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Bloguero originalmente sentenciado a muerte comparece ante Tribunal Supremo de Mauritania

Categorías: África Subsahariana, Mauritania, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, GV Advox
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Foto de Hani Amir vía Flickr (CC BY 3.0)

El 31 de enero está programado [2] que el Tribunal Supremo de Mauritania tome una decisión en el caso del bloguero Mohamed Cheikh Ould Mkhaitir, que fue sentenciado a muerte en 2014 por un artículo de opinión publicado en el sitio web del periódico Aqlame. [3]

En el artículo titulado «Religión, religiosidad, y artesanos», que ya ha sido eliminado por Aqlame pero todavía está disponible en línea [4], Ould Mkhaitir criticó el uso de la religión para justificar el discriminatorio sistema de castas de Mauritania, con ejemplos de la vida del profeta Mahoma.

Mohamed Cheikh Ould Mkhaitir

Las autoridades mauritanas arrestaron a Ould Mkhaitir el 2 de enero de 2014, dos días después de la publicación de su artículo, y en diciembre dl 2014 el tribunal de Nouadhibou lo sentenció a muerte por «apostasía», de acuerdo con el artículo 306 del Código Penal mauritano [5], por hablar «con ligereza» delPprofeta. En abril de 2016, un Tribunal de Apelación confirmó su sentencia y remitió su caso al Tribunal Supremo, que tiene el poder de reducir su sentencia a muerte a una simple pena de cárcel y una multa, si considera que el acusado se ha «arrepentido».

El artículo 306 dice [6] que «cualquier musulmán culpable del crimen de apostasía, ya sea de palabra o acción de una naturaleza obvia, será invitado a arrepentirse en un plazo de tres días. Si el acusado no se arrepiente en ese tiempo, será sentenciado a muerte, y todas sus propiedades serán confiscadas por el Gobierno». El mismo artículo dice que si el convicto se «arrepiente» antes de su ejecución, el Tribunal Supremo de Mauritania puede conmutar la sentencia a muerte por una de entre tres meses y dos años de cárcel, y una multa de entre 5000 a 60 000 uguiyas mauritanas (alrededor de 14-170 dólares estadounidenses).

Tras su arresto, Ould Mkhaitir ha publicado un comunicado [7] desde la prisión en el que mencionó que no tenía intención de insultar al Profeta, y acusó a sus críticos de «agitar las emociones religiosas» para convertirlo en un objetivo. Ould Mkhaitir se ha arrepentido, pero queda en manos del Tribunal Supremo determinar si su arrepentimiento es o no suficiente.

ACTUALIZACIÓN [1 de febrero de 2017]: El Tribunal Supremo de Mauritania resolvió no conmutar la pena capital impuesta a Ould Mkahitir, pero por irregularidades procesales, dispuso la remisión de la causa al tribunal de apelaciones. El tribunal de apelaciones previamente había confirmado la condena a muerte por “apostasía” dictada en primera instancia. El fallo de primera instancia había declarado a Ould Mkahitir culpable de “hipocresía”, e indicaba que su arrepentimiento del delito de apostasía había sido considerado falso.

‘La última fortaleza de la esclavitud’

La crítica del caso sigue siendo tabú en Mauritania, un país que ha sido descrito como «la última fortaleza de la esclavitud [8]«. Mauritania se convirtió en el último país del mundo en abolir la esclavitud en 1981, y tan solo se criminalizó la práctica en 2007. A pesar de esto, Naciones Unidas estima [8] que el número de personas que vive en la esclavitud en Mauritania es de entre 340.000 y 680.000, un 10-20 % de la población total. El número de enjuiciamientos que persiguen la esclavitud es «muy bajo» según un informe [9] de 2014 del relator especial en formas contemporáneas de esclavitud, mientras que quienes hacen campaña contra la esclavitud se enfrentan a juicios.

En 2014, varios activistas incluido Biram Dah Abeid que se presentó a las elecciones presidenciales de ese mismo año con una plataforma contra la esclavitud y la discriminación, fueron arrestados y enjuiciados [10] por hacer campaña contra la esclavitud. En 2012, Dan Abeid, como Ould Mkhaitir en 2014, fue sentenciado [10] a muerte bajo cargos de «apostasía» por una protesta contra la esclavitud en la que quemó textos religiosos de un erudito islámico del siglo VIII en el que se justificaba la práctica, y dio un discurso [11] para denunciar a quienes usaban la religión para justificar la esclavitud y la discriminación:

There is a group of bad people who are guarding Islam and using it however they want, and that group is dividing society, putting some people on top and some people down—not because of what they are doing or who they are but because of the color of their skin

Hay un grupo de malas personas que custodian el islam y lo usan como quieren, y ese grupo está dividiendo la sociedad, poniendo a algunas personas por encima de otras –no por lo que hacen o por quien son, sino por el color de su piel

Dah Abeid fue absuelto luego. Pero en 2015 se le sentenció a dos años de prisión por su activismo antiesclavista.

En varios países de la región árabe, incluido Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Yemen, la «apostasía» es un delito sujeto a la pena de muerte. Las acusaciones de apostasía y blasfemia se usan con frecuencia como «un pretexto para instalar marcadores políticos, o resolver resentimientos personales», como escribió [12] el periodista Brian Whitaker, autor del libro Arabs Without God [13] (Árabes sin Dios), sobre el caso de Ould Mkahitir en 2014.