Diseñador de moda es arrestado por las autoridades turcas

Turkish fashion designer Barbaros Şansal with friends in March 2015. Photo by the author.

El diseñador de moda turco Barbaros Şansal con amigos en marzo del 2015. Foto tomada por el autor.

Barbaros Şansal es una celebridad entre los diseñadores de moda de Turquía, un defensor de los derechos del colectivo LGTB y un activista político que formó parte de las protestas del 2013 sobre el parque Gezi. Durante varios años, las autoridades turcas lo han acosado mediante casos judiciales y ha sido atacado con anterioridad por un asaltante no identificado mientras entraba a su estudio cerca de la plaza Taksim en Estambul.

Şansal es una personalidad turca controvertida que no acostumbra a moderar su crítica hacia el gobierno y otros escándalos, incluidos los relacionados con el presidente Erdogan a la cabeza del partido AKP. También se le ha considerado una de las figuras públicas gay más prominentes en un país donde todavía hay mucha gente que no acepta la homosexualidad. Ha presentado programas en la televisión turca, publicado libros y se muestra de una forma muy visible en los medios de comunicación social, especialmente en Twitter, donde a menudo publica vídeos provocativos criticando los problemas de la sociedad turca.

El día de Año Nuevo, Şansal se encontraba en su casa de la República Turca del Norte de Chipre, desde donde publicó un vídeo lleno de insinuaciones y críticas a la sociedad turca diciendo:

«Estás celebrando el año nuevo mientras numerosos periodistas se encuentran bajo arresto, una gran cantidad de niños están siendo acosados y violados, hay demasiado fraude, sobornos y fanáticos unidos que comparten su mierda en las calles con predicaciones religiosas».

Barbaros Şansal ha sido deportado y linchado por la turba de Erdogan tras este vídeo. Se encuentra en manos del régimen.

La frase final de Şansal, “Ahógate en tu mierda, Turquía», parece haber causado una ofensa particular a los políticos nacionalistas como el alcalde de Ankara Melih Gokcek, un hombre también conocido por su extraño comportamiento en las redes sociales.

Şansal fue deportado del Norte de Chipre y a su llegada a Estanbul fue atacado por los pasajeros y la tripulación del aeropuerto con gritos de «traidor». Gokcek dijo porTwitter que la nación turca «reaccionó contra él» y le decía «¡No irrites a la gente!»

Numerosos usuarios de las redes sociales en Turquía salieron en defensa de Şansal, llamándolo un «alma gentil», «franco» y «espontáneo». Şansal tenía cerca de 300.000 seguidores en Twitter, pero desde su arresto, su cuenta ha sido eliminada.

Sólo rezo para que Barbaros sea puestos en libertad lo antes posible.. él es un alma gentil. Cuando ellos se vienen abajo, nosotros nos venimos arriba…

El mundo necesita gente como él. Franco. Espontáneo. Sin censura.

Otros sugerían que Şansal había pagado el precio de su notoriedad y la falta de anonimato, y que el arresto era una «advertencia» para otros discrepantes.

Él tuvo las agallas de decir lo que la mayoría de nosotros no podía decir. No fue anónimo, ¡fue claro y estaba en lo cierto!

El trato de Barbaros Şansal pretende ser una advertencia para todo aquel en Turquía con una opinión discrepante, cualquiera que destaque en el rebaño.

Mientras tanto, las autoridades judiciales han liberado bajo fianza a varios sospechosos de ser juzgados por sus afiliaciones a ISIS. Mucha gente criticó la incongruencia entre el trato al diseñador de moda que criticó al Estado y a aquellos acusados por conexiones con el terrorismo.

Con muchos políticos de la oposición, periodistas e incluso celebridades que ahora están entre rejas en Turquía, parece que el presidente Erdogan será capaz de asegurar los votos que necesita para hacer cambios en la constitución turca y que garantizarán a la oficina del presidente unos poderes ejecutivos mayores y le permitirán permanecer en el cargo durante una década o más.

Departamento del primer ministro turco Kurtulmus: «Las publicaciones en las redes sociales que no cumplan con los intereses públicos y de la nación pueden constituir un crimen».

Turquía se está enfrentando a múltiples desafíos con su intervención en Siria y la ruptura de las conversaciones de paz con la milicia kurda PKK. Con el poder judicial bajo el control de Erdogan, los fiscales parecen estar reinterpretando la ley para ir tras cualquier crítica que los enfurezca.

Para muchos en Turquía, esto es un recuerdo de los días oscuros de la década de los 90, en la que las críticas al gobierno suponían a menudo cargos por «insultar a la identidad turca», y en la que la economía sufrió una elevada inflación y un tipo de cambio errático.

Los políticos kurdos como Layla Zana, que fue encarcelada por tomar su juramento de cargo en kurdo, han sido puestos entre rejas una vez más. El arresto de una figura pública como Şansal, que no está afiliado a ningún partido político, ha levantado muchas otras críticas hacia el gobierno mientras se teme quién será el siguiente.

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