Conoce el «Fondo Nacional Judío» y su papel en Israel y Palestina

«Cajas azules» icónicas usadas para recaudar fondos para el FNJ en todo el mundo. Imagen: Alan English, CC license.

El 18 de enero de 2017, la unidad policial Yoav de Israel, formada especialmente en 2012 para las tareas relacionadas al «reasentamiento beduino», se enfrentó con residentes y activistas cuando trató de demoler la aldea beduina de Umm el-Hiran en la región de Néguev.

La evacuación y destrucción antes del amanecer implicó el uso de fuerza física extremas, granadas aturdidoras, gas de pimienta y balas de goma y cobre. Después del violento embate, el maestro de escuela Yaqub Abu Qi'an y el policía Erez Levy fueron asesinados.

El conflicto ni empezó ni acabó con la demolición y el baño de sangre. Esta comunidad beduina ya había experimentado una relocación forzada desde Khirbet Zubaleh en 1948 con el establecimiento del estado de Israel, al que los palestinos se refieren como la «Nakba» (en árabe, «catástrofe), y que vio a más de 700.000 palestinos expulsados de sus casas.

Con esta historia de «catástrofe» en la región, los medios de comunicación encuentran regularmente defectos en las políticas del gobierno israelí, pero los periodistas pocas veces tienen algo que decir sobre el Fondo Nacional Judío Keren Kayemeth LeIsrael.

¿Qué es el FNJ?

Según el «Archivo Nakba», un proyecto conjunto lanzado por Adalah, el Centro Legal para los Derechos de la Minoría Árabe en Israel (una ONG palestina basada en Haifa), y el Centro de Estudios Palestinos de la Universidad de Columbia:

The JNF is a worldwide network of Zionist charities dedicated to acquiring and settling land on behalf of the Jewish people. The JNF’s Israeli branch is a parastatal organization that enjoys special status under Israeli law in the management of land.

El FNJ es una red mundial de caridades sionistas dedicadas a adquirir y ocupar tierras en nombre del pueblo judío. La rama israelí del FNJ es una organización paraestatal que disfruta de una posición especial bajo la ley israelí en la administración de la tierra.

Como una de las entidades clave diseñadas para asegurar la mayoría demográfica judía necesaria para la solidificación de un estado judío, las raíces del FNJ se remontan a la conferencia de la Organización Sionista Mundial en 1901, que proyectó un fondo para adquirir tierra en Palestina para transferir a los judíos. Esta ambición se hizo realidad seis años más tarde a través de la formulación oficial y la incorporación del FNJ a una empresa británica. Después de recibir reconocimiento para asistir a funciones gubernamentales israelíes en 1953, obtuvo grandes franjas de tierra palestina del Knesset (Parlamento) israelí.

El FNJ tiene actualmente acceso directo a aproximadamente el trece por ciento de la tierra anterior a 1967, sobre todo en Néguev y Galilea, pues transfirió tierra urbana al estado para su privatización. Más aun, aunque la Administración de Tierras de Israel (ATI) administra el 93 por ciento de la tierra israelí, el FNJ tiene considerable influencia sobre sus programas y políticas, con representación a través de seis de los catorce miembros (cuarenta y tres por ciento) de su junta de gobierno.

En otras palabras, como reitera el Archivo Nakba:

The JNF ceded management of its own land to the state in exchange for a major share in decision-making power over all state-controlled lands. The petition recently filed by Adalah and its partners challenges the constitutionality of this arrangement.

The JNF’s role on the ILA Council affords it enormous influence over the allocation and use of lands. Israel has one of the highest proportions of state control of land in the world; most of that land is held in long-term leases. A considerable portion of state lands were expropriated from Palestinians — refugees of the 1948 Nakba as well as Palestinians who were displaced from their homes but nevertheless became citizens of Israel.

El FNJ cedió la administración de su propia tierra al estado a cambio de una mayor participación en el poder de toma de decisiones sobre todas las tierras controladas por el estado. La petición recientemente presentada por Adalah y sus socios cuestiona la constitucionalidad de este acuerdo.

El papel del FNJ en el consejo de la ATI le da una influencia tremenda sobre el reparto y uso de las tierras. Israel tiene una de las proporciones más altas de control estatal de la tierra en el mundo; la mayoría de esa tierra está sujeta a arrendamientos a largo plazo. Una considerable porción de tierras estatales fueron expropiadas a palestinos –refugiados de la Nakba de 1948 así como palestinos desplazados de sus hogares pero que aun así se convirtieron en ciudadanos de Israel.

