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Tras 20 años de batalla legal por una beca, una portuguesa acaba encarcelada por difamación

Categorías: Portugal, Derecho, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Política, Protesta
Autorretrato de Maria de Lurdes. Foto de Facebook

Autorretrato de Maria de Lurdes. Foto de Facebook, publicada con autorización.

El pasado 29 de septiembre, una mujer fue detenida y conducida a prisión para cumplir la sentencia de tres años a la que fue condenada por «insultar» a un grupo de jueces hace unos años, en el marco de un proceso legal que la enfrentó al ministerio de Cultura portugués por despojarla de una beca de largo plazo para estudiar en los Países Bajos en los años 90.

El caso de Maria de Lurdes Lopes Rodrigues ha provocado la indignación de amigos y desconocidos en los medios sociales. Muchos piensan que su arresto es injusto [1], como afirmó este usuario de Facebook:

È pena que a lei não seja aplicada para todas as pessoas da mesma maneira, por isso nos sentimos todos revoltados com situações destas e outras, as leis aplicadas são vergonhosas.

Es una pena que la ley no se aplique de la misma forma a todo el mundo, por eso nos sentimos tan disgustados con situaciones como esta. Las leyes que se han aplicado son vergonzosas.

La antigua candidata a becaria fue acusada de calumnias y difamaciones a los jueces en 2007. En su momento fue declarada culpable y sentenciada a tres años de prisión. Un artículo publicado [2] en 2013 por el periódico local Diário de Notícias explicó:

Maria de Lurdes, a mulher de 47 anos que foi condenada a cumprir três anos de prisão efetiva por crimes menores como injúria e difamação (…) está para ser detida desde 20 de dezembro de 2012. Foi esta a data de emissão do mandado de detenção pela juíza da 4.a Vara Criminal de Lisboa. A mulher que ofendeu as mais altas magistraturas da nação, incluindo o ex-procurador-geral da República Pinto Monteiro, ainda não foi detida porque o seu paradeiro está por confirmar.

Maria de Lurdes, una mujer de 47 años que fue sentenciada a cumplir tres años de prisión efectiva por delitos menores como injurias y difamación (…) podría ser detenida a partir del 20 de diciembre de 2012. Esa es la fecha en la que la jueza de la Sala Cuarta de lo Penal de Lisboa emitió la orden de detención. La mujer que ofendió a las más altas magistraturas de la nación, entre ellos el antiguo Fiscal General de la República, Pinto Monteiro, aún no está detenida porque su paradero no ha sido confirmado.

La alternativa a la prisión hubiera sido una internación en una institución de salud mental. Tras hacerse pruebas para demostrar su buen estado físico y mental, Lurdes se negó a entregarse a las autoridades. Entonces la declararon en rebeldía [3] y así ha seguido hasta su captura el 29 de septiembre de 2016.

Una «flagrante injusticia que surge del espíritu de impunidad»

Hace años, en 1996, Lurdes quedó en segunda posición en el concurso para una beca de largo plazo que financiaba cursos de cinematografía en los Países Bajos, ofertada por el ministerio de Cultura que entonces presidía Manuel Carrilho. Cuando el ganador se retiró, Lurdes creyó que sería la beneficiaria de la beca, pero el ministerio no se la concedió, según cuenta su amigo Mario Gomes en una entrada de Facebook titulada Free Maria de Lurdes [4] («Libertad para Maria de Lurdes»):

A Lurdes está presa desde ontem porque ousou questionar o poder discricionário de Manuel Maria Carrilho (MMC) enquanto Ministro da Cultura. MMC retirou-lhe uma bolsa – que ela tinha ganho por mérito em segundo lugar e porque o primeiro da lista desistiu […]

Lurdes está en la cárcel desde ayer porque se atrevió a cuestionar la arbitrariedad de Manuel Maria Carrilho (MMC) como ministro de Cultura. El ministro le arrebató una beca —para la que había quedado en segundo puesto por méritos propios— cuando el primer candidato abandonó el concurso (…)

Lurdes presentó varias solicitudes para que se reconsiderada la decisión de Manuel Carrilho, entre ellas cartas al primer ministro de esa época, António Guterres [5] (que actualmente está a punto de ser nombrado secretario general de Naciones Unidas), al defensor del pueblo Manères Pimentel, y al propio ministro de Cultura.

Recelosa de la forma en que se habían llevado las cosas, Lurdes quiso conocer la razón por la que se le negó la financiación. Fue entonces cuando supuestamente descubrió que los minutos que había durado la reunión del jurado que seleccionaba al ganador de su beca, en la que se habría esbozado el proceso de selección, habían desaparecido.

Lurdes, convencida de que esos minutos nunca existieron, decidió llevar el caso a los tribunales, con la idea de forzar al ministerio a entregar la información o a admitir que no la tenía. Según un artículo publicado en 2000 en el semanario O Independente [6] —hoy desaparecido— Lurdes describió la situación como una «flagrante injusticia que surge del espíritu de impunidad que reina en la administración pública».

