América Latina se va a las calles el Día Internacional de las Mujeres

Fotografía de Emergente. Publicada con permiso y bajo licencia CC 2.0.

América Latina espera una ola de acciones de calle y de activismo en línea este miércoles 8 de marzo, como ha sido propuesto por un gran número de grupos cívicos que buscan sumarse al paro internacional del Día Internacional de las Mujeres. Quienes organizan esperan ver una expansión del paro y de las protestas similar a la que tuvo lugar el año pasado bajo el liderazgo de movimientos como #VivasNosQueremos y #NiUnaMenos.

Las protestas del año pasado comenzaron en Argentina como respuesta a una serie de brutales feminicidios que tuvieron lugar semanas antes en distintas partes del país. Estas protestas se expandieron rápidamente a otras partes de la región y en cuestión de días Chile, Uruguay, Peru, Bolivia y México vieron marchas que siguieron los mismos objetivos e hicieron campaña por la visibilización de los mismos problemas.

Este año numerosas organizaciones en la región, tanto en línea como en la calle, se han dedicado a iniciativas de educación pública. También han invitado a la gente a participar de las protestas organizadas y a las mujeres a unirse a la huelga internacional.

Las protestas tendrán como punto central el hecho de que la región presenta cifras alarmantes de violencia y feminicidio que la ubican entre las más peligrosas para las mujeres en el mundo. En Uruguay, por ejemplo, quienes se unen a la protesta denuncian la incapacidad del Estado a asegurar de manera sólida la protección de las mujeres. El grupo que citamos más adelante hace mención del alza en la presencia de grupos religiosos y la invisibilidad de la población afro-descendiente:

A pesar de determinadas políticas públicas que podrían considerarse progresistas, denunciamos […] las barreras existentes para el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo [Exigimos también] Reconocimiento de derechos específicos para la población afrodescendiente: Asumir en la lucha feminista la lucha contra el [racismo]. [Se necesitan] políticas descentralizadas para la población afrodescendiente reconociendo a las mujeres rurales con sus carencias particulares por el medio donde se encuentran, donde opera fuertemente la hegemonía de poder clases, raza y sexo.

En Chile, activistas desde Facebook comparten los modos en los que se puede participar en la huelga:

El grupo internacional sugiere una forma abierta de paro y nuestra labor es decidir cómo lo haremos en las distintas ciudades de Chile:
– Paro total – paro en el trabajo o en las tareas domésticas y en los roles sociales como cuidadoras durante la jornada completa
– Paro de tiempo parcial parando la producción/trabajo por 1 o 2 horas
– En caso de que no puedas parar tu trabajo: usar elementos de negro como ropa negra, cintas negras o cualquier elemento que decidas
– Boicotear las empresas que usan el sexismo en sus propagandas o en su enfoque hacia las trabajadoras

Desde Argentina, el grupo Emergente seguirá de cerca las novedades de las protestas y las compartirá en sus perfiles de Facebook y Twitter. El día anterior, Emergente reportó algunas de las protestas que comenzaron antes del 8 de marzo y que defendían la visibilidad y el respeto de las comunidades LGBTI.

En Paraguay, la organización cívica de medios TEDIC se ha unido también a la huelga. En un comunicado compartido en línea, el grupo sostuvo que la violencia contra las mujeres es también parte de la experiencia en internet y que la igualdad y el empoderamiento de las mujeres en la tecnología es aún una «deuda pendiente»:

En América Latina, hombres y mujeres, aunque tienen acceso de igual a igual a computadoras y a Internet en el hogar, se diferencian en el uso […] En la industria tecnológica, la situación de las mujeres se caracteriza por la desigualdad, la sub-representación, la discriminación y el acoso sexual. […] La Web es un espacio de violencia contra [las mujeres] En Paraguay, el caso más reciente y notorio de violencia machista a través de las redes sociales […] se dio a raíz de una grave denuncia hecha por una periodista. Según ella, en la conversación un número no identificado de hombres hablan de violarla para “corregirle“ la orientación sexual. Estas son muestras de violencia que forman parte de una “cultura de la violación“. Esta cultura, que se vive cotidianamente en Internet, promueve y normaliza conceptos y actos que atentan contra la integridad de mujeres y minorías LGBTQI.

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