Las mujeres caribeñas recuperan su poder compartiendo historias de abuso sexual en #LifeinLeggings

"Woman behind bars", from a series of anti-catcalling, pro-respect posters. Photo by flickr user Wendy, CC BY-NC 2.0.

«Mujer entre rejas», de una serie de carteles en contra de los piropos callejeros y a favor del respeto. Foto de la usuaria de Flickr Wendy, CC BY-NC 2.0.

Una poderosa etiqueta, #lifeinleggings [la vida en leggings], que tiene como objetivo proporcionar a las mujeres caribeñas espacio y apoyo para que compartan sus vivencias de acoso sexual, está creciendo rápidamente en Facebook y Twitter. La etiqueta, creada por dos mujeres barbadenses interesadas en mostrar hasta qué inquietante punto el acoso sexual forma parte de la cultura caribeña, ha ganado terreno a nivel regional.

Las experiencias que han estado compartiendo mujeres de todas las edades, grupos étnicos y situaciones económicas resultan alarmantes: desde publicaciones sobre humillaciones a las víctimas y mujeres que han sido obligadas a guardar silencio hasta historias de intimidación, expresiones de admiración desafortunadas, abuso sexual generalizado de menores y propensión de sus tutores a ocultarlo.

Crystal Roslyn Mary Granado recordó el trauma de su infancia:

#LifeInLeggings He was asked to watch the kids while Mom went to the store. I was three. He told me to come sit on his knee. I said no. You smell. He made me sit on his knee. Pulled apart my baby legs and ripped my panties off and stuck his fat calloused fingers inside of my vagina. I cried. He said he would make my mother beat me. I was afraid. I hate you.

#LifeInLeggings Le pidieron que cuidase de los niños mientras mamá iba a la tienda. Yo tenía tres años. Me dijo que fuera a sentarme sobre su rodilla. Contesté que no. Hueles algo. Me obligó a sentarme sobre su rodilla. Separó mis piernas de bebé, arrancó mis bragas y metió sus dedos gordos y callosos dentro de mi vagina. Lloré. Dijo que haría que mi madre me pegase. Tenía miedo. Te odio.

Las mujeres también hablaron sobre la carga permanente que supone vivir con el abuso y las formas en las que el miedo diario a ser agredidas moldea su comportamiento.

Cho Sundari contó que vive en constante estado de alerta:

#lifeinleggings Walking with my key in my hand, ready at all times to be used in self defence. Looking behind me at least 3 times before I reach my car. Checking the back seat before I open the door. Opening the door quickly, slamming myself on the seat. Shut the door and lock doors immediately. Sigh. Start ignition. Drive.

#lifeinleggings Caminar con la llave en la mano, preparada en todo momento para utilizarla en defensa propia. Mirar hacia atrás por lo menos tres veces de camino al coche. Comprobar el asiento trasero antes de abrir la puerta. Abrir la puerta con rapidez, abalanzarme contra el asiento. Cerrar y echar el seguro inmediatamente. Suspirar. Arrancar. Conducir.

Un usuario de Twitter tuvo dificultades para leer todos los mensajes:

#LifeInLeggings parte el alma completamente con solo leerlo. Ha habido momentos en los que he tenido que parar porque ya no podía aguantar más.

Muchas contaron que habían sufrido abusos cuando eran muy jóvenes, a menudo por parte de amigos cercanos y miembros de la familia. Otras hablaron acerca del acoso sexual en el lugar de trabajo y la correspondiente percepción del privilegio masculino.

Justin Phelps, un abogado de Trinidad, constató que las historias que inundaban las redes sociales eran mucho más que una simple etiqueta y retó a la gente a reflexionar en mayor profundidad sobre sus repercusiones sociales:

#LifeinLeggings is the story of women AND girl children btw. A large number of the stories are of childhood events. Add the stories of our male children. Add the stories of our dead children. Measure the country's level of civilization against that. Hold that up to the debates you hear in Parliament […] the disrespect and contempt meted out on top of that. Match it against ‘civil society’ who is about ‘country first’, the police service which features negatively in many of the stories, the parents who watch and stay silent, the parents who just stupid, the deviants, the pretenders. Maybe we can muster enough energy for something other than money and vanity to ‘riot’ after all. Nah, too risky.

