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Un siglo después, Namibia exige justicia a Alemania por su primer holocausto

Categorías: África Subsahariana, Alemania, Namibia, Derechos humanos, Guerra y conflicto, Historia, Medios ciudadanos, Política, Pueblos indígenas
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Vistas de 1900 de África del Sudoeste Alemana de Hendrik Witbooi. Foto: Keijo Knutas / Flickr / CC 2.0.

Entre el 25 de noviembre de 2016 y el 12 de marzo de 2017 [2], el Museo del Holocausto [3] en París, Francia, organizó una exhibición dedicada al genocidio de dos pueblos namibios: los hereros y los namas —lo que ahora es ampliamente considerado como el primer genocidio del siglo XX.

Luego de la Conferencia de Berlín de 1884, cuando las potencias europeas se dividieron África entre ellas, Alemania gobernaba África del Sudoeste Alemana (actual Namibia), hasta 1915.

Entre 1904 y 1908, los colonialistas alemanes cometieron un holocausto contra los hereros y los namas, y exterminaron a 65,000 hereros y 10,000 namas [4]. En un detalle particularmente espantoso, los cráneos de algunas víctimas fueron enviados a Alemania para investigación científica de supuesta desigualdad racial [4].

Al final, bajo el liderazgo del jefe Samuel Maharero, miembros de las dos tribus organizaron una exitosa revuelta contra los alemanes, recuperaron sus tierras y pusieron fin a la amplia violación y otras formas de degradación por parte de los ocupantes alemanas. Lucharon en una guerra de guerrillas que llevó a la situación que Véronique Chemla [5] describe en su blog como “un gran conflicto”. Véronique Chemla, periodista de internacionales de American Thinker, Ami y FrontPage Mag, explica [6]:

Le 12 janvier 1904, « alors que les troupes allemandes sont occupées à tenter de mater la “rébellion” des Nama Bondelswartz dans le Sud, des Herero d’Okahandja, exaspérés par les injustices commises par Zürn et la perte continue de territoire, s’en prennent aux fermes allemandes, aux commerces et à l’infrastructure coloniale. Ces attaques entraînent une brutale répression de la part des soldats et des colons qui se livrent à des actes de lynchage et de représailles aveugles ».
En Allemagne, à la suite des “descriptions exagérées de ces agressions, une véritable fièvre guerrière se développe”.
“Alors que la violence se propage, le soulèvement local se transforme en conflit majeur, forçant Maharero à se ranger du côté des « rebelles ». Au grand dam des politiciens de Berlin, ses hommes réussissent dans un premier temps à résister aux troupes de Leutwein en utilisant des techniques de guérilla. Leutwein est relevé de son commandement et remplacé par l’impitoyable général Lothar von Trotha qui débarque dans la colonie en juin 1904 avec des milliers d’hommes.

El 12 de enero de 1904, “mientras las tropas alemanas estaban ocupadas tratando de sofocar la ‘rebelión’ de los nama Bondelswartz en el sur, los helero Okahandja, exasperados por las injusticias cometidas por (el comandante del emplazamiento, teniente Ralph) Zürn y la continua pérdida de su territorio, atacaron granjas y empresas alemanas y la infraestructura colonial. Estos ataques llevaron a una brutal represión por parte de los soldados y colonos, realizaron linchamientos y represalias indiscriminadas”.

En Alemania, luego de “exageradas descripciones de estos ataques, se desarrolló un verdadera deseo de guerra”.

Mientras la violencia se seguía expandiendo, el levantamiento local se transformó en un gran conflicto, lo que obligó a Maharero a ponerse del lado de los “rebeldes”. Para gran molestia de los políticos de Berlín, los hombres de Maharero triunfaron primero en su resistencia a las tropas de (administrador colonial, Theodor) Leutwein con técnicas de guerilla. Leutwein fue relevado de su comando y reemplazado por el despiadado general Lothar von Trotha que llegó a la colonia en junio de 1904 con miles de hombres.

