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Los franceses pueden hablar informalmente sobre el sexo extramarital, pero no sobre las relaciones

Categorías: Europa Occidental, Francia, Arte y cultura, Ideas, Medios ciudadanos, The Bridge
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«Desayuno sobre la hierba», de Edouard Manet (1863). Dominio público vía Wikipedia

Global Voices ha preguntado recientemente a sus editores: ¿Cuál es el aspecto que más se malinterpreta del lugar en el que vives o del que procedes?

Sus respuestas se publicarán como parte de una serie de artículos que pretende desmentir mitos y ofrecer una idea más matizada de algunas partes del mundo. La primera historia es la de Lova Rakotomalala, editor de Global Voices en francés que vive en París, Francia.   

Es un estereotipo duradero que no desaparecerá: los franceses son bastante libertinos en lo que se refiere a su vida sexual. La literatura y la cultura popular no ayudan, llenas como están de personajes franceses con una actitud de laissez-faire sobre el sexo. Algunos ejemplos son: el Vizconde de Valmont [2], el Marqués de Sade [3], Brigitte Bardot [4], Dominique Strauss-Kahn [5] e incluso Pepe Le Pew [6], ¡por todos los santos!

Este cliché no es infundado. Los franceses, por ejemplo, han tendido siempre a tener una actitud relajada ante las aventuras extramaritales de sus líderes políticos. Félix Faure [7], presidente de Francia entre 1895 y 1899, falleció a causa de una apoplejía en el Palacio del Elíseo que sufrió mientras mantenía relaciones sexuales con su amante entre reuniones de trabajo. Tanto la esposa como la amante del presidente François Mitterrand asistieron a su funeral, junto a sus hijos. Más recientemente, se puede hablar de la conocida aventura [8] del presidente François Hollande con la actriz Julie Gayet.

Una encuesta realizada por el Pew Research Center indica que los votantes franceses pueden ser más tolerantes con la infidelidad [9] que cualquier otro votante del mundo: solo un 47% de los encuestados afirma que es inaceptable moralmente tener una aventura cuando se está casado. Esta actitud se ha aceptado –al menos informalmente– en las instituciones públicas. Un francés amigo mío que vive en el extranero, estaba pensando irse a vivir a Madagascar con un contrato de ingeniero de un año de duración y recibió un comunicado del Consulado en Madagascar que le advirtía que el país suponía un alto riesgo para los extranjeros. Mi amigo había oído que el país era pacífico, así que pidió una aclaración. La respuesta que recibió del Consulado fue: «Ustedes con una pareja de recién casados. Tal vez su mujer no venga hasta después de un tiempo. Que usted se mude solo a Madagascar puede ser perjudicial para su vida familiar». ¡Todavía no estoy seguro de si esa declaración era más una acusación a las costumbres francesas o a las de Madagascar!

Sin embargo, también hay pruebas que contradicen la idea de que los franceses dejan que su líbido hagan lo que quiera. Aunque las normas culturales francesas sobre la infidelidad marital pueden ser menos estrictas que en otras partes del mundo, en 2015, una campaña publicitaria a nivel nacional de un sitio web de citas extramaritales llamada Gleeden recibió muchas críticas [10] del público y tuvo que retirar el material que había colocado en varias ciudades.

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La actriz francesa Brigitte Bardot fue una de las sex symbols más conocidas en las décadas de los 50 y los 60. FOTO: Michel Bernanau (CC BY-SA 3.0) vía Wikimedia Commons.

En su blog French yummy Mummy, Muriel Demarcus, una francesa que vive en Londres, escribe sobre los problemas con el estereotipo. Explica [12] que:

In London, they make it sound like the French have invented extramarital affairs. All the articles usually paint an idyllic picture of open marriages and glorify women who swallow their pride while their husbands have a roving eye. Apparently, being unfaithful is not that big a deal in France.

What a load of rubbish! Come on, the aristocracy in this country has had affairs for ages (just look at the Royal Family!), and it doesn’t have much to do with the French, does it? They did it all by themselves. Affairs are not the privilege of the French.

Admiring the French for their perceived promiscuity is an easy way to forget their own frustrations.

What would we do without stereotypes? I once was offered an ashtray despite the fact that I don’t smoke. As I am French, people assume I smoke. Well, I don’t.

