[1]«Me opongo a la violencia contra la mujer». Imagen de la campaña Cinta blanca, de la página de Facebook de AWARE.
Un grupo de defensa de la igualdad de género en Singapur apoya la campaña Cinta blanca, movimiento global de hombres y niños que trabajan para poner fin a la violencia contra la mujer.
La Asociación de Mujeres para la Acción e Investigación o AWARE por su nombre en inglés (NdT: que como palabra significa informado) lanzó la campaña en Singapur el 25 de noviembre, que coincide con el Día Internacional por la Eliminación de Violencia contra la Mujer.
Para animar una mayor participación del público, la campaña instó a los usuarios de Internet a publicar una cinta blanca en las páginas de su perfil para apoyar el llamado a poner fin a la violencia de género. Uno de los primeros defensores de la campaña fue el nadador Joseph Isaac Schooling, primer medallista olímpico de oro de Singapur. Schooling ganó [2] la medalla de oro en Río este año cuando le ganó al legendario nadador estadounidense Michael Phelps.
En su página de Facebook, Schooling le recordó [3] al público que «fuerza no significa dominio y agresión”:
Now more than ever, men should proudly wear their commitment to end violence against women. Powerful men boasting about sexual assault should not be brushed off as ‘locker room talk’. We need a culture of equality, not disrespect. As an athlete, I want everyone to know that strength does not mean dominance and aggression.
Ahora más que nunca, los hombres deberían usar orgullosamente su compromiso de acabar con la violencia contra la mujer. A los hombres poderosos que alardean de ataques sexuales no se les debe restar importancia como ‘conversación de camarín’. Necesitamos una cultura de igualdad, no de falta de respeto. Como atleta, quiero que todos sepan que fuerza no significa dominio y agresión.
[3]El medallista olímpico de oro Joseph Schooling apoya la campaña Cinta Blanca. Fuente: Facebook.
La campaña de la Cinta blanca también destacó cartas de líderes hombres singapurenses y socios de AWARE que escribieron [4] “para brindar asesoría y tutoría para niños y jóvenes para que se den cuenta de que los hombres deben opinar en contra de la violencia de género”.
Una de las cartas fue escrita por el profesional de la salud Poh Kiang. Su carta a sus dos sobrinos enfatizó [5] el valor de determinar el verdadero significado de fuerza:
Like you, two of the most important persons in my life are women – my Ah Ma (paternal grandma) and my Mom. Much of who I am and the leader that I have become is due to their loving influence. I learn from a young age that strength and ability are not gender related. In fact, in these women I discovered that strength is not merely muscular, it is steely resolve when facing fear, quiet endurance when suffering pain and loss as well as dogged resourcefulness when facing deprivation.
Igual que ustedes, dos de las personas más importantes de mi vida son mujeres, mi Ah Ma (abuela paterna) y mi mamá. Mucho de quien soy y el líder en que me he convertido se debe a su amorosa influencia. Aprendí desde chico que la fuerza y la capacidad no se relacionan con el género. Es más, en estas mujeres he descubierto que la fuerza no es meramente muscular, [sino que] es firme resolución cuando se enfrenta el miedo, tranquila resistencia cuando se sufre dolor y pérdida así como obstinada inventiva cuando se enfrentan privaciones.
Otra carta fue escrita por Adrian Pang, director artístico de un teatro, que escribió a sus hijos [6]:
A STRONG man is one who is not afraid to be vulnerable and to admit to being afraid, who always tries to exercise compassion and sensitivity, who is always respectful and active in creating a world that embraces equality for EVERYONE.
Un hombre FUERTE es el que no teme ser vulnerable y que admite tener miedo, que siempre trata de ejercer la compasión y la sensibilidad, que siempre es respetuoso y activo para crear un mundo que acoja igualdad para TODOS.
Ojalá iniciativas como la campaña de la Cinta Blanca puedan ayudar a enfrentar la violencia de género, sobre todo en una sociedad como Singapur, donde cerca del 70 por ciento de los casos de acoso sexual no se denuncian [7] a la policía. Según algunas encuestas, seis de cada diez víctimas de violencia sexual en Singapur son víctimas de reiteradas agresiones.