#LifeinLeggings es la historia de las mujeres Y de las niñas, por cierto. Una gran cantidad de testimonios corresponden a acontecimientos de la infancia. Añadan las historias de nuestros niños varones. Sumen los casos de nuestros niños muertos. Comparen el nivel de civilización del país con eso. Contrástenlo con los debates que escuchan en el Parlamento […] la falta de respeto y el desprecio mostrados, como si esto fuera poco. Compárenlo con la «sociedad civil» que defiende que «primero el país», el servicio de policía que se presenta de forma negativa en muchas de las historias, los padres que ven y callan, los padres que simplemente son estúpidos, los pervertidos, los farsantes. Tal vez podamos hacer acopio de la energía suficiente para algo más que el dinero y la vanidad con el fin de «hacer una revuelta» después de todo. No, sería demasiado arriesgado.

Las historias, entrelazadas tan fuertemente por medio de la etiqueta, empiezan a presentar un panorama de la cultura de la violación en el Caribe. Una usuaria de las redes sociales, a través de una publicación en la página de Facebook del grupo feminista Womantra, dio consejos sobre cómo contrarrestar esta actitud:

Be gross. Today a man in the maxi [a minivan-type taxi in Trinidad] had the audacity to tell me that my p*ussy must be fat […] I LOUDLY and NAIVELY explained that it is not indeed fat, I have my period and it is soooooo heavy that I have to layer my pads creating the illusion of a hefty p*ssy. «I doh want to hear bout dat!!!» He was disgusted
Again, I had to educate him, «thats what p*ssies do!!! Thats how it prepares us to have your babies!!!» […]
The maxi is extremely quiet. It starts with a giggle. Then the entire maxi is laughing at the man's discomfort. #LifeInLeggings
Be gross. Pick up space. Attack using any and all weapons in your arsenal: cussing, humour, disgustingness, anger, shyness, needing a friend, tears…. I the Feminist Fairy grant you the power….

Sean groseras. Hoy un hombre en un maxi [un taxi tipo furgoneta que hay en Trinidad] tuvo la desfachatez de decirme que mi c*ño tenía que ser gordo […] Le expliqué en VOZ BIEN ALTA e INOCENTEMENTE que en realidad no es gordo, sino que tengo la regla y es taaaaan intensa que tengo que poner las compresas en capas, lo cual crea la ilusión de un c*ño grande.»¡¡¡No quiero saber nada de eso!!!»; estaba asqueado. De nuevo tuve que enseñarle: «¡¡¡Eso es lo que hacen los c*ños!!! ¡¡¡Así es como nos preparan para tener vuestros bebés!!!» […] El maxi está extremadamente silencioso. Arranca con una risita. A continuación, todo el maxi se está riendo de la incomodidad del hombre.
#LifeInLeggings
Sean groseras. Ganen espacio. Ataquen con todo su arsenal: palabrotas, humor, algo asqueroso, ira, timidez, ayuda de amigos, lágrimas… Yo, el Hada Feminista, os concedo el poder…

Las internautas se hicieron oír de forma abrumadora en su apoyo a las valientes mujeres que estaban compartiendo sus historias. Conforme los testimonios salían a raudales, se fue formando una hermandad. Tantas mujeres podían sentirse identificadas con las experiencias; ellas mismas habían pasado por algo similar.

Whitney Francois compartió algunas experiencias desgarradoras:

#LifeInLeggings
Having a female friend in primary school who tried to kiss on lips and touch your V because she loved you.
And thats how ‘love’ was shown in her home.
To everybody.
Mind you she was 5.

#LifeInLeggings
Tener una amiga en la escuela primaria que intentaba besarte en los labios y tocar tu vagina porque te quería.
Y aquella era la forma en la que se expresaba el «amor» en su casa.
A todo el mundo.
Eso sí, tenía 5 años.

