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Ana María Fuster Lavín o el arte de escribir en libertad

Categorías: Caribe, Latinoamérica, Puerto Rico (E.U.A.), Arte y cultura, Literatura
Ana María Fusté Lavín. Foto usada con permiso.

Ana María Fuster Lavín. Foto usada con permiso.

La escritora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín [1] acaba de publicar su más reciente novela «Mariposas negras» (Isla Negra Editores [2]), una novela gótica urbana que explora temas sobre la sexualidad y la violencia de género.

Ana María Fuster Lavín, quien ya es un rostro conocido en el panorama de la literatura boricua actual, es autora de libros como «Réquiem» (novela-cuenteada), «Bocetos de una cuidad silente» (narraciones), «Tras la sombra de la luna» (poesía) e «(In)somnio» (prosa poética), entre otros.

A continuación compartimos una versión condensada de una entrevista de Global Voices a la escritora puertorriqueña. Forma parte de una serie que explora el proceso creativo y la trayectoria de diversas personalidades de la cultura en Puerto Rico.
Global Voices (GV): Hablemos acerca del mundo de la creación… por qué crees que tu vida ha sido marcada por el signo artístico…

Ana María Fuster Lavín (AMFL): De pequeña era muy introvertida y rara según algunas personas, la lectura me llevó a ese mundo donde me sentía segura, podía soñar y sentirme viva. Mi madre y mis abuelos en España siempre fueron muy lectores y respetaron el mundo literario casi como una religión, pues somos agnósticos. Mi abuela igual dijo que los libros los hicieron sobre vivir a la guerra civil y a la dictadura. Yo pasaba más de dos meses del año con mis abuelos, y los libros fueron mi mundo.

GV: En qué género literario te sientes que fluyes más como creadora…

AMFL: Amo la poesía, la vivo, la trabajo, la siento, la corrijo una y otra vez… pero empecé como cuentista y es mi género más cercano, en el que me divierto más… Ahora me cautiva como escritora trabajar la novela, terminé mi segunda y voy dándole forma a una tercera novela. Siempre con la poesía presente. Creo que fluyo en los dos géneros, poesía y narrativa, pero son dos amantes distintas. Algún día quisiera aprender a escribir guiones.

GV: Necesitas distancia o soledad para realizar tu obra…

AMFL: Necesito tomar distancia de la vida social, en efecto, salgo muy poco a actividades. Tampoco estoy participando en presentaciones de libros ni recitales, pues estoy escribiendo en estos momentos una novela y un libro de cuentos. Estoy conmigo misma durante ese periodo de creatividad, escribo y leo todo el tiempo, y construyo mi distancia-soledad. Pero son soledades artificiales, puesto que soy empleada de gobierno con horario de lunes a viernes, soy mamá-papá a tiempo súper completo de un preadolescente maravilloso que es deportista, lo que me hace estar en constaste movimiento con él. Me voy creando esas distancias y soledades insomnes, para escribir. Sé abstraerme bastante en los sitios, madrugo mucho, duermo poco para escribir. También leo y escribo en los parques de balompié, y hasta en ratos robados a mi jornada laboral. Todo se trata de organizarse y vivir para mi hijo y para los libros. Eso es la felicidad (distancia-soledad).

GV: ¿Tienes algún ritual a la hora de acercarte a la página en blanco? ¿Concibes la idea, el motivo, con anterioridad o te vas en un flujo de palabras hasta que encuentras el delta indicado?

AMFL:Todo fluye, todo aparece como un delirio, como el vértigo, y a su vez, está planificado desde el principio. Siempre concibo desde la totalidad, desde una obra acabada, así me voy dirigiendo. Sé de antemano de qué va el libro y lo que pretendo con él. Muchas veces tengo ya el título antes de comenzar. El caos me aterra, es como caer en ese abismo de sombras que hay debajo de la cama de los insomnios. Hago mi estructura, luego converso con mi personaje, lo conozco y lo moldeo. Una vez estamos ambos frente al papel o teclado, ahí entra el flujo delirante de la palabra, a veces toma un rumbo insospechado y dejo que la palabra sea libre y me enseñe nuevas alternativas de ese océano, esa nueva ciudad insospechada que es cada libro. Es un proceso de dominio y ceder, como en el amor… Luego se corrige tres y cuatro, diez veces y la palabra te va contando nuevas posibilidades, siempre con la locura del deseo, siempre con la disciplina y respeto por la literatura.

GV: ¿Qué es necesario para ser un escritor?

AMFL: Leer, leer, leer, leer, sin prejuicios, sin control y con disciplina. Amar, crear, construir, ser auténtico y aceptar críticas. Escuchar, leer y leer mucho más. También vivir con intensidad y romper las ataduras de los ‘se supone’, de la sociedad, de los prejuicios, de los miedos infundados por familiares, religiones, gobiernos. Entonces ahí, te sientas a escribir, a construir, a darle tu toque personal, tu voz propia, sin esperar a otro que le agrade, que le aplauda, sin pretender que te digan “qué hermoso es tu libro”, mira, eso es mierda. Escribir para agradar es mierda. Se escribe desde la libertad de no importarte lo que piensan mami y papi, lo que piensan mis amiguitos del momento. Escribe de lo cómodo, pero mucho mucho más de lo incómodo. Escribe sin miedos y sin ataduras, pero en especial, lee, y experimenta con la palabra. Ríete, llora, ama y vive nuevos mundos, sé otras personas en el momento de escribir. Y tener el arte, si no lo tienes no lo tienes por más que lo pretendas. Si lo tienes, ese arte, escribe, luego edita, corrige, relee…

GV: ¿Crees que existe el llamado bloqueo del escritor?…

AMFL: Existe el bloqueo existencial. Ese que te detiene frente a la puerta, justo cuando habías decidido salir. No creo en los bloqueos, sino en etapas en las que tienes que dedicarte a beber, comer y hacer el amor con los fantasmas, con las voces internas, con los libros, con otras manifestaciones del arte. Es la etapa de prepararse para escribir. Si te bloqueas, es que en ese momento no es para escribir, es para sentir la vida y llenarte de nuevas posibilidades. Música, cine, libros, tertuliar con amigos, amar, ser orgánico.

GV: ¿A qué aspiras con tu arte?

AMFL: A ser libre de mí misma y de lo que me rodea. Aspiro a seguir creando, escribiendo, denunciando los abusos contra las mujeres, contra los niños, denunciando la violencia desmedida, la hipocresía, la homofobia, el acoso, el maltrato. Aspiro también a seguir divirtiendo, provocando, todo a través de la palabra.

GV: ¿Cuál entiendes es el mayor reto que tiene de cara un autor en el futuro?

AMFL: El reto de hoy, del mañana, el de siempre… Es luchar contra la mediocridad, contra la zona de comodidad, el ninguneo, las causas sociales en las que uno cree, en cada día ser mejor en lo que uno hace, en quien uno es… Y a su vez, de alguna manera ayudar a los demás en lo mismo, en abrir caminos, en hacer ese camino al andar.