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¿Es el presidente de Kazajistán un dictador? Tú decides.

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kazajistán, Censura, Derecho, Derechos humanos, Elecciones, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, The Bridge
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Presidente kazajo Nursultan Nazarbayev. Foto: dominio público de la página web del gobierno ruso.

Al igual que muchos líderes que encajan más o menos con la descripción, el presidente kazajo Nursultan Nazarbayev, de 76 años, no se siente cómodo con las insinuaciones de que es un dictador. En una reciente y reveladora discusión con periodistas escogidos «a dedo» [2] en el país rico en petróleo, volvió a uno de sus temas favoritos: explicó por qué, en su opinión, las sociedades asiáticas no están preparadas para todas las pruebas y problemas de la democracia.

Nazarbayev organizó la reunión el 16 de marzo en su residencia en la capital, Astaná, ciudad de un millón de habitantes que transformó de provincia atrasada, y que cada vez más parece destinada a tomar su nombre. Según él, una fuerte república presidencial como la que ha gobernado desde antes del colapso de la Unión Soviética ofrece numerosos beneficios.

“Lo más importante es el bienestar económico del pueblo. ¿Cómo puedes hacer política con el estómago vacío? Todavía no hay cultura política en Kazajistán para el desarrollo de una democracia total», declaró durante la discusión.

Como ya ha hecho, Nazarbayev hizo referencia a su amigo Lee Kuan Yew, fallecido líder de Singapur, que fue primer ministro del país durante tres décadas. «Todos lo criticaban, lo llamaban dictador, y miren ahora a Singapur y a la prosperidad económica que ha conseguido», dijo Nazarbayev.

«Adoptar una nueva Constitución en 1995 que me dio más poder como presidente. Ese fue un paso necesario para poder asegurar un desarrollo económico más rápido del país, al adoptar reformas más rápidas sin consultar al pueblo y al Parlamento, que estaba retrasando el desarrollo económico. Pero eso no me convierte en un dictador», añadió Nazarbayev.

«Pero eso no me convierte en un dictador. Mira a Europa, una sociedad tradicionalmente abierta y democrática, y cómo está ahora lidiando con la crisis de los refugiados. ¿Por qué no dejan entrar a los refugiados? Porque los líderes se dan cuenta de que tienes que considerar los intereses nacionales y los intereses de tu propio pueblo».

En un punto de la conversación, retransmitida por la televisora del estado, Nazarbayev hizo un gesto hacia la ventana que tenía detrás, hacia la vista de la glamurosa Astaná, donde se han invertido miles de millones de ganancia sde ingresos petroleros en edificios diseñados por arquitectos internacionales.

“Miren por la ventana y vean cómo era Kazajistán a principios de los años 90 comparado con cómo es ahora», le dijo a los periodistas.

Pero hay un problema con la descripción de Kazajistán de Nazarbaye: es una fachada.

Desde luego, para los periodistas de visita y los delegados en las charlas de paz en Siria que tuvieron lugar allí este enero, Astaná puede parecer impresionante. Pero eso no representa a Kazajistán, donde la norma siguen siendo carreteras mal asfaltadas, falta de escuelas y corrupción endémica. Tampoco sus cumbres y exposiciones ofrecen mucho para la gente común que sufre entre la crisis económica ligada al precio del petróleo, con alta inflación y una alta tasa de desempleo aun más alta.

Mientras Nazarbayev le quita importancia a sus credenciales de dictador, los activistas de oposición se ven forzados a salir del país ante la persecución a la que son sometidos, juicios ilegales y encarcelamientos. En un caso reciente [3], la bloguera Zhanara Akhmet escapó a Ucrania, y declaró que su libertad de oponerse libremente al actual régimen político estaba en peligro.

Durante su discusión con los periodistas, Nazarbayev también recalcó los recientes cambios constitucionales [4] que han visto cómo se delegaban poderes de la presidencia al Parlamento y el gobierno. Pero, ¿a quién exactamente han pasado esos poderes?

Un reciente discurso (ver el video de abajo) en la cámara baja de un parlamentaria del partido dominante de Nazarbayev, Nur Otan, pidió que a la capital, su aeropuerto y otros importantes símbolos de estado se les pusiese el nombre del viejo líder, lo que provocó que algunos usuarios rebeldes de las redes sociales hiciesen comparaciones, no con Singapur, sino con Corea del Norte.

Las elecciones, mientras tanto, son una farsa. El 95,22% de participación de una votación que Nazarbayev ganó con un margen de 97,7% en un momento de profunda crisis económica fue vista ampliamente como una prueba más de que el sistema político de Kazajistán ha perdido hasta el más mínimo contacto con la realidad.

Desafortunadamente, las fuentes más vigorosas de resistencia al gobierno de un solo hombre en Kazajistán han sido aplastadas. Los medios de oposición han sido reprimidos [5] en Kazajistán, con casos judiciales inventados y grandes penas. Se ha cerrado algunos de los medios más fuertes del país contrarios al gobierno, incluyendo el periódico Respublika. Los medios independientes de internet son bloqueados regularmente.

Las protestas, incluso de personas, son mayoritariamente ilegales en Kazajistán, pues la ley kazaja exige la obtención de permisos de las autoridades locales con 10 días de anterioridad, petición que es denegada la mayor parte del tiempo. En mayo de 2016, se rechazaron las peticiones presentadas para poder realizar protestas contra las controvertidas reformas del código de tierras [6] propuestas por el gobierno, y cientos de manifestantes fueron detenidos en todo el país. Los activistas de los derechos Max Bokayev y Talgat Ayan, que participaron en la organización de protestas, están actualmente cumpliendo una condena de cinco años de prisión por «incitar a la división social».

Mientras tanto, el presidente Nursultan Nazarbayev es inmune a ser procesado judicialmente de forma vitalicia, y su condición de Líder de la Nación, título creado en el 2010, también le permite tener influencia en la política del gobierno después de jubilarse. Entre los gobernantes elegidos democráticamente, tales estipulaciones pueden parecer algo irregulares.