Casa dividida: Atletas etíopes separados por la política frente a frente en maratón de Londres

Los etíopes se encontraron con un conflicto de intereses el domingo 22 de abril cuando dos atletas de élite de ese país, Feyisa Lelisa y Kenenisa Bekele, participaron de la 36° edición de la maratón de Londres.

Ambos atletas pertenecen al grupo étnico más grande de Etiopía, el oromo. Sin embargo, los separa la política. Feyisa es un atleta disidente que vive en el exilio en Arizona, Estados Unidos. Por su parte, Kenenisa no quiso criticar al régimen etíope, a pesar de la persecución constante que el Gobierno ejerce sobre los ciudadanos de origen oromo.

En las Olimpíadas de Río de Janeiro 2016, Feyisa Lelisa se convirtió en un exiliado político cuando se solidarizó con los manifestantes de Etiopía. Mostró un cartel que identificaba a la protesta después de cruzar la linea de meta. Esa competencia le valió una medalla de plata.

Tres semanas después de la protesta de Feyisa, Kenenisa Bekele criticó el gesto de su compatriota y exigió separar el deporte de la política.

Kenenisa tiene 34 años y es el atleta etíope con más premios de la historia, ostenta numerosos récords mundiales y cuatro medallas olímpicas. Cuando estaba llegando al fin de su notable carrera en la pista de atletismo, comenzó a participar en maratones. En septiembre pasado, Bekele fue el ganador de la maratón de Berlín 2016 y, con un tiempo de 2:03:03, se convirtió en el segundo maratonista más veloz de todos los tiempos.

Feyisa, de 27 años, apareció en la escena de las carreras de larga distancia en 2008. Desde ese momento, tuvo momentos exitosos en las maratones, salió ganador en Dublín, Xiamen y Tokio. Feyisa tenía una admiración profunda por Kenenisa cuando era niño, pero se negó a dar marcha atrás con sus opiniones políticas.

En una entrevista con BBC Africa, Feyisa declaró que no suspendería sus protestas en contra del gobierno etíope durante la maratón de Londres y agregó que «se está derramando sangre» en ese país.

El vocero de la embajada de Etiopía en Londres tildó a los comentarios de Feyisa de «cuentos».

Problemas en Oromia

El curce de brazos, gesto de protesta que Feyisa hizo famoso en Río de Janeiro, tiene su origen en una serie de revueltas que comenzaron en Oromia, estado del que provienen ambos atletas, en abril de 2014.

El movimiento surgió luego de un plan polémico del Gobierno, que buscaba ampliar los límites territoriales de la capital del país, Adís Abeba, para incluir a los pueblos y las ciudades del estado vecino de Oromia. Luego, el movimiento se extendió a otras partes de Etiopía, a medida que los participantes sumaron a la lucha nuevos reclamos en contra del Gobierno.

Aunque el Gobierno decidió aplacar las manifestaciones con la declaración de un estado de sitio, el gesto de Feyisa en solidaridad con el históricamente postergado pueblo Oromo en las Olimpiadas le otorgó al movimiento un impulso fundamental, pues los medios internacionales pusieron el foco en la represión política en Etiopía.

Desde ese momento, el atleta se presentó en el Parlamento Europeo junto con líderes etíopes de la oposición para dar testimonio de la situación de los derechos humanos en el país. También, solicitó al Gobierno estadounidense, importante aliado del Gobierno etíope, que reconsiderara su relación con Adís Abeba. Además, siguió usando su gesto de protesta en muchas de las competiciones en las que participó posteriores a Río de Janeiro.

En este contexto, cuando Feyisa y Kenenisa se enfrentaron aquel domingo, había más en juego que el reconocimiento deportivo.

En las redes sociales, los etíopes se encuentra dividos. Sin embargo, activistas de todo el mundo dejaron en claro que consideran que las opiniones de la megaestrella Kenenisa hacen apología del régimen etíope.

Birhanu Lenjiso concluyó lo siguiente:

Etíopia seguirá dando origen a personas como Feyisa hasta que no cese de crear personas como Keninsa, que legitiman las herramientas usadas para oprimirlos.

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