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Inestabilidad política en Burundi empeora la crisis alimentaria del país

Categorías: África Subsahariana, Burundi, Alimento, Medios ciudadanos, Política

Mercado de Bubanza, Burundi. 17 de agosto de 2014. Foto de Sara, vía Wikimedia. Licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International.

En meses recientes, el este de África [1] se ha visto afectado [2] por una grave crisis alimentaria [3]. El clima extremo y errático, relacionado [4] con los fenómenos [5] climáticos [6] de La Niña [7] y El Niño [8], han llevado a la escasez de ganado [9] y a elevados precios [10] de la comida en varios países [11], como Kenia y Tanzania [12]. Las agencias de ayuda [13] han lanzado alertas y pedido [14] acción inmediaa para evitar que se repita la desastrosa hambruna [15] de Somalia de 2011.

En algunos casos, la inestabilidad política está complicando el problema.

En Burundi, patrones climáticos [4] impredecibles, caracterizados por fuertes lluvias [16] y largas sequías [17], han afectado los cultivos [4]. La escasez de comida resultante ha afectado la asistencia escolar [18] y hasta ha llevado a muertes por inanición [19]. En enero, agencias humanitarias y Gobiernos investigaron [20] y pidieron [21] asistencia internacional, aunque los ministros se niegan a describir la situación como resultado de ‘hambruna’ y prefieren usar el término ‘déficit [22]‘ de producción agrícola.

Según Olucome [ONG [28] anticorrupción burundesa], el Gobierno debería pedir la solidaridad internacional para aliviar la hambruna.

Cerca de la cuarta parte de la población de Burundi — unos tres millones de personas– necesitan [29] asistencia alimentaria. La escasez de comida ha contribuido al desplazamiento [30], pues más de 400 000 son refugiados [31] registrados por Naciones Unidas y se estima que hay 150 000 [30] desplazados internamente.

Los funcionarios sostienen [32] que la crisis por la comida es la única razón para el desplazamiento. Pero en marzo, Radio Okapi de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo informó [33] de nuevos refugiados que salían del país por la inseguridad política. Algunos han regresado, pero los burundeses exiliados en Uganda están escépticos de los llamados del Gobierno para volver a casa, y dicen [34] que siguen oponiéndose al tercer mandato del presidente Pierre Nkurunziza.

Provincia de Ruyigi: cosecha de maíz será escasa debido al mal clima.

La decisión del presidente Nkurunziza de 2015 de quedarse en el poder después de sus dos mandatos en el cargo desencadenó [39] una crisis política, caracterizada por «violencia, temor, deterioro socioeconómico y profundización de fracturas sociales”, como escribió el Grupo Internacional de Crisis en mayo de 2016. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura dijo que [40], aunque el clima extremo ha contribuido con los problemas de acceso a los alimentos, la inseguridad política de Burundi los exacerba.

Los informes de escasez e inflación –13.8 % [41] en 2016– en bienes básicos [42] son ahora [43] más comunes [44], y la falta de billetes complica más los intercambios diarios. La depreciación del franco burundés ha afectado las importaciones, lo que empeora la reducción de la producción e ingresos, y afecta a muchos con menos disponibilidad y acceso a alimentos. La Red del Sistema de Alerta Temprana a la Hambruna expresó [45] que una mejor cosecha venidera podría estabilizar los precios “atípicamente altos”.

La bloguera Bella Lucia Nininahazwe pone de manifiesto el impacto con esta descripción de las dificultades [46] de una niña que va a la escuela con hambre pues no puede comprar artículos básicos:

Seigneur, mes chaussures sont déjà usées, et je vois déjà le visage de maman s’obscurcir quand je vais lui dire que j’ai besoin de nouvelles chaussures. Je sais déjà sa réponse : «  Tu sais que les prix montent vite ma fille, aujourd’hui je peine à trouver ce que vous allez manger, attends que je trouve de l’argent et je t’achèterais de belles chaussures ».

Señor, mis zapatos ya están gastados, y ya veo que la expresión de mamá se oscurece cuando le digo que necesito zapatos nuevos. Ya sé su respuesta: “Sabes que los precios aumentan rápido, hijita, hoy apenas puedo encontrar lo que vamos a comer, espera que encuentre algo de dinero y te compraré hermosos zapatos”.

Un aumento en los casos de malaria [47] –relacionado con cambios climáticos e inseguridad– ha agregado otra dificultad que afecta a millones [48]según [49] la Organización Mundial de la Salud. El Ministerio de Salud de Burundi declaró una epidemia [50] de malaria el 13 de marzo. El periódico Iwacu también informó [51] que la inflación y la escasez hace que las medicinas [51] de todos los días sean inaccesibles [52] para muchos.

‘¿Qué soberanía para un país donde la cuarta parte de la población necesita asistencia alimentaria?’

Burundi está entre los países más pobres del mundo, y por lo tanto suele tener [53] menores [54] recursos [55] y menor capacidad [55] de infraestructura para responder [56] y recuperarse de crisis naturales. Las restricciones de asistencia, como resultado de crisis políticas, han creado déficits presupuestales que han impactado la respuesta del Gobierno a la escasez alimenticia. El país también sufre por la corrupción –-se ubica [57] en el puesto 159 de 176 en el Índice de Corrupción 2016 de Transparencia Internacional, lo que socava la gobernabilidad.

Algunos creen que la resistencia a los impactos es parte de la independencia económica [58], como destacó en Twitter el usuario Emmanuel en respuesta al ministro de Relaciones Exteriores de Burundi, Alain-Aime Nyamitwe, sobre relaciones diplomáticas [59]:

Ikihiro: Importante entrevista. «Burundi es soberano y Bélgica sería el último en saberlo».

Emmanuel: ¿Qué soberanía para un país donde la cuarta parte de la población necesita asistencia alimentaria?

Respuesta internacional

Algunos sostienen que el cambio climático es responsable de la crisis y que no se debe usar la hambruna para ganar puntos políticos:

La hambruna que azota Burundi se debe al cambio climático y golpea a toda la región. Nadie debería explotarla políticamente.

Lamentablemente, las relaciones entre Bujumbura y sus socios [65] internacionales se han deteriorado desde 2015. A fines de 2016, Bujumbura profundizó su aislamiento, redujo la cooperación [66] con la Corte Penal Internacional y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, entre otros. Mientras, las divisiones internacionales también han bloqueado [67] una respuesta coherente a la crisis. El país también rechazó una fuerza policial enviada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para ayudar a la estabilidad.

Recientemente se informó [68] de la aparición de más cadáveres, e importantes ONG están pidiendo [65] aplicación de sanciones [69]. Un informe [70] del nuevo Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en febrero expresó su preocupación por las continuas [71] violaciones [72] de derechos [73] y represión [74] política. También le llamaron la atención las indicaciones de que el presidente Nkurunziza postularía a un cuarto mandato, lo que podría profundizar las tensiones.

En respuesta, el vicepresidente Gaston Sindimwo pidió [75] a Naciones Unidas que retirara su personal de Burundi, se quejaron de que las críticas no estaban bien informadas. Los funcionarios también han acusado a Ruanda y a Occidente, sobre todo a Bélgica, de conspirar para su derrocamiento.

Una respuesta efectiva a corto plazo para ayudar a los necesitados depende de que los Gobiernos, organizaciones internacionales y ONG superen, o al menos trabajen alrededor de estas tensiones, antes de abordar problemas a plazo más largo [76]. De otra manera, muchos enfrentarían graves riesgos de salud y mayor desplazamiento por la actual inseguridad política ahora aumentada con severa escasez [46] de alimentos y medicina.