En la película «Junction 48» de 2016 del director estadounidense-israelí Udi Aloni, un abogado de Adalah señala el papel que el FNJ juega al desplazar a familias palestinas de sus tierras:

La película del director Udi Aloni, Junction 48 presenta a un abogado de Adalah explicando el papel que el JNF juega en desplazar a familias palestinas de sus tierras.

Desde luego, sobre las ruinas y el polvo que los buldócers dejarán a su paso en Umm al-Hiran, nuevas capas de ladrillo y cemento financiadas por el FNJ construirán la ciudad de «Hiran» para residentes judíos.

En respuesta, Edo Konrad, subeditor y blogero en 972mag, tuiteó:

Cuando la gente te dice que el término «limpieza étnica» les ofende, háblales de Umm al-Hiran. Diles que está pasando ahora, en 2017.

La aldea vecina de Atir se enfrenta a un destino similar, y sus ruinas se retirarán para dejar espacio a un bosque patrocinado por el FNJ, llamado Yatir.

Una vez que los ciudadanos beduinos palestinos de Israel hayan sido expulsados de sus hogares, son enviados a municipios sin recursos como Hura. Hablando a The Jerusalem Post, Yossi Maimon, director asistente de la «autoridad para el asentamiento y desarrollo de los beduinos», confirmó el 16 de enero que «el estado está presionando para que los aproximadamente 400 residentes de la aldea se trasladen al municipio cercano de Hura».

Atwa Abu al-Kaeean, habitante de 62 años de Umm Al-Hiran declaró a The Jerusalem Post que la policía le llamó cinco veces en diez días para decirle que debía «concluir los asuntos con las autoridades porque demoleremos su casa».

De acuerdo con la Asociación para los Derechos Civiles en Israel, el estado actualmente se niega a reconocer aldeas que son el hogar de más de las 160.000 personas en la población beduina de Néguev. Como resultado, sufren amenazas constantes de demolición, reforzadas por la Unidad para la Aplicación en Espacios Abiertos, o la «Patrulla Verde», que trabaja en conjunto con el ATI y las Fuerzas Israelíes de Defensa. El Foro de Coexistencia de Néguev para la Igualdad Civil enumera más de setenta casos de demoliciones de hogares y destrucción de cultivos que ocurrieron en Néguev, solo durante 2016.

El gobierno israelí, sin embargo, insiste en que estas aldeas son «ilegales» y justifica sus acciones basándose en «restaurar la ley». Sin embargo, como Ron Dudai, editor asociado del The Journal of Human Rights Practice, que previamente trabajó en B'Tselem y Amnistía Internacional, explicó sus objeciones a la posición del gobierno:

Let me emphasize what makes it so appalling is the open, internally legal way in which it is done … an independent and competent supreme court with judges who teach at Yale, which sits calmly and declares those actions to be legal, and eloquent spokespersons who wholly admit to and justify the demolitions, which take place in broad daylight and in front of the media’s cameras. In a sense, it is this constrained character that makes them so distressing.

Déjenme enfatizar que lo que lo hace tan espantoso es la manera abierta, legal internamente, en que se está haciendo… un tribunal supremo independiente y competente con jueces que enseñan en Yale, que se sienta calmadamente y declara esas acciones como legales, y portavoces elocuentes que admiten sin reparo y justifican las demoliciones, que tienen lugar a plena luz del día y delante de las cámaras de los medios. En un sentido, es este carácter restringido lo que las hace tan preocupante.

Varios comentarios han discutido el fondo ideológico de estas prácticas. Algunos han señalado que gran parte de la lógica que rodea las políticas del actual Primer Ministro Benjamin Netanyahu puede rastrearse a la filosofía política del pensador revisionista sionista Ze'ev Jabotinsky, cuyo ensayo «La Muralla de Hierro (nosotros y los árabes)», alaba la «virtud» de llevar a los palestinos a un estado en el que pierden la esperanza, obligándoles a hacer concesiones y aceptar su opresión:

My readers have a general idea of the history of colonization in other countries. I suggest that they… see whether there is one solitary instance of any colonization being carried on with the consent of the native population. There is no such precedent.

Mis lectores tienen una idea general de la historia de la colonización en otros países. Sugiero que… vean si hay un solo ejemplo de cualquier colonización que se llevara a cabo con el consentimiento de la población nativa. No hay tal precedente.

El gran público no conoce bien las prácticas del Fondo Nacional Judío. Pero no se puede entender la colonización israelí de la tierra palestina sin conocer el FNJ.

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