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México: Pese a la moratoria el controvertido megaproyecto Agua Prieta sigue en marcha

Categorías: Latinoamérica, México, Ambiente, Derechos humanos, Etnicidad y raza, Medios ciudadanos, Pueblos indígenas
Tribu Yaqui en consulta. Foto del usuario Flickr Malova Gobernador. Usada bajo licencia CC 2.0

Reunión de la tribu Yaqui. Fotografía : usuario de Flickr Malova Gobernador [1]. Usada según licencia CC 2.0.

Un nuevo gasoducto en construcción en el norte de México ha generado una gran controversia que involucra a la comunidad aborigen local Yaqui, que no está demasiado conforme con el trazado previsto para el gasoducto de Agua Prieta (que atraviesa el territorio Yaqui).

La situación empeoró el 21 de octubre, cuando los que están a favor del gasoducto atacaron [2] a un grupo de manifestantes, causando la muerte de uno de ellos, lesiones a otros ocho y una cantidad considerable de daños materiales.

La tribu Yaqui, que ha soportado una larga historia de represión [3], también tiene una tradición organizando diversos movimientos de resistencia. Como otras comunidades originarias de México, algunos miembros de la tribu Yaqui han perdido la vida luchando contra empresas privadas que pretendían apoderarse de su territorio y autoridades no indígenas. Hace solo dos años, antes de que se desatara el conflicto por el gasoducto Agua Prieta, los yaquis realizaron una manifestación contra la construcción de un acueducto de gran magnitud [4] que hubiera desviado lo que queda de su río sagrado para abastecer de agua a la ciudad de Hermosillo.

Según está proyectado, el recorrido del gasoducto de Agua Prieta comenzaría en Arizona, EE. UU., para terminar en Sonora, México. Un tramo del gasoducto se construiría en 90 kilómetros de territorio Yaqui [5], que conforme a la legislación mexicana está protegido. Aprobar la construcción del gasoducto sin someterlo a un proceso de consultas justo, transparente y que incluya a la totalidad de las comunidades Yaqui constituiría una violación de la soberanía del territorio Yaqui [6], según señalan los líderes de la comunidad.

Recientemente, miembros de la tribu Yaqui de Loma de Bácum consiguieron que se imponga una moratoria contra la construcción del gasoducto [7]. Sin embargo, según medios locales [8], las autoridades mexicanas han anunciado que la obra del gasoducto continuará porque “una comunidad” no puede detener  «un proyecto que beneficiará a las generaciones futuras».

De acuerdo a la página de Facebook de Solidaridad Tribu Yaqui [9], la construcción avanza [10], a pesar de que las consultas y negociaciones justas y transparentes nunca se realizaron:

On one hand, the Yaquis of Loma de Bácum oppose the pipeline and have legally filed an appeal against the work. Thus far, the project has been carried out beneath a simulated consultation of SENER (Secretariat of Energy) [11]Them, together with the company Sempra Energy, the government of Hermosillo, the local media, and the municipal governments (all of which have supported the work) have sought by any means necessary to debilitate the opposition of Loma Bácum.

The other visible actor in this conflict, backed by the supporters of the project, are Yaquis from 7 other towns, who in a rather surprising event, have become the cannon ball of violence and intimidation so that the construction of the gas pipeline penetrates the territory of Bácum.”

Por un lado, los yaquis de Loma de Bácum se oponen a la construcción del gasoducto y han interpuesto un recurso contra la obra. Hasta el momento, el proyecto ha seguido adelante amparado por una consulta simulada de la Secretaría de Energía (SENER [12]). Ellos, junto con la empresa de energía Sempra, el gobierno de Hermosillo, los medios locales y los gobiernos municipales (todos han apoyado el proyecto) han recurrido a todos los medios necesarios para debilitar la oposición en Loma Bácum.

El otro actor visible en este conflicto, respaldado por los partidarios del proyecto, son yaquis de otras 7 ciudades, que en un hecho bastante sorprendente, se han convertido en el cañón de la violencia y la intimidación para que la construcción del gasoducto penetre en el territorio de Bácum».

Solidaridad Tribu Yaqui también manifestó su preocupación por la discriminación y falta de representación [10]:

“These rich men don’t care about the life of one, two, or three people, much less if they are indigenous. They are those whom don’t care if an indigenous government falls. They are those that don’t care if the Yaqui culture is exterminated. What is important to these rich men is to conclude the work and pocket all the profits, solidifying the appropriation of the Yaqui Territory.”

A estos hombres adinerados no les importa la vida de una, dos, o tres personas, menos aún si son indígenas. Son de esos a los que no les interesa si un gobierno indígena cae. Son esos a los que no les importa si la cultura Yaqui es exterminada. Lo que les importa a estos hombres ricos es terminar la obra y embolsarse los beneficios, consolidando la apropiación del territorio Yaqui.

Gema Villela Valenzuela, periodista mexicana que ha cubierto el conflicto desde una perspectiva de género, escribió acerca de las amenazas [13] que han tenido que enfrentar las mujeres de la tribu Yaqui de Loma de Bácum por oponerse a la construcción del gasoducto de Agua Prieta:

“Mujeres de la comunidad Yaqui (que pidieron el anonimato por seguridad) informaron que la construcción del ducto a cargo de la empresa Gasoducto Aguaprieta ha generado violencia que va desde enfrentamientos entre los mismos miembros de la comunidad, hasta amenazas a líderes Yaquis y mujeres de la misma etnia, defensoras de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas y de la tierra.

Explicaron que se han provocado incendios de automóviles y riñas que han terminado en homicidio. Algunas mujeres de la comunidad han tenido que permanecer en lugares que consideran seguros, por recomendación de las autoridades Yaquis del pueblo de Bácum, porque al oponerse a firmar el permiso colectivo para la construcción del ducto, han recibido amenazas.”

Según el periodista Al-Dabi Olvera [14], miembros de la comunidad Yaqui de Loma de Bácum han interpuesto quejas [15] ante la Comisión Mexicana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En noviembre del 2016, Gema Villela Valenzuela informó que integrantes de la comunidad Yaqui continuaban recibiendo amenazas [13] por oponerse a la construcción del gasoducto.