¿Cuánto ganaron los ferrocarriles macedonios en la crisis de refugiados de 2015-2016?

Refugiados abordan un tren en Gevgelija, Macedonia, 23 de febrero de 2016. Foto de Robert Atanasovski, usada con autorización.

Durante 2015 y 2016, la empresa estatal ferroviaria de Macedonia le cobró cinco veces el precio normal de un boleto a los refugiados, que entraron al territorio del país huyendo de la guerra, conflicto, persecución y otras injusticias. La medida fue ampliamente criticada porque parecía sacar provecho de una población vulnerable.

Nos adelantamos a junio de 2017, cuando los conductores de ferrocarriles macedonios iniciaron una huelga para exigir sus salarios impagos de abril y mayo. La huelga paralizó el transporte nacional y terminó luego de un día, cuando el nuevo gobierno aceptó satisfacer las demandas.

La novedad dejó a algunos macedonios preguntándose con cuánto se beneficiaron los ferrocarriles y otras empresas estatales con la afluencia de refugiados y migrantes y a dónde se fue ese dinero. Sin embargo, periodistas que buscan que alguien rinda cuentas han tenido dificultades para encontrar la verdad, dada la negativa de la oficina de ingresos públicos a dar a conocer detalles.

Cerca de 900,000 personas usaron la llamada ruta de los Balcanes Occidentales para transitar de Medio Oriente y el Norte de África a Europa Occidental en 2015 y 2016. Solamente entre julio y septiembre de 2015, más de 300,000 personas cruzaron por Macedonia en camino desde Grecia a países que percibían como más acogedores, como Alemania.

Cuando el flujo de refugiados y otros migrantes aumentó a mediados de 2015, el Gobierno macedonio estableció trenes especiales. Los refugiados cruzaban la frontera griega caminando, los procesaban ahí, luego abordaban el tren en Gevgelija y desembarcaban en Tabanovce, cerca de la frontera serbia, que también cruzaban caminando. Este video de la Cruz Roja presenta un resumen de la situación en ese momento.

Espero que la guerra termine y que podamos regresar a nuestro país.

Estos trenes también tenían un precio especial: la empresa pública de ferrocarriles de Macedonia aumentó el precio de los boletos de los habituales cinco euros a 25 euros, y los clientes no tenían más opción para medios legales de transporte. Es más, los ciudadanos macedonios que ayudaban a los refugiados a trasladarse a través del país enfrentaban acusaciones de tráfico de personas. Así describió un refugiado sirio viaje con autorización estatal a través de Macedonia:

We paid 25 euros ($27) each to board an old trash pile they called a train. No words can describe its dirt and terrible smell. Then, when everyone was piled in, it moved as if walking on eggs. That’s what we say in Syria about slow things. But finally I was on the Serbian border.

Pagamos 25 euros (27 dólares) cada uno para subir a bordo de un viejo montón de basura que llamaban tren. No tengo palabras para describir la suciedad y el terrible olor. Cuando todo el mundo estaba apilado, comenzó a moverse pisando huevos. Esta es la expresión que usamos en Siria para referirnos a las cosas que van muy despacio. Pero, finalmente, estaba en la frontera con Serbia.

Las empresas ferroviarias estatales macedonias han estado sufriendo constantes problemas financieros debido a presunta mala gestión. Han estado operando con pérdidas al menos cuatro años, con una pérdida acumulada de 27.6 millones de euros para la rama de transporte, y más de 30 millones de euros para la rama de infraestructura.

Según parece, esto ha conducido a malas condiciones laborales para los trabajadores ferroviarios, que se quejan de que no les pagan y que a menudo los obligan a esperar meses para recibir sus salarios. La situación culminó con la huelga de conductores de junio.

El destacado reportero gráfico macedonio Robert Atanasovski relacionó la crisis de refugiados con las deplorables finanzas de la empresa ferroviaria pública el 5 de junio de 2017, cuando publicó una foto en Facebook (presentada al comienzo de este artículo) y escribió:

Мислам дека нема фела како железничариве што ги мразам повеќе. Ги гледав пред мене една година како ги пунат возовите со луѓе небаре се стока и плус им наплаќаа за тоа по 25 евра вклучувајќи го и човекот на сликата. Со 25 евра ќе отидеш до Барцелона со Визер а не со скапан воз до Табановце. Имаше денови кога поминуваа по 10000 луѓе на граница и на сите (освен на мали деца) им наплаќаа карти… Сега сакаат да штрајкуваат дека немаат плати. Каде се парите маме ви ебам лоповско.

Llegué a aborrecer a los trabajadores ferroviarios. Los vi más de un año, cómo llenaban los trenes con personas como si fueran ganado, y encima cobraban 25 euros por boleto, incluido el hombre [en silla de ruedas] de la foto. Con 25 euros se puede comprar un boleto aéreo baratos de Skopje a Barcelona con WizzAir, por no mencionar un asqueroso tren a Tabanovce. Hubo días en que más de 10,000 seres humanos cruzaban la frontera y todos (excepto los niños pequeños) debían comprar boletos… ¡¿A dónde se fue el dinero, malditos ladrones?!

El defensor del pueblo macedonio y organizaciones de derechos humanos ya habían exigido una auditoría del trabajo e ingresos de las empresas ferroviarias por supuestas violaciones de la Convención y Protocolo sobre el Estado de Refugiados de Naciones Unidas.

Varios días después de la huelga, la oficina de ingresos públicos se negó a revelar la información a los periodistas que la solicitaban, pues la información de las ganacias sobre las empresas ferroviarias estatales es clasificada, con condición de «secreto tributario».

En el peor momento de la crisis, al público macedonio le escandalizó que los privados sacaran beneficios de las dificultades de migrantes y refugiados. Antes de la presentación del tren especial, algunos residentes de ciudades cercanas a la frontera griega habían cobrado cifras exuberantes por bicicletas a quienes atravesaban en lugar. A lo largo del camino, algunas personas les revendían comida y bebida a precios varias veces mayores que en las tiendas, o cobraban carísimos dos euros por recargas de teléfonos móviles o por usar el baño. En este video, un hombre que migraba por la zona explica: «Son personas muy pobres, y quieren trabajar. Quieren tomar algo de dinero de las personas…».

De otro lado, muchos otros ciudadanos macedonios invirtieron sus propios recursos para ayudar a refugiados y migrantes, y al final formaron un emergente movimiento humanitario. Global Voices publicó el testimonio de la aclamada voluntaria Lenče Zdravkin, mientras que organizaciones de la sociedad civil como el Comité Macedonio de Helsinki y Legis están publicando informes frecuentes en inglés sobre su trabajo.

1 comentario

  • bubu

    artículo chorra donde los haya, si pasó un montón de gente pues normal que ganaran más de lo normal o acaso les tenían que dar todo gratis? ¿cuantos panaderos de todo el mundo se aprovechan del hambre que tienen sus cleintes para hacer dinero?? queramos o no las necesidades son los negocios más rentables

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