Ganó el caso en primera instancia, pero más tarde lo perdió en la apelación.

El caso llegó al Tribunal Supremo Administrativo (STA por sus siglas en portugués), que rechazó su petición. Entonces, Lurdes presentó una demanda penal contra los jueces que habían firmado la decisión del STA. El Independente dijo que Lurdes había acusado a los jueces de ser «cómplices con la desaparición de los minutos del jurado». Su amigo Gomes lo explicó [7] en Facebook:

O Juíz pediu por três vezes os Pareceres ao Júri que consubstanciava a atribuição da bolsa – esses Pareceres nunca apareceram pela simples razão que nunca existiram conforme um dos membros admitiu à Lurdes. O Juiz perante a evidência desta ilegalidade… arquivou o Processo!?…

El juez pidió tres veces el informe del jurado en el que se razonaba el motivo para [no] conceder la beca: estos documentos nunca aparecieron por la simple razón de que nunca existieron, según admitió uno de los miembros ante Lurdes. Ante la evidencia de esta ilegalidad, el juez… ¿¡cerró el caso!?…

Volvió a perder, pero no se rindió y agotó todos los recursos que entonces existían en el sistema judicial portugués. Inició pleitos contra varias de las personas involucradas, entre ellas el fiscal general de Portugal. Lurdes creía tener la razón. Una fuente de la oficina de Menéres Pimentel, defensor del pueblo, reconoció que había algo extraño en cómo la trató el ministerio de Cultura:

Apesar de terem sido detetadas irregularidades ao nível de fundamentação, o provedor não podia recomendar à Administração que reclassificasse a candidata a bolseira porque as bolsas já estavam vencidas, o que implicava que qualquer recomendação não teria utilidade, pois o prazo para a revogação do ato já tinha caducado.

A pesar de que se detectaron irregularidades en la argumentación [para no concederle la beca], el defensor del pueblo no pudo recomendar que la administración reclasificara a la candidata a becaria porque la beca ya había expirado, lo que implicaba que cualquier recomendación no tendría utilidad, ya que el plazo para una revocación había pasado.

En 2007, los jueces del STA a los que había acusado de corrupción la acusaron a su vez de difamación y calumnia por decir que favorecieron al ministro Manuel Maria Carrilho. En 2012 fue sentenciada a tres años de cárcel u hospitalización.

«Es raro que alguien vaya a prisión» por difamación o calumnia

Maria de Lurdes. Foto: Facebook, utilizada con autorización.

Maria de Lurdes. Foto: Facebook [8], utilizada con autorización.

En su momento, hubo un gran escándalo por el caso de Lurdes. Según publicó el Diário de Notícias en 2013, el entonces presidente del Colegio de Abogados, Marinho Pinto, consideró su condena como «absolutamente inusual y rara», y comparó el caso con otros que captaron la atención de los medios:

É raríssimo alguém ir preso neste país por crimes como difamação ou injúria. Se essa senhora tivesse dinheiro para pagar uma boa defesa não seria presa», considerou. Por ofensas do género, à honra e ao bom nome, personalidades como Miguel Sousa Tavares ou José Manuel Coelho foram absolvidos em processos mediáticos.

«Es rarísimo que alguien vaya preso en este país por delitos como la difamación y la injuria. Si esa mujer tuviera dinero para pagar una buena defensa, no hubiera sido detenida», dijo. Por ofensas similares contra el honor y el buen nombre de una persona, personalidades como Miguel Sousa Tavares y José Manuel Coelho fueron exculpados en procesos muy mediáticos.

Miguel Sousa Tavares es un conocido periodista y escritor portugués que en 2014 llamó «payaso [9]» al presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva. El escritor fue denunciado por la fiscalía pública, pero el caso acabó por desestimarse. Su abogado, Francisco Teixeira da Mota, también comparó [2] lo que ocurrió en ese caso y lo que le está sucediendo a Maria de Lurdes:

Condenar a prisão efetiva a utilização de expressões, ainda que ofensivas da honra e da consideração seja de quem for, é um absurdo». Teixeira da Mota, um especialista em matéria de liberdade de expressão, sublinha que esta mulher «já nem tem a opção de tentar uma queixa no Tribunal Europeu dos Direitos do Homem, uma vez que o acórdão que a condenou transitou em julgado há mais de seis meses», isto é, a l8 de abril de 2012.

«Condenar a prisión efectiva por la utilización de expresiones y términos, aunque sean ofensivos contra el honor y la consideración de alguien, es absurdo». Teixeira da Mota, experto en libertad de expresión, declara que esta mujer «ni siquiera tiene la opción de intentar presentar una queja ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ya que el juicio que la condenó se hizo definitivo hace más de seis meses», es decir, el 18 de abril de 2012.

Tras su arresto en 2016, más de 6 000 personas han firmado una petición en línea [10] para exigir su liberación.