Visita de política francesa Marine Le Pen no impresionó a los libaneses

Protesta contra Le Pen en Beirut, 21 de febrero de 2017. Fuente: Al Manshour.

La breve visita de Marine Le Pen, líder del partido Frente Nacional (FN) de la extrema derecha de Francia y candidata a la presidencia, se convirtió en noticia destacada tras su estandía de dos días en el Líbano, del 20 al 21 de febrero de 2017.

Se reunió con el presidente libanés Michel Aoun, el primer ministro Saad Hariri, el ministro de Asuntos Exteriores, Gebran Bassil, el patriarca maronita Bechara Boutros Al-Rahi, una delegación de parlamentarios, el líder de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea y el líder político del partido Falanges Libanesas.

También estaba planeado que se reuniera con el gran muftí Abdel-Latif Derian, pero este encuentro no tuvo lugar después de que Le Pen se negara a ponerse el velo que le ofrecieron antes del encuentro, lo que derivó en su cancelación.

Le Pen dijo a los cámaras, en francés, que no le pidieron usar el velo en su reunión con el gran muftí de Egipto. El portavoz del gran muftí del Líbano, a quien se vio enfrentado con Le Pen, respondió diciendo «bien bien, no hay problema» en inglés, y posteriormente en árabe «aquí tenemos un sistema diferente y se le había informado con antelación».

Como era de esperarse, el incidente ocupó los titulares internacionales y muchos lo elogiaron ampliamente, particularmente quienes ya apoyan a Le Pen. Florian Philippot, vicepresidente del FN, tuiteó:

Marine Le Pen se niega a usar el velo.
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En el Líbano, Marine Le Pen se niega a ponerse el velo. ¡Un magnífico mensaje de libertad y emancipación para las mujeres de Francia y de todo el mundo!

Jerome Cochet, secretario del FN, tuiteó:

Cuando otros se echan atrás, ¡Marine da un paso hacia adelante!

Otros en Francia tuvieron una opinión diferente. Por ejemplo, el grupo mediático francés Les Répliques, publicó una captura de pantalla de dos tuits de destacados miembros del FN para destacar cómo estos mensajes diferían uno del otro.

El primero pertenece a Philippot, arriba mencionado, y el segundo corresponde a Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de Marine Le Pen. El tuit de Maréchal-Le Pen reza: «Cuando alguien llega a nuestro país debe respetar nuestras leyes, pero también nuestras tradiciones y nuestra cultura».

La entrada de Facebook de Les Répliques tuvo más de 8000 «me gusta» y se compartió más de 1400 veces. La captura adjunta decía: «Ayer en el Líbano, Marine Le Pen, que tenía planeado reunirse con el gran muftí en Beirut, se negó a ponerse el velo para hablar con él y se lo dejó bien claro mientras las cámaras estaban grabando». 22 de febrero de 2017 Fuente: Página de Facebook.

Haciéndose eco de las palabras, muchos libaneses creyeron que la «negativa» de Le Pen de ponerse el velo no era más que una artimaña diseñada para captar los titulares internacionales.

El bloguero libanés Elie Fares escribió en State of Mind, uno de los blogs más leídos:

Marine Le Pen was informed yesterday [February 20] that the Mufti would only meet her if she covered her head with a scarf, but she still showed up anyway with the only purpose to be as controversial as she possible.

It was nothing but a publicity stunt, and it worked. These are the current top news google results about Marine Le Pen:

Marine Le Pen ya sabía desde ayer [20 de febrero] que el muftí solo la recibiría si se cubría la cabeza con un velo, pero ella aun así se rebeló con el único propósito de ser tan polémica como se pueda.

No era más que una artimaña publicitaria y funcionó. Estos son los resultados de las principales noticias sobre Marine Le Pen en Google:

Entonces, procedió a mostrar una captura de pantalla de una búsqueda de Google de «Marine Le Pen» para demostrar que, tal y como esperaba, la noticia se había hecho viral.

Captura de pantalla de los resultados de Google para «Marine Le Pen» poco después del acontecimiento. Fuente: State of Mind.

Y si había algo más predecible que la actuación de Le Pen era la reacción del muftí. En otras palabras, la manera de pensar del muftí es bien conocida y también habría sido conocida por Marine Le Pen y su personal antes de que pusiera un pie en el Líbano. El comentarista libanés Halim Shebaya escribió:

That was political theater at its best. And for Marine Le Pen, it was “mission accomplie” (mission accomplished)!

Eso era teatro político en su máxima expresión. Y para Marine Le Pen, ¡fue «Mission Accomplie» (misión cumplida)!

Y añadió:

A spokesperson for the Grand Mufti responded, drawing a comparison between the way in which she wants immigrants to respect France’s culture and her refusal to practice what she preaches in Lebanon.

Un portavoz del gran muftí respondió haciendo una comparación entre cómo quiere ella que los inmigrantes respeten la cultura francesa y su rechazo a practicar lo que predica en el Líbano.

