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Solo los «agentes extranjeros» comparten historias sobre días felices en EE. UU., afirma un tribunal ruso

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Derecho, Derechos humanos, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Política, RuNet Echo
The “American Samara Alumni Club” performs a flashmob greeting to Americans and friends everywhere. YouTube [1]

El «Club de alumnos estadounidenses de Samara» realiza un acto multitudinario relámpago dedicado a los estadounidenses y a los amigos de todo el mundo. YouTube.

Hacer una republicación en las redes sociales sobre la vida en los EE. UU. es suficiente para que una organización sea considerada un «agente extranjero» en Rusia, al menos así lo dispuso el Tribunal del Distrito «Lenin» en Samara. El martes 11 de octubre del 2016, el tribunal confirmó [2] la resolución del mes de agosto [3] del Ministerio de Justicia que dispone la inclusión en la lista del Kremlin de agentes extranjeros al «Club de alumnos estadounidenses de Samara» por haber republicado dos historias sobre el estilo de vida estadounidense en la red social VKontakte. El tribunal sostuvo que las republicaciones constituyen «actividad de índole política», que incumple una ley del año 2012 que obliga a los grupos a registrarse como agentes políticos si reciben financiación internacional o participan en actividades políticas – un término que, a raíz de la legislación y jurisprudencia recientes, ha adoptado una definición cada vez más amplia.

Tan amplia que, de hecho, podría estar empezando a perder el significado que alguna vez se le adjudicó. Según un informe [4] publicado en el sitio de defensa de derechos Open Russia, el tribunal de Samara no fue capaz de establecer con precisión qué sección de las republicaciones del Club de alumnos estadounidenses violaba la ley, afirmando tan solo que incluía «contenido que narraba historias sobre la vida en los Estados Unidos». (El grupo del club en VKontakte [5] es, en la actualidad, un grupo privado). El tribunal condenó al jefe del club, Oleg Kokorev, al pago de una multa de 50.000 rublos ($790 dólares), y a la propia organización le impuso una multa que asciende a los 300,000 rublos ($4,740), de acuerdo con el artículo 19.34 del Código de delitos administrativos, por «Violar el mandato que rige las organizaciones sin fines de lucro, al actuar como agente extranjero».

The American Alumni Club's logo. Source: VKontakte.

Logo del Club de alumnos estadounidenses. Fuente: VKontakte.

En mayo del 2016, el parlamento ruso aprobó una ley que aclara qué constituye «actividad política», ampliando la definición de tal forma que el campo de aplicación de la ley abarca todo tipo de actividad colectiva. Según lo que dispone la nueva ley, la actividad política abarca [6] todo, desde una apelación interpuesta ante un organismo público, hasta la participación en actividades que busquen lograr un resultado electoral. Las limitaciones a la ley son, de igual forma, generalizadas y abarcan emprendimientos caritativos, educativos y culturales, así como trabajo en una variedad de ámbitos; las excepciones hacen que la determinación de qué es lo que constituye actividad política se realice sobre la base de motivos meramente políticos. Todo en la Rusia de Putín tiene un matiz político.

A pesar de que estas leyes solo afectan el ámbito de los delitos administrativos, el gobierno también pretende adoptar medidas similares en el ámbito penal [7]. Como sostiene Gleb Bogush, las leyes rusas antiterrorismo se han vuelto tan generalizadas que  abarcan una amplia variedad de actividades no terroristas: «Desde hace mucho tiempo, el gobierno ha utilizado la expresión «lucha contra el terrorismo y el extremismo» para justificar leyes con fines represivos, sin importar que sean absurdas. Como resultado, el marco legal ruso no solo puede ser usado frente a amenazas genuinas, sino también frente a oponentes políticos». Lo mismo se puede decir de la ley de agentes extranjeros, que somete a las ONG a los caprichos de los fiscales y ministros de justicia.

El Club de alumnos estadounidenses fue fundado en el 2001 con el objetivo de desarrollar lazos culturales, informativos y educativos con organizaciones estadounidenses, y realiza obras de caridad en la región de Samara. Es una de las 146 organizaciones [8] que han sido calificadas como agentes extranjeros por el Ministerio de Justicia desde el 2012. Más de 20 organizaciones han optado por cerrar sus puertas en lugar de aceptar la denominación de agentes externos. Más recientemente, el 4 de octubre del 2016, la Sociedad de la Memoria, una de las organizaciones sin ánimo de lucro más famosas e influyentes de Rusia, que busca preservar la memoria de las víctimas del comunismo y describir exhaustivamente los abusos contra los derechos humanos cometidos en la Unión Soviética, fue etiquetada como agente extranjero. Los defensores de los derechos humanos dicen que la ley del 2012 forma parte de una iniciativa más amplia del Kremlin que tiene como objeto acabar con la disidencia y la sociedad civil en Rusia. Según Human Rights Watch [8], «Es parte de una represión generalizada tendiente a silenciar las voces críticas que ha incluido nuevas restricciones legales a la Internet, a la libertad de expresión, a los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT), y en otras libertades fundamentales».