«El mundo le debe disculpas a Latinoamérica» por la guerra contra las drogas

Johann Hari. Fotografía tomada de Wikimedia Commons. Del Dominio Público.

La siguiente es una re-edición de la entrevista hecha por Estefanía Sepúlveda Portilla para el medio chileno Pousta y fue publicada originalmente en su página principal bajo licencia Creative Commons 4.0. En esta re-edición, la entrevista será publicada en dos partes.

Johann Hari es un periodista inglés que en un minuto de su vida empezó a reflexionar sobre el tema de la adicción a las drogas. La razón era más personal que periodística. Indagó. Descubrió que la llamada “guerra contra las drogas”, la estrategia global impulsada por Estados Unidos, y luego exportada a la fuerza a México y el resto de América Latina para atacar el problema, armas y cárcel de por medio, cumplía ya 100 años.

Los estudios y la evidencia científica no sostienen la estrategia, pero esto no frena las políticas internacionales. Al mismo tiempo, el problema se vuelve más complejo y se expande a varios países de la región, sin salida en el horizonte. Una incongruencia total por donde se le mire. Con la pasión por el periodismo y la bencina de un tema que lo fisuraba personalmente Johann se embarcó en un viaje de tres años en los que recorrió 15 países buscando respuestas al respecto.

El resultado es su libro Tras el grito, en el que se analizan y cuestionan las imágenes con las que se ha defendido la continuación del conflicto. De acuerdo con Hari en su primera intervención durante la entrevista:  

Una de las razones por las cuales investigué tanto tiempo este tema fue porque mi primer recuerdo de niño es de intentar despertar a un tío que yo pensaba que estaba dormido y no pude. Después descubrí que había problemas de adicción a las drogas en mi familia.

Así prosiguió con los antecedentes de su trabajo: «Cuando empecé, medio arrogante, creí que sabia mucho sobre esto, pero me di cuenta de que no sabía las respuestas más básicas del asunto”, reconoce. “Éstas eran”, y enumera mostrando sus dedos vía Skype: “¿Por qué empezamos una guerra hace cien años contra los drogadictos y consumidores de drogas? ¿Por qué seguimos si fue un desastre? ¿Qué alternativas existen a esa estrategia? ¿Qué es lo que causa que la gente se vuelva adicta a las drogas?”

Johann lanza, antes que nosotros tiremos ninguna, cuatro preguntas al hilo. Antes de que terminamos de traducir mentalmente, sigue hablando:

JH Quería sentarme con gente que hubiese estado realmente metida en esto, que hayan visto sus vidas afectadas por el tema. Estuve en 15 países y finalmente conocí a un montón de gente, una mezcla muy loca, extraña y diferente: desde una persona trans que vendía crack en Brooklyn, hasta un sicario para uno de los carteles más violentos de Juárez de México. Estuve en Portugal, el único país del mundo que ha descriminalizado el consumo de todas las drogas, con resultados sorprendentes. Mi mayor conclusión al respecto es que todo lo que creemos que sabemos sobre adicción está mal: las drogas no son lo que creemos, la guerra contra las drogas tampoco.

ESP: Vamos por el principio. ¿Cómo y por qué empezó esta guerra contra las drogas?

JH Es bien interesante, porque yo pensaba lo mismo que todo el mundo te respondería ahora en la calle: que fue porque no querían que la gente se hiciera adicta, o que los niños consumieran. Pero no, no tenía nada que ver con eso. Fue fascinante encontrarme con la historia de Harry Anslinger, que es el creador de la “Guerra contra las drogas”. Él llegó al cargo de Director del Departamento de Prohibición del Alcohol en Estados Unidos, justo cuando la prohibición llegaba a su fin. Tenía un gran departamento y un gran cargo encima y nada que hacer; entonces, básicamente inventó esta guerra para mantener vivo el departamento. Lo hizo basándose en las tres cosas que más odiaba en el mundo, que eran los afroamericanos, los latinos y los drogadictos. Armó toda una burocracia basada en fuertes prejuicios sociales, para oprimir a esos grupos.

¿Cómo salta a Latinoamérica esta política?

JH Ése es el corazón de la guerra contra las drogas. Cuando prohíben las drogas, éstas no desaparecen, solo pasan de manos de doctores y farmacéuticos, a narcotraficantes armados, y luego Estados Unidos culpa a México sobre esto, lo que es bastante irónico si ves que ahora, cien años después, Trump armó su campaña sobre esta idea. El gobierno de México en ese momento hizo algo bastante inteligente y valiente. Le dijeron a Estados Unidos: “Vimos lo que están haciendo, pero no funciona”. Entonces ponen a Leopoldo Salazar Viniegra a cargo de las políticas de drogas. Él tenia un centro de rehabilitación, conocía el tema. Entonces dice: La cannabis realmente no es dañina, no deberíamos prohibirla. Sobre el problema con las otras drogas, se necesita tratar a los adictos con amor compasión y tratamiento, pero no hay que prohibir las drogas porque si hacemos eso las drogas van a ser controladas por traficantes, gángsters, y carteles. Si hay alguien en el mundo al que la historia le haya dado la razón es a Leopoldo Salazar, ¿no te parece?

Totalmente.

JH La respuesta de Estados Unidos fue: sáquenlo. México dijo que creía en él, y entonces Estados Unidos, fiel a su estilo, se puso amenazante, y en venganza, dejaron de exportar a México los opiáceos para medicamentos legales que se hacían en Estados Unidos. Y gente empezó a morir. Entonces, México tuvo que ceder. Así, esta guerra contra las drogas se expandió a toda Latinoamérica.

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