El general Lothar Von Trotha dirigió a 15,000 hombres en una implacable campaña de represión. El 2 de octubre de 1904, ordenó a sus oficiales que realizaran el exterminio sistemático de miembros de las dos tribus, como se describe [7] en una publicacion de Le Blog de Daniel Giacobi [8], profesor francés de Historia:

Les Hereros ne sont plus des sujets allemands. S'ils n'acceptent pas, ils seront contraints par les armes. (Ils) doivent quitter le pays sinon, je les délogerai avec le « groot Rohr » (grand canon)… Tout Héréro aperçu à l'intérieur des frontières allemandes [namibiennes] avec ou sans arme, sera exécuté. Femmes et enfants seront reconduits hors d'ici – ou seront fusillés. Aucun prisonnier mâle ne sera pris. Ils seront fusillés. Décision prise pour le peuple Héréro. Dans les frontières allemandes, chaque Herero armé ou non, en possession de bétail ou pas, sera abattu. Je ne recevrai plus de femmes ou d’enfants. Je les renverrai aux leurs, ou je leur ferai tirer dessus».  «  Ma politique a toujours été d'exercer celle-ci par le terrorisme brutal, voire par la cruauté. J'anéantis les tribus insurgées dans des flots de sang et d'argent. C'est la seule semence pour faire pousser quelque chose de nouveau qui soit stable.»

Los hereros no serán más súbditos alemanes. Si no aceptan esto, se les obligará con armas. Deben salir del país, o los retiraré con el “groot Rohr” [cañón grande].
Todo herero que se encuentre dentro de las fronteras alemanas [namibias], ya sea que esté armado o no, será ejecutado. Se sacará del país a mujeres y niños —o se les disparará. No se tomará prisioneros hombres. Se les disparará. Esta decisión se ha tomado con respecto a los hereros. Dentro de las fronteras alemanas, se matará a todo herero, armado o no, con ganado o no. No recibiré a más mujeres ni niños. Los enviaré de vuelta solos, o haré que les disparen. […]

Mi política ha sido siempre controlar esto con terror brutal y hasta crueldad. Usaré toneladas de dinero para aniquilar a los miembros de la tribu insurgentes en torrentes de sangre. Esta es la única semilla de la que crecerá algo nuevo y estable.

En agosto de 1904, en la Batalla de Waterberg, los hereros y los namas se vieron rodeados, “y la única ruta de escape era a través del desierto de Kalahari, donde los puntos de agua estaban envenenados”.

Lo que ocurrió después [9] fue todavía más trágico:

Pour compléter le tableau il installa des postes de garde en leur donnant l'ordre formel d'abattre tout Herero quel que soit son âge ou son sexe… Ce fut un massacre systématique que certains estiment entre 25 000 et 40 000 morts (d'autres parlent de 60 000 victimes)

Como toque final, instaló guardias y les dio la orden formal de matar a todo herero de cualquier edad o sexo. El resultado fue una masacre sistemática que algunos estiman entre 25,000 y 40,000 muertos (otros hablan de 60,000 víctimas).

Vincent Hiribarren, catedrático de King's College de Londres [10] en Historia Africana y Universal, tiene el sitio web libeafrica4.blogs.liberation.fr, que publicó una entrevista de Jean-Pierre Bat con Leonor Faber-Jonker [11], historiadora de la Universidad de Utrecht, que describió [12] los métodos de exterminio usados por los alemanes:

C’est en réalité la politique que suivait déjà, sans le dire, von Trotha depuis l’attaque de Watterberg. Au cours de la bataille, les Herero qui sont parvenus à s’échapper de l’encerclement allemand ont fui en direction de l’Omaheke. Von Trotha ordonna leur poursuite, ratissant systématiquement le terrain et neutralisant les points d’eau. Poussés vers le désert, ces Herero finissent par mourir de déshydratation et de faim. Cette traque n’a pas été sans conséquence, non plus, sur les Allemands…

Des copies de l’ordre écrit étaient brandis à la capture d’Herero, qui étaient forcés d’assister à l’exécution de certains de leurs camarades prisonniers avant d’être renvoyés dans le désert, afin de témoigner de ce qu’ils ont vu et de décourager les Herero de revenir.

Esta era la política que von Trotha había seguido, aunque sobreentendida, desde el ataque de Waterberg. Durante la batalla, cualquier herero que logró escapar del círculo de alemanes que los rodeaba, huyó hacia Omaheke. Von Trotha ordenó que los persiguieran, que peinaran el terreno metódicamente y retiraran los puntos de agua. Los hereros, obligados a ir al desierto, a la larga murieron de deshidratación y hambre. Esta persecución también tuvo repercusiones para los alemanes.

