- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Tribunal malasio condena activista por proyectar documental sobre derechos humanos

Categorías: Asia Oriental, Malasia, Derecho, Derechos humanos, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Protesta
[1]

Culpabe. ¿Su delito? Exhibir un documental. Actúa ahora, defiende a Lena». Imagen de @Callum_Macrae, director del documental.

Un tribunal malasio declaró culpable a una activista de derechos humanos de violar la Ley de Censura de Cine del país, que prohíbe la proyección de videos que no tienen la aprobación del gobierno.

Lena Hendry podría enfrentarse hasta tres años de cárcel después de que el 21 de febrero, el Tribunal de Primera Instancia considerase que su grupo organizó una proyección privada del documental titulado “No Fire Zone: The Killing Fields of Sri Lanka” (Zona libre de fuego: Los campos de la muerte en Sri Lanka) sin el permiso de la Junta de Censura.

A la proyección, que tuvo lugar el 3 de julio de 2013, asistieron 150 personas. Durante la función, 30 agentes de policía atacaron el lugar y la interrumpieron. Supuestamente, la embajada de Sri Lanka presionó al gobierno malasio para bloquear la proyección del documental.

Posteriomente, la policía presentó cargos contra Hendry, que entonces estaba a cargo de Pusat KOMAS, grupo de derechos humanos con sede en Malasia. En 2016, un tribunal local absolvió a Lena Hendry, pero la fiscalía apeló la decisión.

«No Fire Zone» [2] aborda el tema de la guerra civil de 2009 de Sri Lanka, que según se informa, cobró la vida de 70.000 civiles tamiles. Los productores dijeron que la película ayudó a que el Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos comprendiese mejor la situación en Sri Lanka.

El documental se reprodujo en varios eventos de Malasia, incluso en el edificio donde funciona el Parlamento del país. Sigue siendo un misterio por qué la policía trató de forma diferente a Hendry por proyectarlo.

Para muchos activistas, el veredicto del tribunal demostró que la ley [3] es una herramienta de censura que mina la libertad de expresión. Urgieron al gobierno a revocar la «obsoleta» y «opresiva» ley. También advirtieron que la decisión podría tener un efecto paralizador en la sociedad, pues puede ser un precedente para la férrea censura de otros videos y documentales que critiquen las políticas del estado.

Tras la emisión del veredicto del tribunal, amigos y defensores de Hendry respondieron rápidamente para obtener el apoyo popular.

Abajo, un extracto de una carta [4] iniciada por los productores del documental. Se dirige a las autoridades malasias:

The reality is that the law is being used for political censorship, and that is what appears to lie behind the conviction of Lena.

History has vindicated the film. Yet while the perpetrators of the crimes it exposed walk free, Lena faces jail for showing it. Her conviction is a denial of free speech which brings shame on Malaysia and should immediately be overturned.

La realidad es que se está usando la ley para la censura política, y es eso lo que parece estar tras la condena de Lena.

La historia ha reivindicado el documental. Y sin embargo, mientras que los perpetradores de los crímenes que mostró caminan libres, Lena se enfrenta a la cárcel por mostrarlo. Su condena es una negación de la libertad de expresión que avergüenza a Malasia y debería ser inmediatamente revocada.

El defensor de derechos humanos Pusat KOMAS cuestionó [5] los motivos de la policía:

We continue to be puzzled that while the police found no basis to detain Lena’s colleagues who were also present in the same event, she was singled out and charged with committing an offense. This contradictory double standard action reflects the inconsistency in the prosecution and the ridiculous nature of Lena’s arrest and subsequent conviction for screening a documentary film.

Seguimos desconcertados de que la policía no encontrase motivos para detener a los compañeros de Lena, que también estaban presentes en la función, que se hiciese una excepción con ella y se la acusase de cometer un delito. Este contradictorio doble rasero refleja la inconsistencia de la acusación y la ridícula naturaleza del arresto de Lena y de la posterior condena por exhibir un documental.

El Centro por un Periodismo Independiente describió [6] el veredicto del tribunal como un ataque a la libertad de expresión:

This demonstrates the targeting of civil society by the Malaysian government for promoting discussions on human rights and expression of political viewpoints. Censorship laws – whether impacting journalism or creative content – are drawn up and implemented arbitrarily, and historically abused to silence critical content.

Esto demuestra que la sociedad civil está en el punto de mira del gobierno malasio por promover la discusión sobre los derechos humanos y las opiniones políticas. Las leyes de censura –ya sea que impacten al periodismo o al contenido creativo– son elaboradas e implementadas arbitrariamente, y han golpeado históricamente para silenciar el contenido crítico.

La Alianza de Prensa del Sudeste Asiático unió a los activistas malasios para exigir la revocación [7] de la ley:

Section 6 of the Film Censorship Act in particular is ridiculously obsolete in the context of today’s communications technology which allows anyone with an internet connection to access an unlimited number of films that did not pass through the censorship body.

La sección 6 de la Ley de Censura del Cine en particular es ridículamente obsoleta en el actual contexto de tecnologías de la comunicación que le permiten a cualquiera con conexión a internet el acceso a muchas películas que no han pasado por el órgano de censura.

Los defensores de Hendry están usando ka etiqueta #DefendLena [8] (Defiende a Lena) para informar al público sobre su caso.

Proyectar, difundir, ver y hacer películas no es un delito.

Espero que más y más gente del mundo del cine haga su parte para defender a Lena y no se quede callada.

Preocupados por la condena de Malasia a Lena Hendry por reproducir una película sobre la guerra de Sri Lanka. Preocupante efecto en la libertad de expresión.