El presidente de Kirguistán y el pequeño culto a la personalidad que no pudo ser

Soviet leader Josef Stalin, created the benchmark for personality cults in the modern era. Soviet poster widely distributed.

El líder soviético Josef Stalin creó el punto de referencia para los cultos a la personalidad euroasiáticos en la era moderna. Afiche de la era soviética ampliamente difundido.

A comienzos de noviembre, el banco nacional de Kazajistán anunció que la cara de Nursultan Nazarbayev, presidente del país desde hace años, aparecería en una nuevo billete de un valor de 10,000 tenge (unos 30 dólares). Aproximadamente una semana después, legisladores del país de Asia Central exigieron que la capital, que actualmente se llama Astaná, fuera renombrada en su honor. Aunque hasta ahora él se ha negado a aceptar el pedido, incluso alguien medio ciego en Kazajistán seguramente estaría de acuerdo en que el culto a la personalidad del líder de 77 años funciona estupendamente.

Al vecino y colega de Nazarbayev en Turkmenistán, Gurbanguly Berdymukhamedov, le está yendo casi igual de bien. A diferencia de Nazarbayev, no tiene un título sofisticado como «Padre de la Nación», pero eso es solamente porque su predecesor, Saparmurat Niyazov, ya tenía reservado un apodo similar –Turkmenbashy, o «Padre de los turcomanos»– antes de morir de un ataque al corazón en el 2006.

Informalmente conocido como el ‘protector’, Berdymukhamedov ha pasado por dificultades para asegurarse de que no extrañen a Niyazov, y ha erigido una estatua ecuestre dorada suya para igualar a las ya existentes de Niyazov. Según informes, Berdymukhamedov también se está preparando para publicar un libro sobre sabiduría popular nacional que suena como un reemplazo del Ruhnama (‘Libro del alma’) de Niyazov, que alguna vez fuera lectura obligatoria para todos los escolares.

Golden statue in the capital Ashgabat of Turkmenistan's first President Saparmurat Niyazov, who ruled from the late Soviet period until his death in December 2006. Creative commons.

Estatua dorada en Asjabad, capital de Turkmenistán, del primer presidente Saparmurat Niyazov, que gobernó desde finales del periodo soviético hasta su muerte en diciembre del 2006. Creative commons.

Luego está el presidente de Tayikistán, Emomali Rakhmon. Su culto a la personalidad se ha cocinado lento, pero progresó muy rápidamente en los dos últimos años, al mismo tiempo que todo lo demás retrocedía, desde la economía a derechos humanos.

No contento con un título corto y contundente como sus colegas en Kazajistán y Turkmenistán, Rakhmon de Tayikistán es el «Fundador de Paz, Estabilidad, Líder de la Nación», condición que le permite postular para la reelección una cantidad ilimitada de veces.

También tiene su propio Día del Presidente, que se celebró a comienzos de noviembre por primera vez, y todavía existe la muy real posibilidad de que la represa hidroeléctrica más alta del mundo lleve su nombre, si alguna vez se construye, por cierto.

Pero hay un líder de Asia Central para quien hasta los intentos modestos (para los parámetros regionales) de autopromoción tienen como resultado severos reproches y no pocas burlas. Es el presidente de Kirguistán, Almazbek Atambayev, que a diferencia de sus colegas de Kazajistán, Tayikistán y Turkmenistán, está obligado constitucionalmente a un único mandato de seis años y debe competir con una prensa crítica y una sociedad civil que ve cualquier intento de expandir su autoridad con profunda sospecha.

Acá hay tres ejemplos donde la marca Atambayev ha enfrentado dificultades en tiempos recientes.

1. Error de aparición en libros de texto

Photograph of Kyrgyz language textbook in which Atambayev features alongside schoolchildren. Kloop.kg, creative commons.

Fotografía de libro de texto en kirguiso donde Atambayev aparece al lado de escolares. Kloop.kg, Creative Commons.

Los padres de varios escolares en Kirguistán expresaron su indignación en medios sociales a comienzos de este año escolar después de que la cara y el nombre de Atambayev llegaron a un libro de texto de lenguaje para quinto grado.

Según Zanoza.kg, los padres estaban molestos en gran parte por el costo potencial del presupuesto del estado necesario para cambiar los libros de texto con cada nuevo presidente. Pero a los oponentes políticos de Atambayev les preocupaba más que la aparición en el libro de texto fuera el indicador de un futuro culto.

