Miles de portugueses despidieron a Mário Soares, «padre de la democracia»

Mário Soares, ex-Presidente da República num comício de apoio ao socialista José Sócrates em 2009. Foto: Manuel Ribeiro/Arquivo

Mário Soares, expresidente de la República en una manifestación de apoyo al socialista José Sócrates en 2009. Foto: Manuel Ribeiro/Archivo.

En Portugal, hubo tres días de luto nacional por la muerte de Mário Soares, «el padre de la democracia portuguesa», que murió el 7 de enero en un hospital privado de Lisboa. Soares, de 92 años, estaba en coma profundo desde el 13 de diciembre de 2016. Miles de portugueses viajaron a la capital para rendirle un último homenaje.

Licenciado en Historia, Filosofía y Derecho, Mário Soares fue abogado y profesor. Luchó contra la dictadura, durante el Estado Nuevo. Fue detenido más de una docena de veces, fue deportado y obligado a exiliarse. Ayudó a fundar el Partido Socialista portugués (PS) y, poco después de la revolución del 25 de abril de 1974, ocupó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Más tarde, fue primer ministro en tres ocasiones y se hizo cargo de la presidencia de la República durante dos mandatos. A nivel internacional, Soares fue eurodiputado y vicepresidente de la Internacional Socialista (IS).

«Amado por unos, odiado por otros», Mário Soares es una de las personalidades más influyentes de la segunda mitad del siglo XX portugués.

La lucha contra el Estado Nuevo

Desde los anos 30, Portugal vivió un régimen político autoritario, el Estado Nuevo. La dictadura liderada por António de Oliveira Salazar sumergió al país, y a las regiones colonizadas de África, India y Timor Oriental en una dictadura militar autócrata y corporativista que acabó por desmoronarse en 1974.

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Claude Truong-Ngoc / Wikimedia CommonsCC BY-SA 3.0

«Bajo la influencia» de Álvaro Cunhal, Soares se unió al Movimiento de Unidad Nacional Antifascista con vínculos con el Partido Comunista Portugués (PCP) para luchar contra la dictadura de Salazar. Pero cuando sintió que esa no era la izquierda que quería seguir, se fue del PCP y fundó la Resistencia Republicana y Socialista, una izquierda más moderada con pretensiones de «volver a los jóvenes contra el régimen«.

Fue arrestado 12 veces por la PIDE, la policía política del régimen. En 1968, fue deportado a Santo Tomé y Príncipe. Dos años más tarde, se vio obligado a exiliarse en Francia, donde fue profesor y se unió a la masonería a «obtener apoyo contra el Estado Nuevo».

En 1973, en un congreso celebrado en una ciudad cerca de Bonn (Bad Münstereifel), Alemania, la Acción Socialista portuguesa (ASP) que él mismo fundó en 1964, «se transformó» —con el apoyo de los amigos demócratas alemanes— en el Partido Socialista portugués (PS) en el que el propio Mário Soares sería elegido el primer secretario general, cargo que ocupó durante 13 años.

La descolonización en África

Se dice que fue uno de los momentos «más polémicos en la vida» política de Mário Soares (el periódico Público elige dos más) por la presunta «precipitación» en la liberación de las colonias, pero en realidad, Soares apenas ayudó a prever lo que era inevitable.

En 1973, la autoproclamación de la independencia en Guinea Bissau sería reconocida por más de 80 países, lo que aumentó la presión de la comunidad internacional sobre Portugal. Mário Soares, exiliado en Francia, tuvo una mayor percepción de los hechos. Después del 25 de abril de 1974, era urgente establecer un acuerdo de alto al fuego con los guerrilleros y Mário Soares, ya en el cargo de ministro de Asuntos Exteriores, estaba decidido a concretar rápidamente ese acuerdo e iniciar el proceso de descolonización de las colonias portuguesas en África, y a otorgar la respectiva independencia, comenzando por Guinea Bissau:

A pressão de toda a comunidade internacional, começando pela ONU, e incluindo muitos dos nossos aliados ocidentais, ia no sentido da rápida descolonização. Soares sabia bem disso como primeiro Ministro dos Negócios Estrangeiros pós-25 de Abril. Grande parte dos países do mundo não queria esperar por eleições e não confiava em referendos organizados em territórios em guerra e com a presença de tropas portuguesas. O Secretário-geral da ONU veio a Portugal discutir independências rápidas via negociações diretas com os movimentos independentistas que eram internacionalmente reconhecidos como os únicos representantes legítimos dos respetivos povos.

