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Lo que se ha ganado, hasta ahora, con las protestas en Venezuela

Categorías: Latinoamérica, Venezuela, Activismo digital, Derechos humanos, Guerra y conflicto, Juventud, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Noticias, Protesta
Marcha en Caracas. Foto tomada por el autor Rafael Uzcategui.

Marcha en Caracas. Foto tomada por el autor Rafael Uzcátegui.

Este artículo es una versión del texto original publicado por Rafael Uzcátegui en su blog Perdido en Ítaca [1].

Venezuela experimenta un nuevo ciclo de manifestaciones a raíz del golpe de Estado al Parlamento [2]del 30 de marzo de 2017. Después de días de protestas [3], en donde ha predominado el espíritu de no violencia (a pesar de hechos puntuales), lo que uno percibe estando dentro del movimiento es una beligerancia colectiva en mantenerse en la calle. No queremos referirnos al hasta cuándo esto puede permanecer así – en el caso de Caracas, cada jornada de protesta es respondida con el cierre de las estaciones del Metro –, sino al punto en el que nos encontramos hoy, gracias al movimiento de protesta. Siento que estas reflexiones sean pensando en lo que ha sucedido en Caracas, que es la experiencia que he tenido. Ojalá pueda contrastarla con reflexiones similares generadas desde el interior del país.

1) Desterritorialización de la polarización política impuesta a la ciudad: Como parte de la estrategia de dominación bolivariana se encontraba la polarización territorial de la ciudad, parcelándola, trazando una frontera imaginaria que impedía a la oposición protestar en el centro y el oeste de la ciudad. El desborde de las multitudes ha cruzado las líneas del municipio Libertador – donde se encuentran el Palacio de Miraflores [4], sede del ejecutivo, el Capitolio Federal [5], sede de la Asamblea Nacional [6], el Tribunal Supremo de Justicia [7] (TSJ), el Consejo Nacional Electoral [8], el Ministerio Público [9], la Contraloría General de la República [10] y la Defensoría del Pueblo [11] –, y algunas marchas han transitado por algunos sitios del centro y el oeste de la ciudad. Por otro lado, las protestas nocturnas se han realizado en parroquias populares de la ciudad: Catia, Petare, El Valle, Coche, Roca Tarpeya, Baruta (el pueblo). Los cacerolazos, por su parte, se han sentido en sitios emblemáticos del chavismo como la Parroquia 23 de Enero [12]. La última trinchera territorial del madurismo es el centro de la ciudad, precisamente la sede de las oficinas de los poderes públicos.

2) La narrativa de los hechos ES la del movimiento de protesta: La confrontación de los significados está siendo ganada, hasta ahora, por el movimiento de protesta. Por un lado, cada vez mayores sectores califican al gobierno [13] como una dictadura. El término democracia se ha convertido en el significante vacío en el que la gente está depositando sus deseos y aspiraciones – un papel que en días de Hugo Chávez lo ocupaba la denominación Socialismo del siglo XXI [14]. Como demuestran los progresivos deslindes de quienes hasta hace poco eran soporte intelectual y simbólico del chavismo – el filósofo y lingüista Noam Chomsky [15], el cantante Residente [16] de Calle 13, el escritor Raúl Zibechi [17], el sociólogo Edgardo Lander [18] –, no solo se está transformando en políticamente incorrecto ser vinculado al madurismo, sino que las propias palabras izquierda y socialismo – para bien y para mal – se han convertido es descriptoras de algo malo. El chavismo-madurismo está intentando posicionar el supuesto terrorismo como característica [19] de quienes se le oponen, sin mayor suerte. El chavismo es el pasado que la gente quiere superar, mientras se configura en la calle una promesa de futuro en el movimiento de contestación.

3) El movimiento de protesta ha arrebatado al chavismo su dimensión simbólica, creando y difundiendo imágenes que aumentan el sentido de sus demandas: Si algo era eficiente el chavismo era en el manejo de los símbolos, culturales y sociales, a su favor. Hoy esa eficiencia se encuentra del lado de quienes lo enfrentan. El movimiento de protesta ha generado potentes imágenes [20] difundidas en el mundo entero, mientras la burocracia estatal no ha podido registrar momentos que le puedan servir para desacreditar las protestas. Un ejemplo de estas imágenes, demoledoras para la dictadura han sido la señora Maria José enfrentando una tanqueta [21], el joven Alejandro desnudo con la biblia plantando cara a la represión [22] – de quien se burló el dictador por el tamaño de sus partes nobles – o las imágenes de religiosos (en un continente donde el sacerdote y defensor de derechos humanos Arnulfo Romero [20] es parte del imaginario colectivo) dando misas al aire libre o del otro lado de los piquetes de la represión. Las imágenes que refuerzan lo positivo del movimiento de protesta frente a lo negativo de un gobierno dictatorial se multiplican todos los días [23], en una cantidad inmanejable para las salas situacionales de la burocracia.

4) Se ha creado un sentimiento de comunidad a lo interno del movimiento de resistencia a la dictadura: Tras años de ruptura del tejido social y cooperativo, el movimiento de protesta comienza a establecer nuevos vínculos entre quienes participan y se identifican con él. Esta subjetividad, también, ha sido generada como respuesta a la amenaza dictatorial televisada. La gente ha pasado del miedo a la indignación. La represión aviva, y no inhibe, los sentimientos de mantener presencia en las protestas de calle, por estos días un sui generis espacio público en un país que adolece de él. En la Marcha del Silencio del 22 de abril, se repetían las imagenes de personas que desde casas y edificios daban agua y apoyo a quienes participaban en la movilización. El contingente del este fue recibido por vítores y bienvenidas por los habitantes del oeste, creando un potente sentido de «nueva» comunidad en resistencia.

"La acción cura el miedo, #PuebloOrganizado". Foto del autor, Rafael Uzcategui

«La acción cura el miedo, #PuebloOrganizado». Foto tomada por el autor, Rafael Uzcátegui

5) Se ha generado vigorosos mecanismos de autoformación e información por redes sociales, con sus mecanismos de autoregulación: Transmisiones por Periscope, videos breves por Twitter y notas de voz por Whatsapp mantienen informadas a la comunidad. Los intentos de generar ruido y contaminación en estos canales son enfrentados rápidamente, mediante mecanismos de autoregulación para apartar los mensajes nocivos y falsos. Infografías y periodismo de datos fluyen vertiginosamente con todos los temas pertinentes para aumentar la eficacia de las manifestaciones.

6) La torpe diplomacia estatal y los mensajes emitidos desde el interior del país, han aumentado el aislamiento del funcionariato de la dictadura venezolana. Que Maduro haya perdido el apoyo de países que Chávez había logrado neutralizar en el pasado o convertido en sus aliados ha sido, básicamente, logros de la actual canciller venezolana Delcy Rodríguez [28]. No obstante, el movimiento de protesta ha logrado cimentar las críticas y distancias de la comunidad internacional, en momentos en que Miraflores necesita dinero e inversiones para pretender simular algún tipo de proceso electoral en algún momento. Los venezolanos en el exterior [29] se han activado para generar movilizaciones, que contrastan con la ausencia de solidaridad activa con el madurismo.

"Platanote, te pasaste de Maduro. Estás podrido". Foto tomada por el autor, Rafel Uzcategui.

«Platanote, te pasaste de Maduro. Estás podrido». Foto tomada por el autor, Rafael Uzcátegui.

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