La casa editora Insanat que publicó el libro admitió que incluyó a Atambayev en su producto (aunque no explicó por qué) y dijo que no lo hubiera hecho sin el permiso del ministerio de Educación.

A su vez, el ministerio de Educación dio a conocer una dura declaración que sugería que la casa editora no había sido franca sobre la aparición de Atambayev desde el inicio:

In signing off on the issue the [ministry] commission discovered the inclusion of a drawing depicting Kyrgyz President Almazbek Atambayev, which, according to commission members, was not in the preliminary draft. Since the withdrawal of this page in the textbook would have led to the destruction of the integrity of the book issue as a whole, the commission was forced to approve the issue.

Al cerrar el acuerdo sobre el libro, la comisión [del ministerio] descubrió la inclusión de un dibujo que retrataba al presidente kirguiso Almazbek Atambayev, que, según los miembros de la comisión, no estaba en el borrador preliminar. Dado que el retiro de esta página del libro de texto hubiera generado la destrucción de la integridad del libro como un todo, la comisión se vio obligada a aprobar el libro.

Todavía no se sabe de dónde vino la sugerencia original de incluir a Atambayev en los libros de texto.

2. ¿Canciones de autoelogio?

De lejos, los mejores resultados de Atambayev en el campo de las relaciones públicas han llegado por medio de su música. Con 60 años, el presidente es fanático de la literatura, y este año lanzó una serie de canciones que dice haber escrito y compuesto. Los reflexivos números acústicos con títulos como «A pesar del destino» y «No tengo miedo a morir» han sido generalmente bien recibidos por el público y son distintos al himno grosero y lleno de pompa, Adelante, solamente adelante, mi querido Turkmenistán, supuestamente escrito por Berdymukhamedov.

Debajo vemos el video de la cuarta canción de Atambayev, ‘Palabras Ridículas’.

Pero tomadas como percepciones biográficas, las canciones agregan a la imagen general de Atambayev la de un líder melancólico e implacable, a quien el cargo político ha influido de manera particularmente dura, y cuyos críticos sostienen que nunca estuvo a la altura de la tarea de liderar un país que ha sufrido dos revoluciones y otros disturbios políticos.

Se dice que en su lecho de muerte en el tiempo de las purgas de su hijo en 1937, la madre de Stalin dijo que hubiera deseado que su hijo continuara su educación religiosa y que hubiera trabajado como sacerdote. Tal vez Atambayev es otro líder que no siguió su vocación.

3. ¿Padre de qué?

Aunque Atambayev se ha comprometido a no tener cargos políticos después del 2017, hay muchas señales de que desea mantener influencia en la política interna del país, sobre todo por medio de cambios constitucionales que fortalecerían al actual gobierno encabezado por el leal primer ministro Sooronbai Jeenbekov y su Partido Socialdemócrata de Kirguistán. Los cambios se someterán al voto el 11 de diciembre.

Mientras el país se prepara para el referéndum constitucional, ha habido mucha difamación, donde se ha informado que muchos opositores de los cambios están bajo investigación de autoridades anticorrupción que rinden cuentas a Atambayev.

Con el acaloramiento del Parlamento, un líder de oposición hasta ha pedido que el presidente sea sometido a proceso de destitución por la causal de estar funcionando más allá de su mandato constitucional.

Sin embargo, Isa Omurkulov, amigo y aliado político de Atambayev, lanzó una férrea defensa del presidente donde impactó a periodistas y comentaristas sociales cuando se refiríó a Atambayev como «garante de la Constitución» que está tratando de cambiar y, más importante, «padre del pueblo».

La cercanía a los títulos adquiridos por gobernantes con mandatos prolongados en otros países de Asia Central no pasó desapercibda para los usuarios de Twitter, que se burlaron de Omurkulov.

Atambayev no es el Padre de la Nación, más bien es su pariente ebrio y distante.

Atambayev, ¿padre de la nación? No, es un sustituto.

Mientras Atambayev entra en el año final de su presidencia (se estima que las elecciones se lleven a cabo el octubre o noviembre del próximo año), es probable que vengan más iniciativas del gobierno para asegurar que su página en la historia está garantizada.

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