#lifeinleggings
Watching a friend trying to be strong after being called a sellout and a traitor and even threatened for ‘snitching’ on her bf after he raped her.
Who really betrayed whose trust?

#lifeinleggings
Ver a una amiga tratar de ser fuerte después de que la llamaran vendida y traidora e incluso de que fuera amenazada por “chivarse” de su novio después de que él la violó.
¿Quién traicionó realmente la confianza de quién?

Christine Sankar compartió un ejemplo del tipo de acoso sexual en las calles al que muchas mujeres caribeñas han hecho frente en algún momento de su vida:

Ignoring men when they're cat-calling and calling out to you as ‘Beautiful’ ‘Sexy’ ‘Family’, and as soon as you pass them, they further disrespect you by telling you that ‘You not that nice anyways’ or ‘One day someone would f*ck that stink attitude out of you’ with some of them even going to the extent of yanking on your shoulder or following you #lifeinleggings

Ignorar a los hombres cuando te están silbando y llamando con expresiones como “preciosa”, “sexy” y “amiga” y, tan pronto como los sobrepasas, te faltan al respeto aún más diciéndote que “No eras tan guapa de todos modos” o “Un día alguien te va a joder y se te va a quitar esa asquerosa actitud”, llegando algunos de ellos hasta el punto de tirar de tu hombro o seguirte #lifeinleggings

Malaika Brooks-Smith-Lowe dijo que el comportamiento inapropiado no conoce límites:

#lifeinleggings is having to tell a group of grown ass men to stop harassing me while I teach children in an outdoor yoga class.

#lifeinleggings es tener que decir a un grupo de hombres adultos imbéciles que dejen de acosarme mientras enseño a niños en una clase de yoga al aire libre.

Antonya Pierre se mostró de acuerdo:

#Lifeinleggings. When ‘Good morning beautiful’ is no longer a pleasant greeting or compliment because it is usually the preamble for some form of harassment.

#Lifeinleggings. Cuando “Buenos días, preciosa” deja de ser un saludo o un cumplido agradable porque suele tratarse del preámbulo de algún tipo de acoso.

Si bien la mayoría de internautas se deshacían en elogios hacia las creadoras de la etiqueta y afirmaban que era «hora de que se rompiera este tabú», una mujer joven expresó su curiosidad sobre por qué el debate (reunido bajo el tema «leggings») estaba relacionado con el género, argumentando que los hombres también eran víctimas de abuso sexual.

Conforme se difundía la etiqueta,  se convocó a los hombres a expresar su apoyo a la causa. Muchos lo hicieron, pero otros trataron de restar importancia a la situación y de invalidar los testimonios de las mujeres. La reacción fue dura e inmediata, en especial cuando los hombres utilizaron la historia de la vestimenta de las mujeres como justificación para el abuso sexual.

Denica Shute lo dejó muy claro:

‘Women are deserving of respect regardless of what we wear and we refuse to subscribe to the notion that men simply cannot help themselves to sexually harass or abuse a woman because of what she is wearing.’
#lifeinleggings

Las mujeres merecemos respeto, independientemente de lo que llevemos puesto y nos negamos a mostrarnos de acuerdo con la idea de que los hombres simplemente no pueden evitar acosar sexualmente o abusar a una mujer a causa de la ropa que esta lleve.
#lifeinleggings

Raeesa Francis-Ochoa añadió:

Men who have an issue with the hashtag #LifeInLeggings are the reason why this hashtag exists.
In 2016, why is it still not okay for a woman to vent about the abuse at experienced from childhood to adulthood which still affect her daily and she may never be fully healed?
Additionally, why are women also finding issues with the hashtag? Just because you don't have an experience or feel like sharing your own, doesn't mean you can be Petty Patty and stop others from participating in the trend.

