Repatriados de Myanmar luchan para construir nuevas vidas

The warehouse of the Relief and Resettlement Department’s Rangoon office in Mayangone Township, where 17 returnees are being provided temporary shelter. Photo and caption by Hein Htet/The Irrawaddy.

Almacén del departamento de socorro y reasentamiento de Rangon en el municipio de Mayagone donde 17 repatriados reciben alojamiento temporal. Foto de Hein Htet/The Irrawaddy.

El siguiente artículo editado de Tin Htet Paing se publicó en The Irrawaddy, un sitio de noticias independiente en Myanmar y es republicado por Global Voices como parte de un acuerdo para compartir contenido.

La historia relata la situación de algunos refugiados que luchan con reconstruir sus vidas al regresar a Myanmar (Birmania). Una dictadura militar gobernó el país desde 1962 hasta 2010, pero no fue hasta este año en que la milicia perdió el control total del gobierno después de que su partido perdiera las elecciones. Durante el régimen militar, una guerra civil entre fuerzas del estado y grupos étnicos armados se intensificó por todo el país, desplazando a sus residentes y obligando a miles a buscar refugio en países aledaños.

El único motivo por el que el ex refugiado de 46 años U Aye Win regresó a Myanmar fue para que sus seis hijos pudieran recibir educación formal en su país natal – el país que él dejó ocho años atrás debido a la agitación política.

Después de haberse refugiado desde el 2008 en un campo en la frontera Tailandia-Myanmar, decidió repatriarse una vez que la Liga Nacional por la democracia liderada por el gobierno tomó posesión en abril del 2016 y acogió el regreso de los refugiados.

U Aye Lwin es uno de 17 ex refugiados que recientemente regresaron a Yangón (la cuidad más grande del país) desde el campo Nu Po situado en la frontera de Myanmar con Tailandia, el cual se estableció de acuerdo a un acuerdo oficial por los gobiernos de Tailandia y Myanmar, la Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR) y la Organizacion Internacional para las migraciones (OIM).

El primer grupo en regresar fue de 65 refugiados que fueron repatriados a Myanmar por medio del Puente amistoso entre Myawaddy y Mae Sot a finales de octubre. 17 de ellos pidieron ser enviados a sus hogares en Yangón.

U Aye Lwin decidió ganar dinero haciendo cualquier clase de trabajo que estuviera disponible para que sus hijos -desde su niño de 4 años hasta su hija de 18- pudieran ir a la escuela.

Pero su regreso no ha resultado como él esperaba.

Desde su llegada a Yangón en octubre, los 17 refugiados que regresaron – cuatro familias- solamente han recibido un refugio temporal en un almacén dirigido por el departamento de socorro y asentamiento de Rangon en el municipio de Mayangone, en espera de que el gobierno regional les proporcione un alojamiento a largo plazo.

El departamento, que opera bajo el mando del ministerio de bienestar social, socorro y asentamiento, brinda 3000 kyats (US$2.33) a cada  repatriado para sus gastos diarios. Además, cada familia recibió 300,000 kyats (US$230) por parte del gobierno de la unión y el gobierno tailandes ha ofrecido 8,300 baht (US$230) por adulto así como 6500 baht (US$180) por niño antes de dejar Tailandia.

Daw Khin San Yee de 59 años, es una ex presa política y junto a su esposo fue refugiada en el campo Nu Po en el año de 2009. Aunque era refugiada, estaba al tanto de las noticias a través de la radio y televisión -únicas fuentes disponibles en el campamento- acerca de la transición democrática en Myanmar.

I’ve been willing to return to Myanmar since its government transition [last year]. UNHCR and officials from the Myanmar government came to the camp and told us that we could officially register to return home—in dignity.

He deseado regresar a Myanmar desde la transición del gobierno [el año anterior]. ACNUR y funcionarios de Myanmar vinieron al campamento y nos dijeron que podíamos registrarnos oficialmente para regresar a casa -dignamente.

Daw Khin San Yee, 59, is a former political prisoner and was a refugee, along with her husband, at the Nu Po camp in 2009. Photo and caption by Hein Htet/The Irrawaddy.

Daw Khin San Yee de 59 años es una ex presa política y fue refugiada junto con su esposo en el campo Nu Po en el año del 2209. Foto de Hein Htet/The Irrawaddy.

Las cuatro familias que hablaron con The Irrawaddy dijeron la semana pasada que su regreso voluntario fue impulsado por el hecho de que el NLD está en el poder.

El gobierno regional de Yangón brinda viviendas de bajo costo para los ex refugiados valuadas en 9.8 millones de kyats (US$7,400) en la zona industrial de Shwe Linn Ban en el municipio de Hlaing Tharyar, pero les pide pagarlas a plazos, dando un pago inicial del 30% y el resto en un plazo de 8 años.

Aún así, las familias se rehúsan a comprar departamentos, argumentando que no pueden pagarlos. Los precios de alquiler han aumentado el triple en menos de 10 años. Después de preguntarles si eran propietarios de algún lugar antes de dejar Myanmar, Daw Khin San Yee y U Aye Lwin dijeron a The Irrawaddy que nunca han podido costear la compra de un departamento y que anteriormente se veían obligados a alquilar lugares. Daw Khin San Yee explicó:

We returned from a refugee camp. We didn’t come back bringing heaps of money. How are we supposed to pay 3 million kyats [US$2,200]?

