El día que Rusia ilegalizó a los testigos de Jehová

Imagen: Flickr / Editada por Kevin Rothrock

Resulta extraño verlo por escrito, y aun más saber que es cierto, pero ahí está: Rusia ha prohibido oficialmente a los testigos de Jehová. Tras una década de batallas legales, el Tribunal Supremo falló en abril definitivamente que los 175 000 testigos de Jehová pertenecen a una organización extremista, lo que coloca a este grupo religioso en la misma categoría que Daesh (ISIS).

El gobierno ha comenzado a requisar las propiedades de esta iglesia.

En Twitter, la prohibición de los testigos de Jehová provocó una oleada de agudezas, comparaciones con Hitler y celebraciones teñidas de odio por la liquidación de «esta secta destructiva». En otras palabras, fue un día bastante normal en la red, aunque está claro que la sentencia del Tribunal Supremo tendrá consecuencias a largo plazo.

Una cuenta satírica de Twitter encontró una perspicaz forma de fusionar todos los escándalos políticos contemporáneos de Rusia en un solo chiste, haciendo un guiño a las persecuciones masivas contra gays en Chechenia o las huelgas nacionales de camioneros:

Así que el opositor ideal queda hoy así: un camionero gay checheno miembro de la secta de los testigos de Jehová.

Otra cuenta satírica de nombre «Jesus Christ» procuró distanciarse bromeando de estos cristianos ahora ilegales:

Los testigos de Jehová han sido reclasificados como «sospechosos de Jehová». En cualquier caso, son poco fiables. Y por cierto, para que conste, yo no estoy con ellos.

Pavel Chikov, presidente del grupo de derechos humanos Agora, advirtió de que el Tribunal Supremo de Rusia ha creado de un plumazo 175 000 delincuentes:

Actualmente hay 175 000 testigos de Jehová activos en Rusia (Wikipedia). El Ministerio de Justicia de Rusia acaba de atribuirles a todos un proceso penal. Hay más de 8 millones de testigos de Jehová en el mundo. El Ministerio de Justicia ruso los ha convertido a todos en forajidos.

El músico Vasily Oblomov, conocido por sus opiniones políticas de oposición, preguntó por qué no es ilegal el propio veto a los testigos de Jehová, señalado que Rusia criminaliza cualquier discurso que se juzgue ofensivo para la religión:

¿Cómo es que la proscripción de los testigos de Jehová no entra en la ley contra las «ofensas a los sentimientos religiosos» de los miembros de esa organización?

Numerosos usuarios de Twitter, entre ellos Alexey Venediktov, editor en jefe de Ekho Moskvy, comparó el fallo del Tribunal Superior con la prohibición de los testigos de Jehová en Alemania durante el periodo nazi:

Los testigos de Jehová se negaron a reconocer a Hitler como führer, se negaron a realizar el saludo nazi, se negaron a servir en el ejército alemán, y fueron prohibidos.

Vladimir Varfolomeev, editor jefe adjunto de Venediktov, llevó aún más lejos esta comparación, y listó varios escándalos políticos recientes ─comentarios antisemitas por parte de los legisladores federales, persecución de gays en Chechenia, anexión de Crimea─ que parecen repetir la deriva alemana hacia el fascismo. Varfolomeev ilustró la crítica bromeando con la comparación que los activistas a favor del Kremlin hacen a menudo de Alexey Navalny, el más prominente líder opositor, con Hitler:

Antisemitismo. Persecución de los homosexuales. Veto a los testigos de Jehová. Anexión de territorios extranjeros. Y aún dicen que Navalny es un nuevo Hitler.

En marzo, un portavoz de la Internacional de Testigos de Jehová comentó a The Moscow Times el temor de su organización a que una prohibición abierta de su grupo provocase en Rusia una «actividad extremista real» contra los creyentes, de la que no excluyó posibles ataques físicos.

El veredicto del Tribunal Supremo obliga a las 396 organizaciones de testigos de Jehová registradas en Rusia a cesar sus actividades inmediatamente. Ahora es ilegal que ese grupo mantenga congregaciones o distribuya literatura religiosa.

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