Irán: Liberan a académica iraní-canadiense, pero sigue represión contra activistas de derechos de la mujer

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La académica iraní canadiense Homa Hoodfar fue liberada tras meses de prisión por sus actividades «feministas». Su caso fue parte de un conjunto mayor de medidas contra las actividades por los derechos de la mujer antes y después de las elecciones parlamentarias de 2016. Imagen combinada de Hoodfar y una mujer con la boleta para votar en Irán.

Esta semana, Canadá tuvo una buena noticia cuando Homa Hoodfar, una antropóloga iraní canadiense, fue liberada tras meses de prisión en Irán. Hoodfar es conocida por sus investigaciones sobre las mujeres y el Islam y, especialmente, la participación de las mujeres en las elecciones iraníes.

Su arresto tocó en particular dos áreas sensibles de los iraníes de línea dura: la existencia de la doble ciudadanía y toda actividad relacionada con los derechos de la mujer en Irán. Por este motivo, Hoodfar era especialmente problemática para las instituciones iraníes de línea más dura de los Guardianes de la Revolución Iraní y del poder judicial. Estos dos organismos han sido responsables del arresto y encarcelamiento de muchos activistas, periodistas y personas de doble ciudadanía. Funcionan de forma independiente del gobierno electo y, con frecuencia, se dedican a socavar las tendencias relativamente progresistas del gobierno moderado de Rouhani.

La condición y persecución de Hoodfar como persona de doble ciudadanía ha sido debatida extensamente. Sin embargo, lo que ha recibido menos atención son las recientes medidas del gobierno iraní contra el activismo y el discurso sobre los derechos de la mujer, entre las cuales también se incluyó el caso de Hoodfar.

La participación de las mujeres en las elecciones parlamentarias iraníes de febrero de 2016 no tuvo precedentes desde la Revolución Islámica de 1979. Las mujeres obtuvieron 17 de los 209 escaños parlamentarios. Estas conquistas de las mujeres marcaron la primera vez desde la revolución que hay más mujeres que clérigos dentro del parlamento y señalaron un giro del apoyo popular que se aleja de los conservadores islámicos de línea dura. Esta participación femenina fue objeto de investigación de Hoodfar cuando hurgaba en la biblioteca del parlamento iraní durante su visita de febrero a Irán.

En junio, tras su detención, el fiscal general de Teherán dio una entrevista en los medios donde afirmaba que la causa penal tenía que ver con «su acceso a las áreas relacionadas con el feminismo y los delitos contra la seguridad nacional”. Unos días antes, los medios de comunicación afines a la Guardia Revolucionaria publicaron artículos que afirmaban que la profesora de la Universidad de Concordia de 65 años era una “agente iraní en una operación para formar una red feminista” y que la Campaña por el cambio de la cara del parlamento dominada por hombres era «su misión más reciente”.

La línea dura ve en el feminismo un complot orquestado por Occidente

La Campaña por el cambio de la cara del parlamento dominada por hombres se dedicó a promover la participación de las mujeres en el parlamento; no queda claro si Hoodfar tiene alguna afinidad directa con ellos.

An image from the Campaign to Change the Male Face of Parliament's Introductory Video. The image has the number 50 represented with the female symbol placing her election ballot as being equal to the number 50 again with the female symbol in a parliamentary chair. From left to write, starting with the parliamentary chair, the text explains "the work of women for women in parliament" is equal to "women for the change of laws for equal rights."

Imagen del video introductorio de la campaña para cambiar la cara masculina del parlamento. A la izquierda, el número 50 con el símbolo femenino mientras coloca su boleta electoral. A la derecha, el mismo número 50 con el símbolo femenino en una banca parlamentaria. El texto dice: «El trabajo de las mujeres por las mujeres dentro del parlamento» equivale a «mujeres por el cambio de leyes para la igualdad de derechos».

Quienes participaron de la campaña pertenecen a una inmensa red de mujeres de Irán que forma una red solidaria desde adentro de la diáspora iraní, la cual incluye a prominentes activistas de Irán como Noushin Ahmadi Khorasani, quien fue anteriormente arrestada y encarcelada por su labor por los derechos de la mujer en campañas como la de Un millón de firmas para derogar las leyes discriminatorias y la Escuela Feminista.

La Escuela Feminista explicó en su sitio web que su objetivo era trascender el derecho a votar hasta conseguir el derecho a ser electas: las mujeres ocupaban solo el 3 % de las bancas del parlamento iraní antes de las elecciones de febrero:

We need our parliamentary representatives to be committed to equal human rights for women and other citizens. It’s because of this that we have initiated our campaign for changing the male-dominated face of the parliament. […] Women hold critical responsibilities at all levels of society from the household level to economic, social and cultural arenas. It’s now time for the place of women in the legislative body to change commensurate with the responsibilities they hold.

Participation in the political management and legislative processes is a justified demand that has been stipulated in clause 25 of the Islamic Republic’s constitution: “All citizens irrespective of their gender are protected by the law and enjoy political, economic, social and cultural rights consistent with Islamic standards”.

Necesitamos que nuestros representantes parlamentarios se comprometan con la igualdad de derechos humanos de las mujeres y otros ciudadanos. Es por ello que iniciamos nuestra campaña para cambiar la cara dominada por hombres del parlamento. […] Las mujeres tienen una responsabilidad fundamental en todos los aspectos de la sociedad, desde el ámbito del hogar hasta el económico, social y cultural. Ya es hora de que el lugar de las mujeres dentro del poder legislativo cambie de forma proporcional a sus responsabilidades.

La participación en la gestión política y en los procesos legislativos es una exigencia justificada estipulada en la cláusula 25 de la constitución de la República Islámica: “Todo ciudadano, sin distinción de género, está protegido por la ley y goza de derechos políticos, económicos, sociales y culturales consecuentes con las normas islámicas”.

