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Uno de los personajes más conocidos de Etiopía muere en soledad y en el exilio

Categorías: África Subsahariana, Etiopía, Censura, Gobernabilidad, Historia, Libertad de expresión, Literatura, Medios ciudadanos, Política, Protesta

Captura de pantalla del programa especial dedicado a Assefa Chabo del 25 de abril de 2017. Fuente de la imagen: canal oficial de YouTube de ESAT (Ethiopian Satellite Television and Radio).

Assefa Chabo, escritor que simboliza el movimiento político etíope de los años 70 y la represión posterior, falleció [1] el 23 de abril en el exilio. Tenía 73 años.

Assefa vivió una vida pública pero al mismo tiempo solitaria. Uno de sus amigos explica [2] que habló con él por teléfono, por última vez, hacia mediados de abril. El 20 de abril, Birtukan Mideksa, política etíope exiliada [3] y conocida suya, comentó a sus amigos que Assefa no le había llamado desde hace tiempo. Cuando ella le llamó tampoco obtuvo respuesta.

La última publicación en su página [4] de Facebook, donde escribía habitualmente, era del 3 de abril.

Preocupada por esta repentina interrupción de sus rutinas, Birtukan llamó constantemente pero el teléfono sonaba y sonaba sin tener respuesta. Continuó llamando, ansiosa, hasta que obtuvo la desalentadora respuesta de una enfermera que le informó que Assefa se encontraba en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Parkland, Texas. Según la información recibida, se presentó él mismo en el hospital por una patología sin especificar.

Su fallecimiento lo anunció su amigo [5] Yared Tibebu en Facebook.

Assefa se graduó en la Universidad de Adís Abeba. Entre sus contemporáneos, era venerado como escritor y como miembro de la generación de revolucionarios etíopes de los años 70 que comenzó la lucha contra la represión política.

En los años 80, durante la dictadura militar de Mengistu Hailemariam, sus escritos le llevaron a pasar 12 horribles años en los calabozos de Adís Abeba como preso político.

En 1991, fue puesto en libertad cuando el régimen político actual triunfó en la guerra civil. Tras ello, integró el gobierno provisional etíope durante un breve período. No obstante, su relación con quienes detentaban el poder se deterioró rápidamente y, en 1993, abandonó Etiopía definitivamente y se trasladó a Estados Unidos, donde vivió durante más de dos décadas.

Assefa deja a sus cuatro hijos. Fue también un importante abogado cuyos escritos e instinto político sirvieron de inspiración a las generaciones más jóvenes. Sin embargo, al final de su vida, sufrió en soledad bajo la pálida luz del exilio.

Las circunstancias de su muerte han inspirado muestras de apoyo y respetuosos mensajes de pésame entre los etíopes que viven fuera del país, pero no es, ni mucho menos, el primer escritor que fallece en el exilio.

Portada del libro de Assefa.

Desde de la revolución de 1974 en Etiopía, una larga lista de profesionales etíopes altamente calificados que dedicaron su vida al servicio público han fallecido en el exilio. El gran poeta, traductor y dramaturgo Tsegaye Gebre-Medhin [6]  falleció en 2006 en Nueva York, ciudad a la que se trasladó en 1998.

Gebre Kristos Desta [7], considerado padre del arte moderno etíope, falleció en Lawton, Oklahoma. En 1978, se vio obligado a abandonar Etiopía. Primero se trasladó a Kenia, luego a Alemania y, finalmente, a Estados Unidos donde obtuvo asilo político y donde murió en 1981.

Mulgeta Lule [8], referente del periodismo en Etiopía, falleció en el exilio en Washington D. C. en el año 2015. Tesfaye Lemma [9], sin duda la figura más importante de la música en Etiopía, sufrió el mismo destino y se vio obligado a exiliarse a Estados Unidos. Logró establecer el centro cultural etíope en el Distrito de Columbia.

Estos son sólo algunos ejemplos; muchos otros etíopes, que estaban en el bando perdedor durante las luchas políticas en el país se vieron forzados a vivir y morir en el exilio.

Assefa tuvo un papel destacado durante y tras el movimiento estudiantil de los años 70 en Etiopía, no solo por sus escritos, sino también por su participación en la organización de diversos grupos políticos. Llevó una vida solitaria [10] después de verse obligado a abandonar Etiopía, Aunque mantenía correspondencia con los periódicos del país. Escribió sobre lo que él denominaba «Etiopía, nuestro hogar común» con la obsesión de un escritor desconectado de su patria.

En 2016, publicó una antología [11] de sus artículos. Escribió cartas abiertas al Gobierno etíope y reunió a los simpatizantes en Facebook durante las recientes protestas [12] en Etiopía.

Extracto del canal de YouTube Addis Vision.

Sus amigos cuentan que siempre soñó con volver a su pueblo natal, Chencha, situado en el sur de Etiopía. Algunos etíopes de la región de Dalas que viven fuera del país y sus amigos han creado una página en gofundme [13] para hacer realidad este sueño. Los fondos obtenidos han permitido enviar su cuerpo hasta su último lugar de descanso.

La muerte de Assefa muestra la triste cara del exilio, un hecho profundamente individual y, a la vez, político.