Pese a levantamiento militar, gobierno de Costa de Marfil dice que está listo para retiro de tropas de ONU

Captura de pantalla de la conferencia de prensa desde el cuartel en Bouaké, Costa de Marfil.

Costa de Marfil, que alguna vez fuera una de las mayores economías de África Occidental, vuelve a la senda de la paz y el crecimiento económico luego de un brutal conflicto en 2011. Está programado que la operación de Naciones Unidas en Costa de Marfil, que alguna vez llegó a contar con 10,000 personas, se retire completamente de la antigua colonia francesa a mediados de este.

En preparación, el gobierno de Costa de Marfil adoptó en 2016 una ley de reforma militar sin precedentes y destinó 2,000 billones de francos CFA (3,800 millones de euros) para modernización y renovación de sus fuerzas armadas durante cuatro años. Ahora, algunos soldados dentro del ejército de están rebelando y exigiendo su tajada del pastel.

Los soldados están tomando cartas en el asunto

Este año, exsoldados de la ciudad de Bouaké, en el centro de Costa de Marfil, tomaron armas de las estaciones de policía y cerraron los puntos de entrada a la ciudad, exigiendo bonos y vivienda del gobierno. Pronto, los negociadores del gobierno y las fuerzas armadas lograron un avance. «El ejército acordó regresar a sus cuarteles y cesa el fuego», dijo una fuente local en Bouaké a Global Voices por correo electrónico.

Luego, a finales de febrero, en otras ciudades del país, soldados y excombatientes del ejército marfileño lanzaron nuevas demandas, que incluyeron pago de bonos, aumentos salariales y ascensos rápidos.

Aunque los enfrentamientos terminaron, muchos marfileños se preguntan por qué el gobierno se rindió tan fácilmente a los pedidos de los soldados. Desde Abiyán, la capital económica del país, Rodrigue Koné, experto en ciencias sociales, explica:

Il y a beaucoup de frustrations, les gens ont le sentiment que les fruits de la croissance ne sont pas bien redistribués. Alors beaucoup vivent mal que l’on donne autant à d’anciens rebelles. Ils y voient une prime à la rébellion.

Hay mucha frustración, las personas sienten que los frutos del crecimiento no se están redistribuyendo bien. Muchos viven mal pero se les sigue dando mucho a los antiguos rebeldes. Lo ven como un premio por rebelarse.

Muchos de estos soldados son excombatientes que ayudaron al actual presidente, Alassane Ouattara, a asegurar el poder en 2011.

El conflicto de 2010-2011 estuvo lleno de acusaciones de abusos de derechos humanos, extorsión y crimen organizado por parte de combatientes y soldados. El magistratura marfileña ha avanzado en investigar atrocidades cometidas durante la crisis, pero el gobierno no ha logrado procesar a fuerzas leales a Ouattara.

El ejército ha estado exigiendo más recursos desde 2011

El conflicto de 2011 destruyó las Fuerzas Armadas de Costa de Marfil (FACI) y luego las reemplazó con excombatientes. Esos excombatientes ayudaron al presidente Ouattara a asegurar el poder, pero también fueron acusados de violaciones a los derechos humanos, como tortura, violación y asesinato. Muchos fueron enrolados en el ejército como suboficiales después de 2011; algunos siguieron estando acusados de extorsión y crimen organizado.

El ejército de Costa de Marfil tiene un exceso de suboficiales. Se informa que más de 14 000 de los 22 000 soldados del ejército son suboficiales. Mientras que la proporción en la mayoría de los ejércitos es un suboficial por cuatro hombres, el ejército marfileño tiene demasiados oficiales para pocos soldados.

«Es un ejército de novatos que consume la mayor parte del presupuesto nacional», confesó un militar retirado, y dijo que se han agregado más de 12 000 hombres a las fuerzas armadas del país desde 2011.

Como parte de la nueva reforma militar, el ministro de Defensa, Alain-Pierre Donwahi, quiere reducir la cantidad de oficiales en las fuerzas armadas. Actualmente, los sueldos llegan al 90 % del presupuesto militar.

Pero ahora, los soldados –otrora combatientes que peleaban lealmente por el poder del actual presidente– ya no participan.

Cuando Costa de Marfil emergió luego de una década de guerra civil y una rebelión que concentrada en Bouaké, el ejército marfileño heredó una complicada estructura organizativa que ha sido acusada de abusos sistemáticos.