La presión de la comunidad internacional, empezando por la ONU y que incluía a muchos de nuestros aliados occidentales, estaba orientada hacia la descolonización rápida. Soares lo sabía bien como primer ministro de Asuntos Exteriores después del 25 de abril. Gran parte de los países del mundo no querían esperar a las elecciones y no confiaban en los referéndums organizados en los territorios en guerra y con la presencia de tropas portuguesas. El Secretario General de la ONU llegó a Portugal para discutir la independencia rápida a través de negociaciones directas con los movimientos independentistas reconocidos internacionalmente como los únicos representantes legítimos de sus respectivos pueblos.

Pero no todos parecían dispuestos a «entablar negociaciones sobre la descolonización», refiere el periódico Observador. Uno era el general António de Spínola, que había asumido el cargo de presidente después de la caída del régimen de Salazar, en ese momento al mando de Marcello Caetano:

O presidente Spínola não estava ainda – e por algum tempo continuou a não estar – psicologicamente preparado para encetar com o PAIGC negociações sobre a descolonização da Guiné. (…) Que a República da Guiné-Bissau tivesse sido já internacionalmente reconhecida por mais de 80 Estados soberanos era um facto que não o impressionava por demais.

El presidente Spínola no estaba todavía –ni estaría por un tiempo– psicológicamente preparado para entablar negociaciones con el PAIGC sobre la descolonización de Guinea. (…) Que la República de Guinea Bisssau fuese ya reconocida internacionalmente por más de 80 Estados soberanos era un hecho que no lo impresionaba demasiado.

El presidente Spínola y Mário Soares estaban en desacuerdo:

Mário Soares sempre defendeu a independência, Spínola sempre defendeu que isso era uma solução neocolonial, já que impunha aos africanos um ponto de vista que eles podiam não querer. O general tinha a experiência da Guiné – onde estava [como delegado da JSN e depois governador, o tenente‐coronel] Carlos Fabião (1930‐2006, ex‐colaborador de Spínola no território) –, julgando que 80 por cento da população votaria a favor de Spínola. Portanto, achava que devia haver autodeterminação – que podia ou não conduzir à independência –, mas não independência. A divergência era essa: cada um dizia uma coisa diferente.

Mário Soares siempre defendió la independencia, Spínola siempre mantuvo que esa era una solución neocolonial, ya que imponía a los africanos un punto de vista que ellos podían no desear. El general tenía la experiencia de Guinea –donde estaba [como delegado de la JSN y luego gobernador, el teniente coronel] Carlos Fabião (1930-2006, excolaborador de Spínola en el territorio)–, y creía que el 80 por ciento de la población votaría a favor de Spínola. Así que pensé que debía haber autodeterminación –que podría o no conducir a la independencia– pero no independencia. El desacuerdo era ese: cada uno decía una cosa diferente.

La situación en Guinea Bissau abrió camino para la autodeterminación en las colonias restantes:

Almeida Santos achou que se iniciara uma reação em cadeia: «Perdemos a guerra na Guiné. E a guerra na Guiné inquinou tudo. Em Moçambique, a guerra estava a caminho de perdida. Era o efeito dominó. Só em Angola aguentávamos a situação.»

Almeida Santos pensó que había iniciado una reacción en cadena: «Perdimos la guerra en Guinea. Y la guerra en Guinea contagió todo. En Mozambique, la guerra estaba medio perdida. Fue el efecto dominó. Solo en Angola aguantábamos la situación».

Si la «prisa» de Soares fue polémica:

A pressa de Mário Soares para conseguir a “independência pura e simples” valem-lhe várias críticas: que não cabia a um governo provisório, mas sim ao que viesse a ser eleito pelo voto, tratar de algo tão importante; que se deveriam realizar referendos nos diversos países para os cidadãos decidirem o seu futuro; que havia outros processos de descolonização para além da independência “pura e simples».

La prisa de Mário Soares para lograr la «independencia pura y simple» le valió varias críticas: que no tenía cabida tratar algo tan importante en un gobierno provisional, sino en uno elegido por el voto; que se deberían celebrar referéndums en los diferentes países para que los ciudadanos decidiesen su futuro; que había otros procesos de descolonización más allá de la independencia «pura y simple».

