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Bailarines libaneses ven creciente reconocimiento público de su trabajo

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Líbano, Arte y cultura, Medios ciudadanos

Cynthia Assadourian (izquierda) en el escenario de ‘So You Think You Can Dance?’. Captura de pantalla de un video de YouTube. [1]

 «Es increíble lo que estos espectáculos han aportado a nuestra profesión».

Así es como la bailarina libanesa Cynthia Assadourian [2] describe a Global Voices el impacto que los espectáculos como las versiones árabes de So You Think You Can Dance? [3]‘ (يلا نرقص, ¿Crees que puedes bailar?) y Dancing With The Stars [4] (رقص النجوم, Bailando con las estrellas) han tenido en la percepción del público sobre la danza.

Assadourian, exconcursante de So You Think You Can Dance [3], dijo que ha sido testigo de una especie de liberación corporal a su alrededor:

Latin dance, in particular, has become mandatory in dance studios. You see men and women of different ages and from all walks of life coming into the studio to have fun and work out. Even men are letting go of their fear of hip-shaking. I never thought I’d live to see the day where men would do that.

La danza latina, en particular, se ha convertido en obligatoria en los estudios de baile. Ves hombres y mujeres de diferentes edades y de todos los sectores de la vida entrando en el estudio para divertirse y ejercitarse. Incluso los hombres se están deshaciendo de su miedo a mover las caderas. Nunca pensé que viviría para ver el día en que los hombres hicieran eso.

Añadió:

Of course, people still come in with a fear of not being able to keep up with the choreography but that’s normal. It might be difficult at first but eventually, your body and mind get used to it. It just takes a bit of practice and hard work. Most people prefer to take up dancing rather than hit the gym, because it doesn’t feel like a workout.

Por supuesto, la gente todavía viene con miedo a no poder seguir la coreografía, pero eso es normal. Puede ser difícil al principio, pero con el tiempo, tu cuerpo y mente se acostumbra. Solo se necesita un poco de práctica y trabajo duro. La mayoría de la gente prefiere bailar en lugar de ir al gimnasio, porque no se percibe como un entrenamiento.

Lyne Gandour [5], popular bailarina de hip-hop, atrajo la atención de sus profesores de baile a una edad muy temprana. Siempre la alababan por tener una energía contagiosa cada vez que bailaba. Su capacidad de memorizar la coreografía y de improvisar la convirtieron en una de las bailarinas más conocidas del Líbano. Al igual que muchos otros en su campo, Gandour también notó un cambio de actitud con respecto a la danza:

My first steps in dance started at a very young age with gymnastics, that I learned in my home country of Ivory Coast. Being raised in Africa developed in me a big respect for this form of art. When I moved to Lebanon, my dedication for dance grew ten times stronger, particularly because of how people treated dance and dancers. When I opened my new dance studio, my aim was to educate my students about dance and make them work very hard at it. I want this artistic domain to be as challenging as any well reputed major in Lebanon.

Mis primeros pasos en la danza comenzaron desde muh chica con la gimnasia, que aprendí en mi país, Costa de Marfil. Crecer en África desarrolló en mí un gran respeto por esta forma de arte. Cuando me mudé al Líbano, mi dedicación a la danza se volvió diez veces más fuerte, sobre todo por la forma en que la gente trataba la danza y los bailarines. Cuando abrí mi nuevo estudio de danza, mi objetivo era educar a mis estudiantes sobre la danza y hacerles trabajar muy duro en eso. Quiero que este dominio artístico sea tan exigente como cualquier otra prestigiosa carrera en el Líbano.

Un cambio así sería muy diferente de la percepción pública de la danza que Gandour encontró cuando recién se mudó al Líbano:

I believe that dance has been quite often associated with pejorative meanings in the Arab world. I never felt like dance earned the respect it deserved until programs such as Dancing With The Stars came to the Arab world. It was seen more as a sin rather than an art form. 

Creo que la danza se ha asociado a menudo con significados peyorativos en el mundo árabe. Nunca sentí que la danza ganase el respeto que se merecía hasta que programas como Dancing With The Stars llegaron al mundo árabe. Se veía más como un pecado que como una forma de arte.

También asocia estos espectáculos de baile con el cambio en las percepciones de la gente:

Seeing your celebrity role model expressing her or himself in a new language made all those fans want to understand what dance is all about. Dancing With The Stars gave this form of art a second chance, allowing everyone to see the struggle, drive, dedication all dancers go through; which made it real, raw and definitely relatable. 

Ver a tu famoso modelo a seguir expresándose en un nuevo idioma hizo que todos esos fans quisieran entender en qué consiste la danza. Dancing With The Stars dio a esta forma de arte una segunda oportunidad, permitió que todos vieran la lucha, el impulso, la dedicación que tienen los bailarines; lo que lo hizo real, natural y definitivamente divertido.

Otro efecto secundario de esta popularidad ha sido un aumento en los videos de música pop árabe que utilizan grupos de baile que realizan coreografía cuidada detrás del artista. Artistas árabes populares como Najwa Karam [6] y Assi El Helani [7] participaron en esta popular nueva tendencia, a pesar de hacer música que no podía estar más alejada del género hip-hop.

El pionero griego-libanés del hip-hop Charles Makriss dice de esta nueva moda:

Sometimes artists come to me last-minute wanting to learn choreography. The truth is, I only teach them a step or two. It’s painful to see non-dancers trying to execute choreography. This is why I prefer to incorporate my own dance crew. I don’t want to embarrass the artist and make them look awkward. I’ve been doing this for more than 15 years. I even opened my own hip-hop dance school.

A veces, los artistas vienen a mí en el último momento deseando aprender coreografía. La verdad es que sólo les enseño un paso o dos. Es doloroso ver a los no bailarines tratando de ejecutar coreografías. Es por eso que prefiero incorporar mi propio equipo de baile. No quiero avergonzar al artista y hacer que se sienta incómodo. He estado haciendo esto durante más de 15 años. Incluso abrí mi propia escuela de baile hip-hop.

No importa la razón, el cambio en la opinión del público libanés con respecto a la danza se ha vuelto más evidente ahora.

Con espectáculos de danza que destacan el increíble esfuerzo y dedicación que bailarines –y no bailarines– ponen en apenas una coreografía de tres minutos, no sorprende que tantos bailarines estén abriendo ahora nuevas escuelas de danza.

Incluso instituciones académicas [8] como la Universidad Libanesa Americana (LAU) se unen a la tendencia, fueron los primeros en atender a estudiantes de arte interesados ​​en seguir una carrera en artes escénicas. Hay algunsa instituciones de educación superior que ofrecen una licenciatura como diplomatura en Artes Escénicas.

Parece que el Líbano se ha vuelto más abierto con los bailarines profesionales y más respetuoso de la danza como una profesión. No hay manera de saber lo que depara el futuro para esta nueva y enérgica tendencia.