Los hombres que tienen un problema con la etiqueta #LifeInLeggings son el motivo por el cual existe.
¿Por qué en el año 2016 todavía no está bien que una mujer se desahogue hablando del abuso experimentado desde la infancia hasta la edad adulta que todavía le afecta a diario y del cual puede que nunca se recupere completamente?
Por otra parte, ¿por qué también hay mujeres que están teniendo problemas con la etiqueta? Que no tengas ninguna experiencia que contar o no te apetezca compartir la tuya propia no significa que puedas actuar de forma mezquina e impedir que el resto participe en este tema de tendencia.

En efecto, se llegó al acuerdo generalizado de que el machismo con el que se socializan los chicos caribeños es parte del problema.

La situación se agravó cuando un hombre de Trinidad trató de crear la etiqueta #lifeinpants [la vida en pantalones], basado en su percepción de que #lifeinleggings estaba «involucrando a todos los hombres en una atrocidad social«. Sus mensajes con esa etiqueta fueron posteriormente eliminados. Las mujeres arremetieron contra estos últimos con estupor e indignación.

Rhoda Bharath comentó:

#LifeInLeggings: When from hairless babies to balding grannies get raped, but you feel attacked by a hashtag.

#LifeInLeggings: Cuando mujeres desde bebés sin pelo hasta ancianas que lo están perdiendo son violadas, pero tú te sientes atacado por una etiqueta.

Carima Nemai escribió:

#lifeinleggings made it as easy and common to demonize men as it has been easy and common over the years to objectify and sexually assault women. #whenthetablesareturned yes feel uncomfortable, and feel attacked and feel responsible even if you aren't, most importantly FEEL!
Obviously not every man is guilty and not every woman would have been a victim, but the rape culture is bigger than every one of us! See and feel that!

#lifeinleggings hizo tan sencillo y habitual demonizar a los hombres como ha sido sencillo y habitual a lo largo de los años cosificar y agredir sexualmente a las mujeres. #whenthetablesareturned [cuando se vuelven las tornas] Sí, siéntanse incómodos, atacados y responsables incluso si no lo son; lo que es más importante, ¡SIENTAN!
Por supuesto, no todos los hombres son culpables ni todas las mujeres habrían sido víctimas, ¡pero la cultura de la violación es más grande que todos nosotros! ¡Vean y sientan eso!

Dion Boucaud dijo:

You cannot decry a legitimate movement by making the issue somehow about yourself and then, when you are called on your bullshit, berate and chastise everyone […] who disagrees with you. Then today you're crying oppression, stating that you're attacked by perceived feminist because they don't agree with your useless opinion. All that makes you is a special kind of stupid.

No puedes condenar un movimiento legítimo haciendo que el asunto trate de alguna manera sobre ti y luego, cuando se te llama la atención al respecto de tus disparates, regañar y criticar a todo aquel […] que se muestra en desacuerdo contigo. Hoy estás quejándote de la opresión, manifestando que eres atacado por supuestas feministas porque no coinciden con tu inútil opinión. Lo único que eso te hace es una clase especial de estúpido.

El fotógrafo Mark Lyndersay agregó:

The #lifeinleggings hashtag is a challenge for men. Some to confront the horror of these stories, others to know their place and to understand that these are women's stories to tell, whatever their tone and sentiment. […]
These stories are about a line ignored, crossed and trampled on.
If you are a man, read them without making it about you.

La etiqueta #lifeinleggings es un reto para los hombres. En el caso de algunos, para confrontar el horror de estas historias; en el caso de otros, para saber cuál es su lugar y entender que es a las mujeres a quienes les corresponde contar estas historias, sean cuales sean el tono y la opinión de las mismas. […]
Estas historias tratan de una línea ignorada, cruzada y pisoteada.
Si eres hombre, léelas sin tomarlas como algo personal.

La etiqueta ha ayudado a poner en marcha una conversación regional pendiente desde hace mucho tiempo y ya ha dejado algunas moralejas importantes: que la cultura de violación de la región ha sido heredada durante generaciones; que el silencio de las víctimas solo hace a los depredadores más poderosos; y lo que es más importante, que por medio de la educación y la legislación, más niñas y mujeres podrían ser salvadas del trauma del abuso sexual.

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