Los tiranos traen invasores: Lo que sigue luego que Rusia ayudara a asegurar la victoria de Assad

President of Syria Bashar Assad greets Russian president Vladimir Putin at the Kremlin in October 2015. PHOTO: Web site of President of Russia (CC BY 4.0)

El presidente de Siria, Bashar Assad, saluda al presidente ruso, Vladimir Putin, en el Kremlin en octubre del 2015. Foto: sitio web del presidente de Rusia (CC BY 4.0).

“Los tiranos traen a los invasores” – Ibn Khaldun (1332-1406)

Mientras la liberada Alepo caía, con el horror transmitido por los activistas de los medios en tiempo real, miles de personas en el mundo tomaban las calles para protestar por la catástrofe humanitaria en curso. Aunque la solidaridad es vital, algunos pueden quejarse amargamente de que llegó seis años tarde. Se están aplastando los últimos focos de democracia de base y resistencia creativa y el conflicto sirio se está transformando en algo mucho más oscuro y yendo a una fase más aterradora.

Una victoria assadista en Alepo no hubiera sido posible sin el apoyo ruso. El régimen estaba cerca del colapso en setiembre del 2015 cuando Putin intervino a solicitud del régimen. Y ya antes lo había salvado Irán en el 2013. El mismo patrón de Alepo se hizo realidad en comunidades disconformes en otros lugares. Varias milicias, en su mayoría extranjeras y sectarias chiítas, con respaldo de Irán, están aplicando devastadores asedios de hambruna en el terreno, mientras del cielo caen como lluvia las bombas y misiles de aviones de Assad y Rusia. En los tratos de capitulación forzada, las personas se ven exiliadas de sus hogares, tal vez de manera permanente.

Rusia intervino inicialmente con el pretexto de combatir al ISIS. Pero el 80% de las bombas rusas han caído lejos del territorio controlado por el grupo terrorista. En cambio, caen sobre comunidades que se han autoorganizado en consejos democráticos locales, en colegios y hospitales que profesores y doctores tratan desesperadamente de mantener funcionando, en trabajadores voluntarios que arriesgan su vida para sacar a niños aterrorizados y ensangrentados de los escombros.

En los primeros 305 días de su intervención, los ataques aéreos rusos mataron a 2,704 civiles, incluidos 746 niños. Organizaciones de derechos humanos y humanitarias sirias e internacionales dan fe de que sistemática y deliberadamente, Rusia apuntaba a hospitales como estrategia de guerra. La intervención de Rusia tenía la intención de evitar el colapso del régimen y ayudarlo a recuperar territorio perdido, y funcionó.

Hay una relación histórica entre Rusia y el régimen de Assad que data de la Guerra Fría. La Unión Soviética vendió armas a la dictadura siria y estudiantes sirios a menudo iban a Rusia u otros países del bloque oriental a cursar sus estudios. Una base naval soviética fue establecida en Tartús, la única base de Rusia en el Mediterráneo. Siria era un activo ruso, y Putin revitalizó esa relación. Las bombas rusas mantuvieron a Assad en el poder, y Rusia protege a sus estados clientes en el Consejo de Seguridad de la misma manera que Estados Unidos protege a Israel.

A través de su intervención en Siria, Rusia ha expandido y mejorado su base naval en Tartús y la ha convertido en instalación permanente y estableció una base aérea al sur de Latakia en el 2015. Los tratos con el régimen significan que las empresas rusas se benefician de lucrativos contratos de exploración de petróleo y gas. Exhiben su avanzado arsenal y han aumentado sus exportaciones de armas. Más importante aun, a través de Siria, Rusia desafió exitosamente la hegemonía estadounidense en la región. Rusia está liderando las negociaciones internacionales, después de que Obama se retractó de seguir el trato de armas químicas. Y Putin también está desarrollando relaciones con otros autoritarios de la región, como Erdogan de Turquía y Sisi de Egipto, con quienes recientemente realizó entrenamiento militar conjunto. Putin también ha fortalecido relaciones con Israel aumentando la cooperación económica, vendiendo drones militares de Israel y compartiendo inteligencia militar sobre Siria.

A través de su constante bombardeo aéreo, que hizo que miles dejaran sus hogares, y de su respaldo de grupos fascistas populistas en Occidente, Rusia también contribuyó a la desestabilización de Europa, que ya tambaleaba por un fallido neoliberalismo económico y austeridad. A través de sus medios de propaganda como Russia Today, difunde una campaña de desinformación, con más intención de confundir que de convencer.

Algunos han sostenido que la intervención de Rusia no puede ser imperialismo si el ejército de Rusia fue invitado por el régimen sirio. Con el mismo argumento, la intervención de Estados Unidos en Vietnam tampoco hubiera sido imperialismo, pues fue invitado por el gobierno de Vietnam del Sur. Esos comentaristas creen que la soberanía yace en los estados, no en el pueblo, y que la legitimidad puede ser sostenida por quienes llevan a cabo una campaña de exterminación contra quienes protestaron pacíficamente contra su gobierno.

