little Village en Chicago. Hace poco, intentó jubilarse pero tuvo que volver a trabajar para poder sobrevivir después de la muerte de su hija. (Foto Joel Cervantes Macias / GoFundMe)

Fidencio Sánchez, de 89 años, empuja su carro de paletas por el barrio Little Village en Chicago. Hace poco, intentó jubilarse pero tuvo que volver a trabajar para poder sobrevivir después de la muerte de su hija. (Foto Joel Cervantes Macias / GoFundMe)

Joel Cervantes Macias, oriundo de Chicago, iba manejando por la ciudad de los vientos (como se le llama a la ciudad de Chicago) cuando descubrió a Fidencio Sanchez, un paletero mexicano de 89 años. En México, un paletero es un vendedor ambulante de paletas y helados que se venden desde un carrito llamado paletería. Fidencio emigró a Estados Unidos desde México hace décadas. Cervantes quedó tan impresionado por el esfuerzo que el hombre hacía para empujar un carro tan pesado por la ciudad, que le tomó una foto [1]. La subió a su cuenta de Facebook y comentó: «respeto a este hombre totalmente».

Después de haber tomado la fotografía y comprar algunas paletas, Cervantes tuvo una larga conversación con Fidencio. El paletero le contó que su hija había fallecido recientemente, dejándolo a cargo de sus dos hijos. Fidencio tenía que trabajar todos los días para poder mantener a los niños y a su esposa. Cervantes estaba sorprendido, y sabía que debía hacer algo. Uno de sus amigos, Joe Loera, tuvo la idea de comenzar una campaña en línea [2] para recaudar fondos para «una pensión jubilatoria» con el objetivo de ayudar a este hombre tan trabajador.

Mr. Fedencio Sanchez and his wife recently lost their only daughter and are still heartbroken about the situation. His elderly wife was selling paletas also to help pay bills, but she fell ill and can't work anymore. We're trying to raise money to help him with whatever we can. Anything helps. Let's all pitch in and help make life a little easier and brighten both of their day.

El Sr. Fedencio Sanchez y su esposa han perdido recientemente a su hija y están destrozados por la situación. Su anciana esposa también vendía paletas para ayudar a pagar las cuentas, pero se enfermó y ya no puede trabajar más. Estamos tratando de recaudar fondos para ayudarlo en todo lo que podamos. Todo ayuda. Echémosle una mano y ayudemos a hacer sus días más alegres y llevaderos.

La  meta inicial de GoFundMe [2] era llegar a los 3.000 doláres. Sorprendentemente, alcanzó los 13.000 dólares en las primeras cuatro horas. Durante la campaña, participaron 17.000 personas, y se recaudaron más de 380.000 dólares.

Los usuarios de Twitter en Estados Unidos y México hicieron muchos comentarios esperanzadores y positivos acerca de la ayuda que recibió el paletero, mediante etiquetas como #FidencioSanchez y #JoelCervantesMacias:

Algo de alegría en una dura semana. Gracias a Joel Cervantes Macias por hacer recordar a la gente su lado humano.amor para Fidencio Sanchez -te lo mereces

Escuché esta historia y tenía que ayudar… Dios bendiga a este buen hombre y a Joel Cervantes Macias, quien…

¡Gran momento para #Chicago #SMB!¡Felicitaciones y disfruta de tu jubilación, vendedor de paletas Fidencio Sanchez!

La mayoría de usuarios de redes sociales dejaron comentarios positivos. Sin embargo, otros blogeros y periodistas reflexionaron sobre problemas más profundos relacionados con los mexicanos y otros inmigrantes latinos en Estados Unidos. Por ejemplo, un corresponsal del canal de TV Fusion, Juan Rivas [13], escribió un artículo sobre la desagradable verdad [14] detrás de la vulnerabilidad de Fidencio, especialmente en relación al evidente racismo contra los mexicanos en las elecciones presidenciales estadounidenses:

At a time when [US presidential candidate] Donald Trump is calling Mexican immigrants drug dealers and rapists [15], the image of this hard-working Mexican immigrant has become a defiant symbol that challenges hateful stereotypes.

