En Turquía, ya no cabe el quizás

Palacio presidencial Ak Saray en Ankara. Creative Commons. De Ex13.

«Este país está dividido por la mitad como una sandía», repetía una y otra vez el comentarista político Hasan Celik en una transmisión en vivo en Kanal D*, mientras llegaban los resultados del controvertido referéndum constitucional del domingo 16 de abril.

Inicialmente, se mostró una convincente victoria del ‘Sí’ en una votación que concedía amplios poderes al antes ceremonial cargo actualmente ocupado por el presidente Recep Tayyip Erdogan. Al final de una larga noche, ese margen se había reducido significativamente, y abundaban las quejas de violaciones en el voto.

Según un conteo preliminar, el ‘Sí’ ganó con apenas 51.3% de los votos.

Los cambios aprobados el domingo permitirán al nuevo presidente el derecho de disolver el Parlamento y designar ministros y otros funcionarios de alto rango sin proceso de veto. Esto le permitirá designar a todos los jueces, convocar a referéndums, declarar situaciones de emergencia y emitir decretos con fuerza de ley. Esas reformas marcan el final de la república parlamentaria en Turquía.

La campaña de Erdogan se lanzó en medio de una situación de emergenciaque siguió al fallido intento de golpe de julio de 2016 donde políticos de oposición y medios comunicación desfavorables se vieron bajo investigación penal.

Ganó en el día y ganó en el país, pero perdió con ‘No’ en ciudades claves, incluidas Ankara, Estambul y Esmirna, lo que destaca una gran oposición al AKP (Partido Justicia y Desarrollo).

Estrechos márgenes con grandes consecuencias: la nueva Turquía

Las mayorías y lo que se ha hecho para llegar ahí han sido el tema para Erdogan y AKP en los dos últimos años. En junio de 2015, el partido que ha dominado la política luego del milenio en Turquía repentinamente perdió el control del Parlamento mientras el Partido Democrático Popular (HDP), izquierdista y prokurdo, entró en el legislativo por primera vez en una elección dramático.

Sin embargo, los cuatro partidos del Parlamento no lograron acordar una coalición gobiernante. Esto allanó el camino para una nueva votación en noviembre, para la que AKP manejó una campaña enraizada en el miedo en medio de ataques a la libertad de prensa y las operaciones militares del gobierno en el sudeste del pais, de población kurda. El partido recuperó su mayoría.

Luego del referéndum del 16 de abril, hasta los miembros del partido AKP expresaron sorpresa por lo apretado de los resultados.

‘Los resultados no son los que esperábamos’, dice el vice primer ministro, Veysi Kaynak.

Erdogan ganó el referéndum, pero perdió en tres grandes ciudades, incluida Estambul, por primera vez desde 2012.

Aun así, en su discursos de victoria, ni el actual primer ministro Binali Yildirim –cuyo puesto será retirado como resultados de las reformas constitucionales– ni el presidente Recept Tayyip Erdogan, dieron mucho crédito al 48 por ciento de electores que votaron contra las enmiendas.

Las violaciones ponen de manifiesto a la oposición

No hubo ninguna mención de las violaciones denunciadas que minaron la votación.

Este video circuló ampliamente en plataformas de medios sociales y hasta apareció en un canal de televisión turco que seguía los resultados electorales en vivo.

El Partido Republicano Popular se opuso el referéndum con este video y ahora lo están retirando de todas las plataformas de medios sociales. Por favor, difundamos tan pronto como sea posible para evitar que lo retiren.

También hubo controversia de la Junta Superior Electoral de Turquía, que cambió una importante regulación y permitió que los funcionarios electorales contabilizaran cédulas sin sello, a pesar de que la decisión violaba el código electoral.

Jefe de la Junta Electoral de Turquía dice que han validado cédulas no selladas, que normalmente se descartan, para reflejar la voluntad del elector.

Como resultado de estas y otras violaciones, los partidos de oposición impugnaron el resultado de la votación, algo que virtualmente no tiene precedentes en la historia moderna de Turquía.

No creo que la oposición haya admitido [los resultados] todavía, y no creo que deban admitirlos a menos que lleguen al fondo de las irregularidades históricas.
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Ni el Partido Popular Democrático ni el Partido Democrático Popular, el segundo y tercer partido de Turquía han admitido los resultados.
Esto ocurre por primera vez en 70 aos por una buena razón.

Alrededor de las 11 pm, hora local, las plataformas de periodismo ciudadano empezaron a difundir videos de lo que parecían actos de protesta de organizados en los barrios de Kadikoy, Moda, Besiktas y Cihangir de Estambul.

También hubo un sonido conocido en muchos más barrios, golpes de ollas y sartenes, que se volvieron un popular acto de protesta durante las protestas de Gezi en 2103 que sentaron las bases para una nuevo oposición concertada al gobierno de Erdogan.

Ciudadanos que consdieran que los resultados del referéndum son cuestionables han empezado a reunirse en Besiktas también.

El presidente Erdogan se mostró impasible, y señaló que entre sus primera decisiones como presidente fortalecido sería la introducción de la pena capital en un discurso en el balcón que pareció alejar aun más a Ankara del objetivo de acceder a la Unión Europea.

En su discurso de victoria, Erdogan tuvo una promesa para Turquía: reimplantar la pena de muerte.
¿Dónde empezar?
¿A tantos quiere matar?

El resultado de la votación ha causado consternación y celebración casi en igual medida. Pero hubo un extenso consenso sobre algo: cuánto ha cambiado Turquía en unos pocos años.

Mientras asimilamos los resultados del referéndum, no olvidemos: 153 periodistas pasarán una noche más tras las rejas en Turquía.

* Una ersión anterior de este artículo llamó CNN Turco al canal donde Hasan Celik hizo los comentarios. Aunque Celik es presentador en CNN Turco, hizo los comentarios en Kanal D, donde apareció como analista invitado.

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