Guatemala llora a decenas de niñas que murieron en un hogar de acogida

Familiares lloran afuera del Hogar Seguro el 8 de marzo de 2017. Foto de Carlos Sebastián para Nómada. Usada bajo licencia Creative Commons.

Familiares lloran afuera del Hogar Seguro el 8 de marzo de 2017. Foto de Carlos Sebastián para Nómada. Usada bajo licencia Creative Commons.

En el albergue para menores Hogar Seguro Virgen de la Asunción, ubicado a las afueras de Ciudad de Guatemala, un incendio iniciado por menores que vivían en la casa hogar, se cobró la vida de por lo menos 41 niñas y adolescentes. De acuerdo al medio online Sin Embargo, «Hacía años que varios menores habían denunciado que durante su estancia en el refugio eran víctimas de malos tratos físicos, psicológicos y sexuales.»

Irónicamente, el macabro hecho ocurrió justo el miércoles 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, cuando las voces femeninas se unieron en contra de la violencia machista clamando Ni Una Menos.

En varias ocasiones, según testimonios de las mismas menores, intentaron huir del centro que se había convertido en un infierno para sus vidas. El último intento ocurrió un día antes de la tragedia. Así lo relató la Prensa Comunitaria KM169 en Medium:

Al menos unas cincuenta niñas y niños intentaron huir el 7 de marzo del infierno mal llamado Hogar seguro Virgen de la Asunción. Estaban desesperadas de los golpes, del encierro, de las violaciones sexuales, abortos forzados, administración de fármacos y de las torturas permanentes, de todo tipo. Muchas de ellas estaban embarazadas. Esto no es nuevo pues había denuncias desde el 2016.

Huyeron pero pronto atraparon a la mayoría y el presidente mismo Jimmy Morales ordenó que se enviaran más de 250 policías incluyendo antimotines, que se quedaron ahí toda la noche para tener todo “bajo control“.

El 8 de marzo, «las niñas se amotinaron y prendieron fuego a sus colchones para que las dejaran salir de sus habitaciones. No las dejaron salir y murieron calcinadas”, indicó el sitio local de noticias Nómada. Por su parte, Prensa Comunitaria KM169 ofreció más detalles sobre lo sucedido:

El fuego empezó a arder en la madrugada, los monitores o encargados y los cientos de policías no hicieron nada más que amedrentar y amenazar a los jóvenes albergados en otros módulos que querían ayudar. A los cuerpos de socorro se les negó el acceso como lo denunció un oficial bomberos, y los familiares en las afueras pedían desesperadamente entrar y los antimotines impidieron el paso. Nadie pudo hacer nada

Una de las sobrevivientes relató:

Pedimos auxilio y una de las agentes dijo: que sufran esas desgraciadas, que así como habíamos sido buenas para fugarnos, que fuéramos buenas para aguantar el dolor.

Mientras tanto, las autoridades dieron su versión de los hechos en una conferencia de prensa a la que no acudió el presidente «por estar atendiendo asuntos urgentes de la nación»:

Los adolescentes estaban sancionados por extorsión. Las niñas tenían objetos punzocortantes escondidos en el pelo. Agotamos el diálogo con las niñas. No podíamos aceptar un informe que dice que ese lugar es un gallinero en donde se tortura a los niños. Considero que la causa del amotinamiento, porque no les gusta la comida, no era válida. No hubo negligencia.

Sin embargo el presidente Jimmy Morales admitió posteriormente:

Esto puede volver a suceder en todos los lugares en los que nosotros como Estado no estamos poniendo la atención debida.

El infierno no es una metáfora

Los niños y niñas que viven en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción llegan ahí por instrucción de un juzgado. Así lo comenta el sitio Nómada:

¿Por qué delito están allí esos niños y niñas y adolescentes? Algunos fueron reclutados por las pandillas para el robo, la extorsión o el asesinato. Otros cometieron la insolencia de pertenecer a una familia que los abandonó a la calle, a un padre que les pegaba hasta que un vecino llamó a la policía. A una red que las prostituía siendo niñas. A unos padres que no supieron que hacer cuando vieron que su hijo tenía capacidades especiales. Otros nacieron allí, hijos de adolescentes violadas por sus compañeros o sus maestros o los trabajadores de la Secretaría de Bienestar Social. Todos juntos suman más de 800 bebés, niños y adolescentes viviendo en un lugar con capacidad para 500.

Cristina Burneo Salazar escribió para el sitio La Barra Espaciadora:

[…] la narrativa construida para este caso es una narrativa de reclusos, no de niños en estado de indefensión. “Se escaparon, los recapturaron”. “Si están en un centro de reclusión no se pueden escapar, pero se habla como si se tratara de cárceles. Sara Oviedo, relatora de niñez de ONU, visitó este centro y lo comparó con las cárceles del Holocausto.

Vivas nos queremos

Doce horas después de lo ocurrido, en la Plaza de la Constitución se encendieron 770 velas por cada una de las mujeres que mueren al año en el país. Mientras lo hacían, 3 niñas más morían en el hospital a causa de las quemaduras en el hogar seguro.

El duelo por la tragedia enluta al país. A través de veladas, arte, manifestaciones y comentarios en redes sociales se busca dar salida a la indignación y tristeza por una tragedia que aún busca culpables.

Mujeres prenden velas el 8 de marzo de 2017 en la Ciudad de Guatemala. Foto de Carlos Sebastián para Nómada. Usada bajo licencia Creative Commons.

Mujeres prenden velas el 8 de marzo de 2017 en la Ciudad de Guatemala. Foto de Carlos Sebastián para Nómada. Usada bajo licencia Creative Commons.

Aquí mostramos algunas de las manifestaciones de los ciudadanos.

 

La investigadora Coral Herrera Gómez publicó en Facebook:

La monstruosa indiferencia: Lo de las niñas de Guatemala no se me quita de la cabeza, sigue doliéndome en el corazón. Las violan, las maltratan y cuando protestan las queman vivas. Las asesinó el machismo, el clasismo y el racismo, y cada día que pasa las mata la indiferencia. […]

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