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La unidad puertorriqueña, un punto brillante en la oscuridad de un apagón que afectó a todo el Archipiélago

Categorías: Caribe, Latinoamérica, Puerto Rico (E.U.A.), Ambiente, Desarrollo, Desastres, Medios ciudadanos
Workers from the Puerto Rico Electric Power Authority (PREPA) at the Aguirre power plant near the southeastern coast of Puerto Rico during the blackout which affected all the islands of Puerto Rico on Wednesday, September 21. Screenshot taken from video. [1]

Trabajadores de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en la central eléctrica de Aguirre cerca de la costa sureste de Puerto Rico durante el apagón que afectó a todas las islas de Puerto Rico el miércoles 21 de septiembre. Captura de pantalla tomada desde video [1].

Las cosas han vuelto más o menos a la normalidad en Puerto Rico después de una falla de energía eléctrica [2] en la madrugada del 21 de septiembre, que prácticamente paralizó el archipiélago entero durante 3 días, aunque la electricidad para algunas personas se restableció más tarde. Ni siquiera las islas-municipio de Vieques y Culebra pudieron escapar a los efectos del apagón.

Las pérdidas económicas inmediatas debidas al apagón han sido estimadas en alrededor de 1 billón de dólares. El Departamento de Educación ha informado que la cantidad de comida que se ha estropeado en el programa de alimentación de los colegios públicos [3] debido a la falla de energía eléctrica es equivalente al menos a 103.941 dólares. Y algunos de los embalses de Puerto Rico, como La Plata, carecen de sistema de respaldo de emergencia, lo que significa que unas 250.000 personas también se quedaron sin servicio de agua.

En medio de la oscuridad, la solidaridad de los puertorriqueños con otros vecinos brilló intensamente.

Durante el apagón, las cosas funcionaron bastante bien, considerando el colapso casi total de los servicios básicos. No se reportaron saqueos ni violencia relacionados con el apagón. Debido a que los semáforos no funcionaban, circular por las carreteras se hizo difícil (ver video [4] debajo), pero tampoco se registraron accidentes graves. Personal policial fue enviado a dirigir el tránsito en las intersecciones con mayor actividad, lo que resultó de gran ayuda.

El apagón fue duro para los puertorriqueños, pero también sacó las mejores cualidades de muchos. Mucha gente que tenía centrales eléctricas de emergencia o había recuperado el servicio eléctrico, ofrecieron a amigos y vecinos – y algunas veces, a completos desconocidos – la posibilidad de cocinar también algo de comida o recargar sus ventiladores eléctricos, radios o smartphones. (Ni hace falta decir, que el apagón no evitó a la gente de usar las redes sociales para comunicarse y mantenerse al tanto de los avances de la Autoridad de la Energía Eléctrica para el restablecimiento de la electricidad).

Tampoco detuvo la conmemoración del Grito de Lares [5] el 23 de septiembre, que marca el día en el que el movimiento independentista del siglo 19 en Puerto Rico lanzó una rebelión contra el gobierno Español en la montañosa ciudad de Lares en 1868. Por aquel entonces, los luchadores por la libertad puertorriqueños se solidarizaron con los cubanos que combatían por su propia independencia.

La causa del apagón a la fecha aún no está clara. Un incendio en la central de Aguirre [6] situada cerca de la costa sureste de la isla principal de Puerto Rico es lo que provocó el colapso de todo el sistema, pero aún se desconoce el origen del fuego, retratado en el video de abajo:

Las necesidades de electricidad de Puerto Rico son provistas únicamente por la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) o Puerto Rico Electric Power Authority (PREPA) en inglés, una empresa pública que ha sido noticia en los últimos años debido a la deuda aproximada de 9 millones de dólares que está tratando de renegociar. Como era de esperar, después de que el gobierno se gastó 43 millones de dólares para contratar expertos en reestructuración de deuda para la empresa pública, algunos están pidiendo la privatización de AEE, ignorando las consecuencias que la privatización podría tener en un país donde se estima que el 40 % de la población vive bajo la línea de pobreza.

La energía renovable ha sido mencionada desde hace tiempo como el camino a seguir para la AEE. Ciertamente, Puerto Rico no tiene escasez de opciones en cuanto a formas de energía alternativa se refiere. Debido a su localización geográfica en el Caribe, Puerto Rico podría emplear fácilmente el poder del sol, el viento y el mar para satisfacer sus necesidades energéticas. Pero históricamente, el gobierno ha seguido estas opciones con poco entusiasmo, optando en su lugar por depender de los combustibles fósiles para satisfacer su demanda energética.

El apagón también causó impacto cuando Puerto Rico, un territorio estadounidense con derechos de ciudadanía limitados, se estaba reponiendo de decisiones adoptadas recientemente por el gobierno de EE.UU. que disminuyen su autonomía. El gran significado del apagón fue mejor expresado probablemente por Maritza Stanchich, una profesora de inglés en la universidad de Puerto Rico en Río Piedras, quién escribió para Huffington Post una observación bastante inquietante [2]:

The blackout spells the collapse of the Free Associated State—or “Commonwealth” as Puerto Rico has been called euphemistically—in even more tangible terms than all the seismic events of the past year, including two U.S. Supreme Court rulings that annulled Puerto Rico’s Constitution and sovereignty—or exposed it as the apparent lie it always was.

The blackout also portends the coming storm of the federally-imposed fiscal control board, instituted as part of PROMESA, the Orwellian-sounding law named for its acronym, Spanish for “promise.” President Obama’s recently announced appointees to the fiscal control board promise neoliberal economic austerity to do the bidding of vulture hedge funds, as well as social unrest.

El apagón significa el colapso del Estado Libre Asociado – o «Mancomunidad» como Puerto Rico ha sido llamada eufemísticamente – en términos incluso más tangibles que todos los eventos sísmicos del año pasado, incluyendo dos resoluciones de la Corte Suprema de EE.UU. que han anulado la Constitución de Puerto Rico y su soberanía – o la han expuesto como la mentira evidente que siempre fue.

El apagón también presagia la tormenta que se avecina de la junta de control fiscal federal impuesta, instituida como parte de PROMESA, la ley de tinte orwelliano llamada por su acrónimo en español. Los integrantes de la junta fiscal recientemente anunciados por el presidente Obama ha anunciado recientemente prometen austeridad económica neoliberal para cumplir las órdenes de los fondos buitres, así como también malestar social.

Con tal contexto político y económico angustioso, la amabilidad y cooperación de los puertorriqueños con sus vecinos durante el apagón sin duda fue un punto brillante.