Fue porque era «posible la descolonización» después de una larga guerra en el extranjero:

Tratava‐se, pois, da «descolonização possível» que Soares terá querido fazer: «Depois de 13 anos de guerras coloniais, quando se gritava em Lisboa “nem mais um só soldado para as colónias”, com os exércitos a confraternizarem no terreno, como ter força para fazer melhor? Foi um milagre a descolonização que se fez.

Se trataba entonces de la «descolonización posible» que Soares habrá querido hacer: «Después de 13 años de guerras coloniales, cuando se gritaba en Lisboa «ni un soldado más para las colonias», con los ejércitos confraternizando en el terreno, ¿cómo tener fuerza para hacerlo mejor? Fue un milagro que se haya conseguido la descolonización».

Le seguirían las liberaciones de Mozambique, Cabo Verde, Angola y Santo Tomé y Príncipe.

Democracia

Exiliado, Soares pidió volver a Portugal cuando cayó el régimen:

Quando cheguei a Portugal, em abril de 1974, tinha a ideia nítida que a nossa necessidade primeira era fazer a paz, acabar com as guerras coloniais. O nosso segundo objetivo era estabelecer os mecanismos democráticos que nos permitissem consolidar um regime pluralista de liberdade. O terceiro era assegurar o desenvolvimento do País – sem colónias -, o que implicava criar aquele mínimo de condições necessárias e possíveis para entrarmos no Mercado Comum. (…) Entrar no Mercado Comum, para mim, significava não só uma opção económica, mas, sobretudo, uma opção política: consolidar uma democracia civilista, sem tutela militar» (Diálogo de Gerações). No fundo, como em 2013 registará Boaventura de Sousa Santos, «em 25 de Abril, Portugal era o país menos desenvolvido da Europa e, ao mesmo tempo, o detentor único do maior e mais duradouro império colonial» (Portugal – Ensaio contra a Autoflagelação).

«Cuando llegué a Portugal, en abril de 1974, tenía una idea clara de que nuestra primera necesidad era hacer la paz, poner fin a las guerras coloniales. Nuestro segundo objetivo era establecer los mecanismos democráticos que nos permitiesen consolidar un régimen plural de libertad. El tercero era garantizar el desarrollo del país –sin colonias– lo que implicaba  crear un mínimo de condiciones necesarias y posibles para entrar en el Mercado Común. (…) Entrar en el Mercado Común, para mí, significaba no sólo una opción económica sino sobre todo una opción política: consolidar una democracia civil, sin tutela militar» (Diálogo de Generaciones). En el fondo, como apuntará Boaventura de Sousa Santos en 2013, «el 25 de abril, Portugal era el país menos desarrollado de Europa y, al mismo tiempo, el único poseedor del mayor y más duradero imperio colonial»  (Portugal – Ensayo contra la autoflagelación).

Ayudó a consolidar la libertad democrática en Portugal:

Ele quis — deu a vida política por isso — que falássemos à vontade e que fôssemos tratados como cidadãos, com respeito pelas nossas opiniões e a força do Estado atrás do nosso direito de exprimi-las e lutar por elas.

Quiso —dio la vida política por eso— que hablásemos a voluntad y que fuésemos tratados como ciudadanos, con respeto a nuestras opiniones y el poder del Estado detrás de nuestro derecho de expresarlas y luchar por ellas.

El 30 de abril, esperó al líder del Partido Comunista Portugués (PCP), Álvaro Cunhal en el aeropuerto. Juntos, en el Día del trabajador, los «enemigos amigos» —expresión de Mário Soares (DN), hablaron juntos ante un mar de gente que esperaba en el estadio 1º de mayo a los dos líderes. «Valió la pena haber luchado, valió la pena haber sufrido, para asistir a esta fiesta», dijo Mário Soares con Álvaro Cunhal a su lado.

Desarrollo

El mismo hombre que «aceleró» la descolonización portuguesa en África (1975), «diseñó» la adhesión del país a la CEE – Comunidad Económica Europea (1985) con el objetivo de sacar al país de la miseria y facilitar su desarrollo.

Democracia, Descolonización y Desarrollo, las tres D, consideradas por el diario Expresso «los ejes centrales de su pensamiento político», hacen de Mário Soares uno de los pilares de la «defensa de las libertades y de la democracia» en Portugal después de la dictadura. Por esa razón, el pueblo salió a la calle tras su muerte, no para protestar sino para decir adiós al «presidente de todos los portugueses» y «dar gracias» por su determinación.

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