En un momento en el que [el candidato presidencial] Donald Trump llama a los inmigrantes mexicanos traficantes de drogas y violadores [15], la imagen de este trabajador inmigrante mexicano se convierte en un provocativo símbolo que desafía los detestables estereotipos.

Rivas también mencionó lo que enfrentan los latinos ancianos: no hay suficiente dinero ahorrado para la jubilación. Tristemente, esta realidad es peor si la persona vive indocumentada en los Estados Unidos:

One-fifth of adult undocumented immigrants lives in poverty, according to the Pew Research Center. And folks who are struggling to put food on the table every night are not usually saving for retirement.

‘Street vendors are living day to day,’ said Martin Unzueta, executive director of Chicago Community and Workers’ Rights [16], a group that works with street vendors. ‘There are some street vendors who have social security cards, but that doesn’t mean they can send money [for retirement] to the Social Security Administration.’

La quinta parte de los inmigrantes adultos indocumentados vive en la pobreza, de acuerdo al Centro de Investigación Pew. Y quienes se desviven por llevar el pan a su mesa cada noche, generalmente no están ahorrando para su retiro.

«Los vendedores ambulantes viven el día a día», dijo Martin Unzueta, gerente de Derechos para la Comunidad y los Trabajadores de Chicago [17], un grupo que trabaja ayudando a los trabajadores ambulantes.»Hay algunos vendedores ambulantes que tienen tarjeta de seguridad social, pero eso no significa que puedan enviar dinero [para jubilarse] a la Administración de Seguridad Social».

Michele Chen [18], de la organización de noticias progresista TruthOut, reflexionó sobre la narración acerca de Fidencio [19], e invitó a los lectores a que piensen sobre la desigualdad que muchos de los inmigrantes ancianos tienen que afrontar. También propuso soluciones a largo plazo que podrían ayudar a las personas como Fidencio a «vivir con dignidad» cuando más lo necesiten:

Beyond GoFundMe, immigrant seniors need an infrastructure that allows them to live with dignity. The real solutions come through strengthening public services for the aging community — and rebuilding social welfare to be cognizant of structural racism and historical inequities. Seeing an elderly man like Sanchez pushing his cart should evoke sympathy, yet it's not just misfortune, but enforced inequality, that weighs upon the weary bodies of migrant elders.

Meaningful financial safeguards would be a basic step toward equity, with measures for debt relief and legal assistance to fight housing distress and eviction in communities of color. The foreclosure epidemic, the recession's fallout, compounds decades of systematic predation, payday lenders and other exploitative credit systems that feed on poor communities and has hit older Latinos at twice the rate of their white peers [20].

Aparte de GoFundMe, los inmigrantes de la tercera edad necesitan de una infraestructura que les permita vivir con dignidad. Las soluciones reales surgen del refuerzo de los servicios públicos para la comunidad de ancianos — y reconstruir el bienestar social para ser conscientes del racismo estructural y de la desigualdad histórica. Ver a un anciano como Sanchez empujando su carrito debería evocar compasión. Sin embargo, no es sólo mala suerte, sino también una aplicada desigualdad que pesa sobre los desgastados cuerpos de los inmigrantes mayores.

Una importante garantía financiera sería el paso básico hacia la igualdad, con medidas de reducción de deudas y asistencia legal para luchar contra las dificultades de vivienda y el desalojo en comunidades de color. La epidemia del embargo hipotecario, las consecuencias de la recesión, décadas de depredación sistemática, prestamistas y otros explotadores sistemas crediticios que se alimentan de las comunidades pobres han azotado a los latinos más ancianos a un ritmo dos veces superior que a sus pares de ascendencia blanca [20].