Desde el sitio MatadorNetwork [2], Adriana Herrera recolectó enlaces y muestras del trabajo que numerosas organizaciones venezolanas llevan a cabo para inyectar optimismo en medio de la crisis económica y política [3] que ha eclipsado el panorama en Venezuela. Algunas organizaciones llevan de la mano a ciudadanos para hacerlos participar, otros sacuden la creatividad artística. Entre todos, se arma una muestra clara de cómo las acciones cotidianas, hechas en colectivo y con objetivos comunes logran hacer contrapeso en ambientes adversos.
La lista completa puede verse en el artículo original, y las organizaciones pueden seguirse en Facebook e Instagram. Así, desde las redes sociales pueden verse las actividades de grupos como «Mi Convive [4]» (Mi amigo), una organización con objetivos claros y ambiciosos:
Los convives trabajamos por una meta muy concreta: «A la vuelta de 10 años queremos que Caracas salga de la lista de las 10 ciudades más peligrosas y entre en la lista de las 10 ciudades más visitadas de Latinoamérica» […]Trabajamos junto a la comunidad y diferentes organizaciones sociales en el desarrollo de actividades y proyectos que permitan disminuir los índices de violencia en los sectores populares de Caracas.
Sonorámica [5] es otro de los proyectos que fueron destacados en la lista. El norte de Sonorámica es difundir la poesía a través de la música en distintos espacios colectivos. Algunos de sus eventos pueden verse en su página de Facebook, en la que también explican parte de su motivación:
Sonorámica es una panorámica sonora que registra algo más completo que el paisaje: un país, su poesía, sus sonidos y su tiempo puestos en evidencia para confirmar que, siendo diversos, tenemos una memoria compartida hecha de imágenes que saben sonar.
Otras organizaciones se basan en la exploración del paisaje y su memoria [6], la afición de recorrer la ciudad en bicicleta [7] o de saber sus cuentos más extraños [8]. El total de la lista suma 16 grupos, algo que puede sugerir un número interesante de ciudadanos que rehusan ser parte de narrativas [9] unicolores o dejarse llevar por momentos difíciles.