Pero no fue solo su rechazo lo que se convirtió en noticia. Le Pen es, por decirlo suavemente, una figura conflictiva en el Líbano.

Tan pronto como se anunció su visita, muchos activistas libaneses publicaron una petición firmada por 400 personas en la que pedían que su visita no recibiera el estatus de «visita de estado». Cuando se anunció que la visita de estado se llevaría a cabo a pesar de todo, planearon una protesta.

Fascistas fuera: protesta por la visita de la Trump francesa, Marine Le Pen, al Líbano. Fuente: The Socialist Forum.

El 20 de febrero, el escritor franco-libanés independiente Edwin Nasr trató de ofrecer algo de contexto a la visita de Le Pen.

Nasr primero mencionó que Michel Aoun sería el primer jefe de Estado que aceptaría reunirse con Le Pen. Esta decisión, afirma, «constata que tanto Le Pen como Aoun tienen la voluntad de formar una red internacional de solidaridad en torno al régimen de Assad» y recuerda al lector que Le Pen se ha declarado partidaria del asediado presidente sirio Bashar Al-Assad. Sin embargo, «Marine Le Pen ha sido la única política no árabe entrevistada por la SAMAA TV, la cadena de televisión con sede en Damasco que, durante la revolución siria, incitó continuamente a la violencia contra los civiles y actuó como portavoz del régimen».

Además, existen más de 17 000 votantes franco-libaneses residentes en el Líbano, de los cuales el 70 % votaron por el candidato de la derecha o de la extrema derecha en las elecciones presidenciales francesas del 2012. Nasr cita luego a Jean-Marie Le Pen, fundador del partido y padre de Marine, que recientemente dijo en una entrevista con el periódico Le Monde que su partido «posee un cierto cariño hacia el Líbano. […] Existen innegables paralelismos ideológicos y políticos entre el [Frente Nacional] y los partidos cristianos libaneses».

Nasr entonces enumeró una lista de miembros destacados del Frente Nacional (FN) que poseen vínculos con el Líbano.

El primero, Wallerand de Saint-Just, tesorero nacional del partido, «fue el abogado del líder de la milicia cristiana Samir Geagea». El segundo, Thibault de la Tocnaye, que ejerce en el comité central del FN, sirvió como «oficial de artillería en las Fuerzas Libanesas (LF) en 1982. Participó activamente en la Guerra de la Montaña (1982-1983) y ahora posee una medalla de honor que le entregó el mismísimo Geagea en persona. Más tarde, se unió a la contrarrevolución nicaragüense contra los marxistas sandinistas y prestó su experiencia militar a varios contras de derecha o anticomunistas». Y finalmente, Elie Hatem, «abogado libanés y miembro activo del movimiento violento y católico-nacional monárquico “Action Francaise” que sirvió como primer consejero de Jean-Marie Le Pen y que actualmente es oficial electo que representa al Frente Nacional en el 4º distrito de París». Nasr hizo hincapié en que Hatem estuvo «en los inicios de la visita de Le Pen a Beirut en materia tanto de mediación como de organización».

Nasr también habló sobre el movimiento «Chrétienté-Solidarité» (Solidaridad-Cristiana), famoso entre los miembros del FN, iniciado por el «famoso fascista Bernard Anthony», que dejó el partido en 2003. El movimiento «enviaba paquetes de ayuda militar y combatientes a las Fuerzas Libanesas, y también otras formas de milicia cristiana en los años 80 con el pretexto de humanitarismo».

Su sucesor, «SOS Chrétiens d’Orient» (SOS Cristianos de Oriente) «se instala normalmente en frente de las iglesias parisinas y envía militantes y representantes, de los cuales la mayoría son tanto oficiales locales del FN como adscritos al movimiento “Génération Identitaire” a favor de la supremacía de los blancos, a Siria en un intento de normalizar los lazos entre Francia y el régimen de Assad».

Es importante recordar su conexión con las Fuerzas Libanesas por la simple razón de que el consabido apoyo de Le Pen hacia el régimen de Assad no se llevaba bien con Samir Geagea.

Geagea dijo a Le Pen que Assad no es diferente a ISIS. Tal y como informó posteriormente a la prensa:

I took my time to explain to Le Pen the unclear images that reach the West and that we are all against terrorism which has no religion. Based on the aforesaid, Bashar Assad is one of the biggest terrorists in Syria and the region. One can’t forget the military operations he conducted over tens of years. One can't forget the terror acts he carried out. He can't stay in Syria, so (we say) no to the Islamists and no to Bashar.

Me tomé mi tiempo en explicar a Le Pen las confusas imágenes que llegan a Occidente y que todos estamos en contra del terrorismo, que no posee religión. Basándonos en lo anteriormente mencionado, Bashar Assad es uno de los mayores terroristas en Siria y en la región. Nadie puede olvidar las operaciones militares que llevó a cabo durante más de diez años. Nadie puede olvidar los atentados terroristas que ha llevado a cabo. No puede permanecer en Siria, así que (decimos) no a los islamistas y no a Bashar.

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