Según análisis de expertos, el sistemático abuso de la actual estructura dentro de sus filas se puede rastrear a una falta de recursos y capacitación. Estos problemas se podrían resolver con una nueva reforma que brindará más recursos para volver a entrenar a soldados y excombatientes en sus filas.

Arthur Banga, investigador marfileño especialista en asuntos de defensa, dice:

There are efforts that have been made by the Ivorian government in terms of improving the living environment and means of members of the military, but […] you have to understand the sociology of those who are demonstrating today. They are former soldiers with the FAFN [Forces Nouvelles de Côte d'Ivoire] who feel they have contributed more than others to the accession to power of Alassane Ouattara and who now consider themselves poorly rewarded at the level of remuneration. […] The officers who have come out of the new Forces […] have experienced a rise in status. Some of them are lieutenant-colonels, colonels, whereas the soldiers have not experienced this rise.

El gobierno marfileño ha hecho esfuerzos en términos de mejorar el ambiente donde vive y los medios de los miembros del ejército, pero […] deben entender la you sociología de quienes se están manifestando hoy. Son exsoldados del FAFN [Fuerzas Nuevas de Costa de Marfil] que sienten que han colaborado más que otros para la llegada al poder de Alassane Ouattara y quienes ahora se consideran mal recompensados a nivel de remuneración. […] Los oficiales que salieron de las nuevas Fuerzas […] han visto un aumento de su condición. Algunos son tenientes coroneles, coroneles, mientras los soldados no han tenido este aumento.

En 2014, los miembros del ejército que protestaban ganaban mejores salarios y cambios al sistema de promociones del ejército.

Las guerras que modernizaron las fuerzas armadas

Para entender las causas de estos súbitos enfrentamientos entre el gobierno y el ejército, hay que entender los conflictos que han asolado Costa de Marfil.

Luego de un intento de golpe en 2002, los rebeldes tomaron control del norte de Costa de Marfil, mientras fuerzas leales el expresidente Laurent Gbagbo retuvieron el poder en el sur. En enero de 2003, luego de un año de guerra civil, Gbagbo y los líderes rebeles firmaron un acuerdo de paz, pero fue una paz frágil que se rompió de nuevo siete años después, cuando Gbagbo se negó a aceptar su derrota electoral con Ouattara. Posteriormente, las fuerzas armadas de Gbagbo entraron en guerra con combatientes leales a Ouattara.

La Segunda Guerra Civil marfileña en 2010-2011 se cobró 3 000 vidas y fue un conflicto entre fuerzas leales a Gbagbo, presidente del país desde el año 2000, y simpatizantes del internacionalmente reconocido presidente electo, Alassane Ouattara.

La crisis poselectoral pasó de una campaña de violencia de las fuerzas de Gbagbo a un conflicto armado donde las fuerzas armada de ambos lados cometieron crímenes graves. Seis meses después, al menos 3 000 civiles murieron y más de 150 mujeres fueron violadas, según Human Rights Watch.

Las Naciones Unidas y las fuerzas francesas también participaron, y arrestaron a Gbagbo en su residencia en abril de 2011, con lo que terminó el conflicto.

Un nuevo ‘Plan Marshall’ para el ejército

Con las fuerzas de Naciones Unidas preparándose para dejar la excolonia francesa, país productor de café, hay urgencia de que el ejército se reforme. En respuesta, el gobierno de Ouattara redactó la ambiciosa legislación en 2016 y aprobó varias resoluciones diseñadas para mejorar las condiciones de vida de los soldados.

Según Bruno Nabagné Knoé, portavoz del gobierno:

The president has instructed the high command to initiate meetings with all the components of the country's security forces to see that their living conditions are improved.

El presidente ha dado instrucciones al alto comando de iniciar reuniones con todos los componentes de las fuerzas de seguridad del país para ver que se mejoren sus condiciones de vida.

Según el ministerio de Defensa, el gobierno también ha pagado todos los bonos adeudados. Comentado sobre la partida de la operación de Naciones Unidas, el ministro de Defensa Donwahi dice que se ha hecho todo “para garantizar una correcta transferencia de responsabilidades. Estamos completamente listos”, aseguró.

Pero el éxito con que los rebeldes del ejército han podido presionar al gobierno sugiere otra cosa.

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