En Londres, hacen que parezca que los franceses inventaron las relaciones extramaritales. Normalmente, todos los artículos describen una imagen idílica de matrimonios abiertos y glorifican a la mujer que se traga el orgullo mientras que su marido tiene una aventura. Aparentemente, ser infiel no es para tanto en Francia.

¡Qué tontería! Vamos, la aristocracia inglesa ha tenido aventuras desde siempre (¡miren a la Familia Real!), y no tiene mucho que ver con los franceses, ¿verdad? Lo han hecho ellos solos. La infidelidad no es privilegio de los franceses.

Admirar a los franceses por su presunta promiscuidad es una forma fácil de olvidar sus propias frustraciones.

¿Qué haríamos sin los estereotipos? Una vez me ofrecieron un cenicero a pesar de que yo no fumo. Como soy francesa, la gente asume que fumo. Pues bien, no fumo.

Los datos de la ya mencionada página web de citas Gleeden también contradice el cliché de que los franceses son excepcionalmente adúlteros [13]:

Gleeden’s own figures suggest that the French are no more likely to stray than other nationalities. Its own research found that 17 percent of the French admitted to having an affair, the same as in Spain and Italy.

Los propios datos de Gleeden sugieren que los franceses no tienen más posibilidades de ser infieles que cualquier otra nacionalidad. Su propia investigación descubrió que el 17% de los franceses ha admitido haber tenido una aventura, el mismo porcentaje que en España e Italia.

Es más, si profundizáramos un poco en la visión francesa del amor, veríamos que intentan construir y mantener relaciones que trasciendan las normas simplistas y sin matices de la monogamia. Para los franceses, lo importante a menudo está en la relación en conjunto y no solo sus manifestaciones físicas.

Al parecer, entender -o perdonar- es la clave. En Modern Romance [14], el nuevo libro sobre el romance en la era digital del cómico estadounidense Aziz Ansari, se cita un estudio realizado por el Instituto Francés de Opinión Pública y concluye [15] que:

It wasn't that French people didn't care if their spouses cheat, but that they weren't as shattered by the betrayal. Because of their cultural attitude, the French are also the most likely to forgive a cheater.

No era que a los franceses no les importara que sus cóyuges les engañaran, sino que no se mostraban tan destrozados por la traición. Debido a su actitud cultural, los franceses tienden a perdonar a un infiel.

El mismo estudio apunta que el 68% de los franceses cree que es posible ser fiel a una persona durante toda la vida y el 63% creen que podrían seguir queriendo a alguien incluso si esa persona les ha sido infiel.

La psicóloga francesa Maryse Vaillant tiene una explicación [13] para estos datos:

My research showed that giving in to temptation can help a man understand the extent to which he is attached to his wife. With his wife he has projects of bringing up children, buying a house, creating a life. With an attraction to another young woman it's not the same thing. Sometimes we need a little emotional crisis to show the difference between a moment's satisfaction and building an existence together.

Mi investigación ha mostrado que ceder ante la tentación puede ayudar a un hombre a entender hasta qué punto está apegado a su esposa. Con su mujer tiene proyectos como criar a los hijos, comprarse una casa, construir una vida. Con una atracción hacia otra mujer joven no es lo mismo. A veces, necesitamos tener una pequeña crisis emocional para darnos cuenta de la diferencia entre un momento de satisfacción y construir una vida juntos.

«Incluso si los franceses están más dispuestos a aceptar que una infidelidad es parte de la experiencia humana, hazlo en secreto», escribe Debra Ollivier, autora de What French Women Know: About Love, Sex, and Other Matters of the Heart and Mind. [16]

«It’s a private thing you do. Marriage and the sanctity of the family are still really important. If you’re going to have a lover, it’s probably because you want to keep your family intact. You’ll have a lover and be satisfied and keep the family unit together. It’s ironic, because we talk about family values in the United States, but we don’t do anything to underwrite it. We have no social infrastructure, whereas there they do. The family structure is important. It doesn’t easily fall apart, and when it does, it’s really traumatic.»

«Es algo privado que haces. El matrimonio y la santidad de la familia siguen siendo muy importantes. Si vas a tener un amante, es probablemente porque quieras mantener a tu familia. Tendrás un amante, estarás satisfecho y mantendrás a la familia unida. Es irónico, porque hablamos sobre valores familiares en Estados Unidos pero no hacemos nada para garantizarlos. No tenemos una infraestructura social, mientras que allí sí la tienen. La estructura familias es importante. No se rompe con facilidad, pero cuando ocurre es muy traumático.