Se mostraron copias de la orden escrita cuando los hereros fueron capturados, y se les obligó a ver la ejecución de varios de sus camaradas prisioneros, antes ser enviados al desierto para que dieran fe de lo que habían visto y desanimaran a otros hereros de regresar.

Los colonos se comportaron muy mal, robaron tierras y violaron a mujeres hereros y namas. El sitio web del Museo del Holocausto destacó [13] que la mayoría de colonos que tomaron tierra y ganado de los hereros trataron a los africanos sin el más mínimo respeto.

La violación era algo común, exacerbado por la escasez de mujeres alemanas. El temor del pueblo alemán (Volk) de degeneración racial llevó al final a la prohibición de matrimonios mixtos en septiembre de 1905. Las ideas de diferencias racial se basaban en la antropología alemana de fines del siglo XIX, que señalaba una distinción entre razas consideradas “civilizadas” y las consideradas “primitivas”. Se esperaba tener una comprensión de las especies humanas a través de la observación objetiva de los “primitivos”, como las personas que se exhibían en zoológicos humanos (muy populares en Europa en esa época).

En 2011, se descubrieron once cráneos del genocidio en Namibia. Hasta entonces, esta atrocidad había permanecido oculta, como lo resalta [14] el sitio web del Museo del Holocausto:

Le Blue Book, un rapport officiel du gouvernement britannique faisant état des atrocités commises dans le Sud-Ouest africain allemand, réalisé peu de temps après la reconquête de la colonie pendant la Première Guerre mondiale, est censuré en 1926 dans l’intérêt de l’unité blanche. Par la suite, la vision allemande faisant du génocide une guerre coloniale héroïque domine le paysage mémoriel au sens propre : l’ancienne colonie est envahie de monuments et de noms de rues commémorant l’effort de guerre allemand.

Après 1945, le passé colonial est tout sauf oublié en Allemagne. Dans le Sud-Ouest africain, la suppression du régime d’apartheid étouffa tout débat public sur le génocide. Ce fut aux descendants des victimes qu’il incomba de garder vivante la mémoire du génocide aussi bien dans des commémorations que par la transmission orale.

El Blue Book (Libro Azul), informe oficial del gobierno británico que enumeraba las atrocidades cometidas en África del Sudoeste Alemana, y poco después recopiló la reconquista de la colonia durante la Primera Guerra Mundial, fue censurado en 1926 pensando en el interés de la nueva unidad. Después, la perspectiva alemana del genocidio como una heroica guerra colonial literalmente dominó el ámbito conmemorativo de la antigua colonia se vio inundada de monumentos y calles con nombres que conmemoraban el esfuerzo bélico alemán. Después de 1945, el pasado colonial quedó en el olvido en Alemania. En África del Sudoeste, la represión del régimen del apartheid sofocó todo debate público sobre el genocidio. Descendientes de las víctimas tuvieron la tarea de mantener viva la memoria del genocidio, con actos conmemorativos y con tradición oral.

Por fin, en julio de 2015, el gobierno alemán acordó [15] nombrar los “acontecimientos que ocurrieron [16]” como un genocidio oficial, luego del reconocimiento del genocidio armenio. Pero el gobierno no logró emitir una disculpa formal ni indicó voluntad de dar una compensación. Esto llevó a una reunión en octubre de 2016 [17] en el Centro Francés de Berlín, que unió a partidarios de varios países que afirmaron el derecho de las comunidades de los hereros y los namas a participar directamente en la negociación de una resolución que incluya un reconocimiento del genocidio, una disculpa formal apropiada y sincera a las comunidades afectadas y el pago de una compensación justa para las dos comunidades, que siguen sufriendo los efectos del genocidio.

Desde que Namibia adquirió su independencia en 1990, los descendientes de las víctimas —junto con grupos de derechos  humanos (sobre todo, simpatizantes judíos) de Alemania, Estados Unidos, Botsuana y Sudáfrica— han luchado para tener el reconocimiento del genocidio, y están cerca de una importante victoria judicial. En julio de 2017, la jueza federal de Nueva York Laura Taylor Swain escuchará una queja [18] contra Berlín por parte de descendientes de las víctimas.