Detienen a activista jamaicana según ley de ciberdelito en medio de su campaña contra la violación

Danza de «erradicación y pureza» durante la marcha de la Brigada Pandereta contra el abuso sexual y violencia de género en Kingston, Jamaica. Fotografía de Storm Saulter tomada el 11 de marzo de 2017, usada con su permiso.

Los fiscales están probando los límites de la relativamente nueva ley de cibercrimen con un caso contra Latoya Nugent, activista que ha denunciado públicamente perpetraciones de violencia sexual a través de las redes sociales.

Nugent fue arrestada a mediados de marzo y acusada bajo la Ley de Cibercrimen de Jamaica por «uso de computadora para comunicaciones maliciosas». Luego quedó en libertad bajo fianza.

Nugent es cofundadora de la Brigada Pandereta, movimiento nuevo liderado por mujeres y sobrevivientes de violencia sexual que hablan abiertamente sobre sus experiencias, tanto en línea como en público. Movilizada por las revelaciones de abusos sexuales infantiles por Paul Gardner, pastor de la Hermandad de Moravia, la Brigada Pandereta ha conseguido apoyo en línea y en las calles, en una marcha pública en la ciudad capital de Kingston que tuvo lugar en febrero. Esto también encendió un debate en internet en Jamaica.

Una de las tácticas más controvertidas de la Brigada es la etiqueta #SayTheirNames [Di sus nombres], donde se anima a las mujeres a contar sus historias de abuso sexual, a identificar a los perpetradores antes de que puedan defenderse ante un juez. Nugent fue arrestada por identificar a varios hombres como depredadores sexuales en las redes sociales, algunos de los cuales presentaron quejas formales con la policía.

Los partidarios de la campaña argumentan que las leyes de Jamaica en torno a la violencia sexual y el abuso doméstico (incluyendo la Ley de Ofensas Sexuales de 2009) dejan a la víctima con un sentimiento de culpa desproporcionado, tema de preocupación crítica en Jamaica y en otras partes. La mayoría de casos de violación y abuso no se denuncian en el país por una cultura de vergüenza y estigmas.

Pero el caso contra Latoya Nugent también plantea nuevas preguntas acerca de la aplicación de la ley cibercriminal de Jamaica cuando se trata de hablar en línea.

Parecida a otras leyes de delito informático alrededor del mundo, la legislación jamaicana deja espacio para la interpretación cuando se trata de lo ilegal o comunicación «maliciosa». En un entorno fuera de línea, el acto de Nugent de identificar y avergonzar a los perpetradores de violencia sexual sería declarado más bien como difamación. En 2013, Jamaica reformó su régimen de difamación para ser tratada como asunto civil, no penal. En resumen, esto significa que si se acusa a una persona de difamación en Jamaica, la pueden obligar a pagar por los daños, pero no condenarla a prisión.

Si identificó a los perpetradores en un espacio público fuera de línea, las autoridades podrían no tener motivos legales para arrestarla.

Si la Brigada Pandereta hubiera identificado a los perpetradores fuera de línea, las autoridades podrían no tener motivos legales para arrestarlos. Pero el lenguaje impreciso de la Ley de Ciberdelito parece haberles proporcionado justamente eso.

Comentando el caso para Jamaica Gleaner, Tenesha Myrie, fiscal de derechos humanos, escribió:

The use of the Cybercrimes Act, in particular, Section 9, which makes it an offence to use a computer for malicious communication, appears to be an attempt to criminalise defamation through the back door.

El uso de la Ley de Ciberdelito, en particular la sección 9, que califica de delito usar una computadora para comunicación maliciosa, parece ser un intento de penalizar la difamación por la puerta trasera.

El caso es un ejemplo claro de los nuevos retos que enfrentan los activistas pues la expresión, pues cada vez más la libre expresión está vigilada por varias legislaciones de cibercrimen en el mundo.

Siguiendo de cerca el arresto de Nugent, la bloguera jamaicana Annie Paul describió su sensación de que se acercan «días oscuros para la libertad de expresión», percepción que ha tenido resonancia en toda la región.

La marcha de la Brigada Pandereta se ha convertido en parte de lo que se llama una protesta regional histórica contra la violencia de género. Marchas otras se han producido en Barbados (con el movimiento #LifeInLeggins), en la República de Guyana, en las Bahamas y en la República Trinidad y Tobago, donde la activista Tillah Willah hizo un llamado a la solidaridad con Nugent:

[…] We all see this for what it really is – a witch hunt for a group of activists who are challenging a society that does not want to confront its problems with child sexual abuse and other manifestations of gender based violence.

[…] Todos vemos lo que realmente es, una cacería de brujas de un grupo de activistas que está desafiando a una sociedad que no quiere enfrentar sus problemas con el abuso sexual infantil y otras manifestaciones de violencia de género.

En febrero de 2017, después de que algunos usuarios de redes sociales difundieran algunas imágenes de mujeres víctimas de asesinato, el fiscal general de la República de Trinidad y Tobago dijo que tiene la intención de presentarle al gabinete reformas a la Ley de Ciberdeilto para detener esa conducta irresponsable en línea. La legislación también se puede aplicar a los «usuarios imprudentes», que comparten información no verificada y causan pánico o temor entre el público.

En Facebook, la usuaria trinitense Shaz Hudson publicó la página GoFundMe, que ayudó a recaudar fondos para los gastos legales de Nugent, y advirtió a sus compatriotas que por favor estuvieran atentos:

Please be AWARE of bills being considered in our own parliament about how we use social media and how we speak and what it will mean. When it comes to laws, it pays to be a little bit paranoid and consider the worst case scenarios. Look at the loopholes and how the wording of the law can be manipulated.

Por favor, estén ATENTOS a las leyes de su propio Parlamento sobre cómo usaoms redes sociales, cómo hablamos qué significará. Cuando se trata de leyes, vale más ser un poco paranoico y ponerse en el peor de los casos. Presten atención a los tecnicismos y cómo se puede manipular la redacción de la ley.

La siguiente comparecencia de Nugent ante el jurado quedó programada para el 22 de marzo.

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