Regresamos de un campo de refugiados. No hemos llegado con montones de dinero. ¿Cómo se supone que pagaremos 3 millones de kyats [US$2,200]?

U Than Zin Maung, de 47 años, regresó a casa para conseguir tratamiento médico tradicional para su esposa, ya que no le es posible caminar debido a una atrofia muscular en las piernas. Él dijo que haría cualquier tipo de trabajo para poder pagar la hospitalización de su esposa y enviar a sus dos hijos a la escuela una vez que obtenga alojamiento a largo plazo para su familia.

U Win Shwe, director del departamento de socorro y reasentamiento en Yangón, dijo a The Irrawaddy que su departamento informó al gobierno regional de Yangón acerca de la situación actual y está en espera de alguna posible solución, probablemente esta semana. Dijo que el gobierno aún tiene dificultad para brindar viviendas accesibles a ilegales en la ciudad.

We can’t provide [free] accommodation to everyone who returns. It’s impossible to do that given that there are also people who are in worse trouble. Myanmar is not rich enough that it can give housing for free. There are also hundreds of thousands of refugees living in border camps, hoping to come back. If Yangon’s government were to provide free housing to returnees, others in the future would also look to return to Yangon, and the situation would get out of hand. They have returned to Burma [as Myanmar is also known] and are no longer refugees. They shouldn’t be given privileges under the title ‘refugee’.

No podemos brindar (gratuitamente) alojamiento a cada persona que regresa. Es imposible hacer eso debido a que también hay personas que se encuentran en problemáticas mayores. Myanmar no es lo suficientemente rico como para ofrecer viviendas gratuitas. De igual manera hay cientos de miles de refugiados viviendo en campos en las fronteras, con la esperanza de regresar. Si el gobierno de Yangón brindara viviendas gratuitas a quienes regresan, otros en el futuro también buscarían regresar a Yangón y la situación se saldría de control. Han regresado a Birmania [nombre por el que también se conoce a Myanmar] y ya no son refugiados. No deberían recibir privilegios por ser llamados «refugiados».

El funcionario añadió que el gobierno regional ofrece a los refugiados el apoyo y los derechos otorgados a todos los ciudadanos.

Mg Aung San Suu Kyaw, 14, Mg Kaung Myat Kyaw, 10), and Mg Zin Ko Win, 4, are seen at the warehouse of the Relief and Resettlement Department’s Yangon office in Mayangone Township. Photo and caption by Hein Htet/The Irrawaddy.

Mg Aung San Suu Kyaw, 14 años, Mg Kaung Myat Kyaw, 10 años, y Mg Zin Ko Win, 4 años, son captados en el almacén del departamento de socorro y reasentamiento de Yangón en el municipio de Mayangone. Foto de Hein Htet/The Irrawaddy.

U Soe Aung, secretario permanente y vocero del Ministerio de bienestar social, socorro y reasentamiento, dijo a The Irrawaddy que el gobierno está haciendo tanto como puede para apoyar a los refugiados en su regreso y para encontrarles oportunidades de trabajo.

El ministro de bienestar social en Yangón, U Naing Linn, visitó los refugios temporales después de que los refugiados regresaron a Yangón y posteriormente dijo a los reporteros que el gobierno es responsable de establecer alojamiento a largo plazo para los refugiados que regresan.

Daw Khin San Yee dijo que los repatriados no están pidiendo tener viviendas de manera gratuita, si no solo tener un lugar en el que puedan costear el comienzo de sus vidas nuevamente. Otros repatriados repiten estas palabras, diciendo que no quieren depender solamente de donaciones y que están listos para trabajar.

U Thant Zin Maung dijo que ellos no se dan cuenta de que la situación es muy distinta a sus expectativas.

Ma Thiri Suu Kyi, 16, is seen together with her little brother Mg Zin Ko Win. She decided not to continue going to school in Yangon because she’s embarrassed to be in the 7th grade with students much younger than her. Photo and caption by Hein Htet/The Irrawaddy.

Ma Thiri Suu Kyi, 16 años, es captada al lado de su hermano pequeño Mg Zin Ko Win. Ella decidió dejar sus estudios en Yangón debido a que se sentía avergonzada por cursar 7° a lado de estudiantes mucho más jóvenes que ella. Foto de Hein Htet/The Irrawaddy.

Ma Thiri Suu Kyi de 16 años movía nerviosamente sus manos sin hacer contacto visual. Sentada frente al almacén en Rangon, habló acerca de cómo solía pasar el tiempo con sus amigos en un campo de refugiados en Tailandia.

«No quería regresar a Birmania» dijo, añadiendo que no sabe qué hacer a continuación con su vida.

Tenía 8 años cuando ella y su padre U Aye Lwin partieron a Tailandia en el 2008 y vagamente recuerda cómo lucía Myanmar en ese tiempo. Cursaba 7° en el campo Nu Po y pensó que podría continuar sus estudios al regresar a Myanmar. Pero cambió de opinión.

«No es apropiado para alguien de mi edad estar en 7°» dijo. «Debo estudiar al lado de esos niños pequeños, así que no quiero continuar la escuela aquí» continuó, señalando a su pequeño hermano de 10 años.

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