Otros dirán que los rebeldes también tienen el apoyo de imperialismos regionales e internacionales, con respaldo de Estados Unidos, Turquía y los estados del Golfo. Pero los rebeldes nunca han recibido nada parecido al nivel de apoyo financiero y militar que el régimen ha recibido de sus aliados. La intervención más significativa de Obama fue vetar a los estados que suministraban armas aéreas defensivas a los rebeldes. Fue la incapacidad de los rebeldes de responder al abrumador uso de poder aéreo de Assad lo que mantuvo el equilibrio de poder a favor del régimen, pues anuló todas las alternativas posibles a su gobierno.

Con la salida de Alepo, queda claro ahora que a Turquía le preocupa principalmente acabar con la autonomía kurda en el norte de Siria, y la propia campaña autoritaria de Erdogan contra cualquier desacuerdo. Y los conservadores estados del Golfo tienen todos sus propios fines, respaldan a sus respectivas facciones, contribuyen con la desunión y luchas internas de los rebeldes. Motivados principalmente por su lucha regional por el dominio con Irán, han avivado las llamas del sectarismo y el extremismo que el régimen y sus partidarios provocaron tan brutalmente.

No parece que Trump vaya a desviarse significativamente de la posición aislacionista de Obama. Como Obama, seguirá viendo a ISIS como la mayor amenaza a los intereses estadouindenses. Esto no ayuda a los sirios que ven al régimen como el mayor obstáculo para la paz, que con sus aliados ha sido responsable de más del 90% de muertes de civiles y la principal causa de su desplazamiento. Obama y Putin coordinaron por algún tiempo la “Guerra contra el terror”. Trump admira a Putin y es probable que trabaje con él y con Assad directamente, y que preste menos atención a asuntos como derechos humanos, democracia o protección de civiles. No importa que Assad y Putin estén atacando al Ejército Libre y a las milicias islamistas que sí están combatiendo al ISIS, ni que sean la única defensa para los civiles.

Está por verse si habrá tensiones entre Irán y Rusia. Ya en la evacuación de Alepo negociada entre Rusia y Turquía, las milicias sectarias de Irán no cumplieron. Y aunque Trump pueda acercarse a Putin, sus asesores cercanos se oponen al trato nuclear entre Irán y Obama. Pero Rusia también sabe que Assad no puede conservar territorio reconquistado sin tropas con respaldo de Irán en el terreno. ¿Puede haber más de un titiritero manejando las cuerdas?

La caída de Alepo puede ser el final de la revolución de Siria, que quedó huérfana. Una victoria assadista significa el final del experimiento civil democrático de Alepo, que alguna vez fue un faro de esperanza. Significa el posible arresto de cientos más de activistas de la sociedad civil, trabajadores médicos y de rescate que se unirán a los miles que ya languidecen en prisión con poca esperanza de libertad. Los refugiados y desplazados nunca podrán regresar a sus hogares. Los grupos extremistas tendrán más fuerza, ya no estarán sujetos a presión popular. Significará una regreso al reino del miedo.

El pueblo sirio ha pagado un alto precio por su deseo de libertad. Ha sido bombardeado por su propio gobierno, bombardeado por gobiernos extranjeros e invadido por los yihadistas más dementes. El régimen nunca mostró una voluntad genuina de ir a negociar. Assad no está preparado para entregar o compartir su poder. Todos los ceses al fuego hasta ahora han actuado como preludios a un aumento en la matanza y el desplazamiento, llevado a cabo con nada más que “fuertes condenas” de la comunidad internacional. Assad, Rusia e Irán creen en una solución militar a este conflicto.

Depende ahora de las personas, a nivel mundial, construir un moviemiento sostenido contra la guerra que defienda el pueblo sirio contra todos los estados que participaron y perpetuaron este conflicto.

Este artículo se publicó originalmente en OpenDemocracy con licencia Creative Commons.

4 comentarios

  • es muy parcializado, la intervención rusa determino a largo plazo el fin de la venta de petroleo sirio a turquia

  • Gustavo Mucha

    Fue el articulo que he leído mas fuera de foco que he encontrado en la red.
    Creo que el tipo que escribió esto viviese en otro planeta.
    Completamente fuera de la realidad.

    O ha visto mucha tv occidental, o es un tron contratado para este fin.
    Pero un texto tan lapidario a un gobierno que se defendió de tantos asesinos enviados por otros países solo puede ser obra de alguien muy ciego, o alguien muy bien pagado.

    Pero bueno.. en la guerra de la información todo vale…
    Hasta nunca..

  • EL JUSTO

    El autor del articulo debe ser un terrorista del ISIS, o un suministrador de armas a cambio de petroleo que los de Daesh robaban en Turquía. Muchacho, lo sentimos, el Zar Vlad ha dicho: negocio acabado en Siria. Búscate otro cliente o socio. Hemos entendido tu dolor, pero es mejor guardar comentarios para si, ya que nadie te lo va a creer.

  • Michel

    Qué artículo tan sesgado. Seguro el autor es integrante del Estado Islámico o de algún grupillo «rebelde». Rusia está allá a solicitud del gobierno legítimo mientras Estados Unidos interviene sin ninguna autorización y como siempre.
    Estados Unidos sólo invade y saquea países prósperos que se oponen a satisfacer sus nefastos intereses. Por ejemplo Libia tenía la mejor esperanza de vida en África durante el gobierno de Gadafi llegó Estados Unidos y la OTAN y ahora los Libios se mueren de hambre y pelean entre sí.

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