El objetivo de la campaña consistía en elegir a 50 mujeres parlamentarias. Aunque el total de 17 mujeres electas fue insuficiente, lograron generar una cantidad sin precedentes de candidatas. Las cifras oficiales estimaron que unas 1.234 mujeres se anotaron para postularse al parlamento (el triple de las elecciones parlamentarias anteriores de 2012) y al menos 16 mujeres se inscribieron para postularse a la Asamblea de los Expertos. Hubo descalificaciones masivas del Consejo de Guardianes, el organismo que examina a todos los candidatos que se postulan a las distintas elecciones iraníes, y ninguna mujer fue aprobada para postularse a la Asamblea de los Expertos, el organismo responsable de elegir al próximo Líder Supremo del país.

Cuando se aproximaban las elecciones de febrero, la Guardia Revolucionaria inició una intensa campaña de represión contra las activistas de los derechos de la mujer. En enero, empezaron a asociar con el delito toda iniciativa colectiva sobre los derechos de la mujer, como en el caso de Hoodfar. Según informó Amnistía Internacional, muchas personas relacionadas con la Campaña para cambiarle la cara al parlamento fueron citadas a interrogatorio por la Guardia Revolucionaria. Sus esfuerzos por promover la participación política femenina fueron considerados un complot orquestado por Occidente: las posturas de línea dura de Irán ven con frecuencia la expansión del rol de la mujer fuera del hogar como el resultado de la influencia occidental, en contraste con el deseo autóctono de las iraníes a las que les interesan las leyes y políticas de su país.

En una entrevista con la agencia de noticias Basij (Basij es una milicia voluntaria bajo el mando de la Guardia Revolucionaria), Zahra Nasiri, miembro de la filial femenina de la línea dura de la Sociedad Islámica de Estudiantes, explicó que estaba consternada por los elementos dentro del gobierno de Rouhani que alentaban lo esfuerzos «derivados de Occidente» para promover la presencia de mujeres en el parlamento:

It’s not surprising to see feminists popping up every once in a while and shouting slogans about equal rights, but what’s unfortunate is seeing government officials supporting these ideas and allowing them to creep into government positions…These days it seems like the Arrogant Powers [Western governments] are trying to infiltrate our country through feminist forces.

No es sorprendente que, de vez en cuando, aparezcan feministas que gritan consignas sobre la igualdad de derechos; lo desafortunado es ver que haya funcionarios del gobierno que apoyan estas ideas y les permiten deslizarse hacia los cargos públicos… En estos días, parece que las Potencias Arrogantes [los gobiernos occidentales] tratan de infiltrarse en nuestro país a través de los movimientos feministas.

En numerosas ocasiones, el presidente Rouhani y los funcionarios de su gobierno habían expresado su apoyo a la participación de las mujeres en las elecciones de febrero, como en esta declaración de diciembre de 2015:

Women should be present in the elections for the Assembly of Experts and especially for [Parliament] because their presence in the mix is important for us…We are not doing women a favor [by bringing them into government]. This is their natural right…There’s no difference between women and men as far as Creation, art, intelligence and closeness to God are concerned.

Las mujeres deben estar presentes en las elecciones de la Asamblea de los Expertos y, especialmente, del parlamento porque su presencia es importante para nosotros… No les hacemos un favor [incluyéndolas en el gobierno]. Es su derecho natural… No existe diferencia entre hombres y mujeres en lo que respecta a la Creación, el arte, la inteligencia y la cercanía a Dios.

No obstante, la opinión de Nasiri tuvo eco entre muchas otras figuras de la línea dura, entre ellos, el Líder Supremo Ayatolá Jameneí, cuyas notables teorías sobre las mujeres incluyen la siguiente, de mayo de 2013:

One of women’s greatest responsibilities is to bear children. That’s the art of being a woman.

Una de las mayores responsabilidades de las mujeres es la de tener hijos. En eso consiste el arte de ser mujer.

Los numerosos discursos de Jameneí sobre las mujeres con frecuencia desalientan su participación en las actividades fuera del hogar.

Sin embargo, muchas mujeres albergan la esperanza de que la elección de las nuevas parlamentarias, principalmente de las facciones progresistas reformistas, representará un paso atrás contra las políticas tradicionales hacia las mujeres dentro de la legislatura parlamentaria.

Continúa la represión dentro de Irán

Estas opiniones de la línea dura fueron precisamente la razón de la ola de descalificaciones del Consejo de Guardianes y de la represión sobre los miembros de la Campaña antes y después de las elecciones parlamentarias.

Los interrogatorios a las mujeres se centraron en su vinculación con la Escuela Feminista y la Campaña por el cambio de la cara del parlamento dominado por hombres. Como resultado, muchos de los que trabajaban en la iniciativa suspendieron o autocensuraron fuertemente sus actividades. La Campaña informó a Amnistía que muchos de sus miembros activos tienen casos en su contra en materia de seguridad nacional.

El resultado más tangible de estas medidas se ve en el hecho de que ni la página web de la Escuela Feminista ni su página de Facebook han sido actualizadas desde febrero de 2016. Adicionalmente, la reconocida revista iraní sobre derechos de la mujer Zanan-e Emrooz cesó sus publicaciones tras años de lucha del gobierno por sus contenidos. La revista cerró en abril de 2015 y reabrió más adelante ese mismo año, solo para volver a cerrar definitivamente en julio de 2016.

A pesar de que la liberación de Hoodfar y la atención internacional se deben, en gran medida, a su condición de académica canadiense y su doble nacionalidad, no debemos olvidar la continua persecución que sufren las activistas por los derechos de la mujer que solo tienen vínculos con Irán.

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